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La tecnología que digitaliza todos los expedientes de 450 juzgados madrileños

Por EC Brands

Cuando hablamos de innovación, a menudo pecamos de perdernos en tecnologías grandilocuentes: inteligencia artificial, Internet of Things (IoT), big data, Blockchain… No cabe duda de que todas estas tecnologías van a dominar el presente y el futuro de todos los sectores, pero ¿no sería mejor empezar por el principio? ¿Qué mejor innovación hay que digitalizar servicios que aún no están digitalizados, especialmente cuando los receptores de esa tecnología son los servicios públicos y, en definitiva, los ciudadanos?

Esa es la intención que persigue el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), que lleva años desarrollando diversos proyectos de digitalización enfocados a que los trámites legales en la comunidad sean más sencillos. Lo cuenta Gregorio García Torres, director general de la institución, en su conversación con Víctor Martínez, software manager en Lefebvre, dentro de Actitud Tech, la iniciativa que ayuda a esta compañía de software y contenido jurídico a debatir y reflexionar sobre transformación digital y tecnología en diversos sectores empresariales.

Cómo digitalizar la justicia española

Uno de los proyectos en los que actualmente trabaja el ICAM se realiza de la mano con el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Consiste en la digitalización de toda la documentación relativa a los procesos judiciales de la región, eliminando así la posibilidad de que un incidente o una pérdida del papel físico dificulte las gestiones.

“Tendremos todos los expedientes digitalizados a través de Lexnet. Esto supondrá un avance enorme y una seguridad en todo el procedimiento”, asegura García Torres sobre una iniciativa con la que los 450 juzgados de la Comunidad de Madrid verían digitalizado todo su trabajo.

Tendremos todos los expedientes judiciales digitalizados a través de Lexnet. Esto supondrá un avance enorme y una seguridad en todo el procedimiento

Pero la tecnologización no solo va de puertas para fuera. Merced a la tecnología proporcionada por Lefebvre, el ICAM también está digitalizando al completo su Servicio de Orientación Jurídica. "Estamos haciendo el desarrollo para que cualquier ciudadano, colaborador o abogado puede hacer todo el proceso de manera digital", afirma García Torres, que apunta que esta digitalización será "clave para la preparación de asuntos jurídicos", ya que se pondrá a disposición de todos sus colegiados y colegiadas las herramientas y bases de datos necesarios para recabar información de un caso. "La información será de mucha más calidad, estará disponible de forma mucho más rápida y el nivel de contestación también va a ser mucho más eficaz de cara al ciudadano", añade.

Otra de las iniciativas del Colegio parte de la problemática que a veces se genera cuando, tras la sentencia de un juicio, se solicita costas: "Cuando una de las partes pide revisión de costas, el letrado de la administración de Justicia pide un informe al Colegio de Abogados de Madrid y todo ese proceso actualmente se gestiona en papel, con el riesgo que supone en cuanto al tratamiento de la información: que se pierda, que haya un incendio, un robo, un mal uso de esa documentación".

Pendientes de la maduración de smart contracts, Chat GPT…

Decíamos antes que lo primero es digitalizar cualquier sector. Pero, una vez hecho, ¿qué hay de las tecnologías emergentes que están sacando cada vez más la cabeza? ¿Qué pasa con la IA, Blockchain, los smart contracts, el machine learning, Chat GPT...?

Para Víctor Martínez, "estas tecnologías pueden aplicarse a distintos sectores", pero especialmente en el que nos atañe, ya que "cualquier tecnología puede ser muy práctica en bases de datos jurídicas, en afinamiento de resultados, en enriquecimiento de contenidos jurídicos o en corrección de errores de la documentación".

La tecnología es muy práctica en bases de datos jurídicas, enriquecimiento de contenidos jurídicos o corrección de errores de la documentación

Hay más áreas en las que las distintas tecnologías, en su opinión, pueden ser verdaderamente útiles. Otro ejemplo de ello es el compliance: "Hoy en día, es imposible no pensar en hacer un seguimiento de compliance sin tecnología". Por ejemplo, "con la nueva ley de protección del informante, en la que es necesario hacer acuse de recibo al informante de su denuncia, seguir todos los pasos de la investigación, garantizar la confidencialidad y el anonimato... Todo eso, si no se apoya en la tecnología, es imposible llevarlo a cabo".

Ahora bien, que exista una tecnología no implica que haya que usarla sí o sí: "Son todas muy importantes, pero en algunas, como por ejemplo Blockchain, smart contracts o Chat GPT, se trata de tecnologías de futuro y lo que hay que ver, fundamentalmente, es su grado de maduración".

En cualquier caso, se trata de tener una aspiración: "Darle al usuario un ecosistema real en el que sea todo transparente y, al final, evitar duplicidades de contenido o de tareas", concluye Martínez.