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¿Por qué solo hay un 21% de socias? Cinco mujeres que triunfan en la abogacía responden
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44% EN BAKER, 4% EN CLIFFORD

¿Por qué solo hay un 21% de socias? Cinco mujeres que triunfan en la abogacía responden

Los datos revelan que la fuga de talento femenino se produce en el escalón previo al 'partnership'. ¿Por qué? Cinco socias y ex altos cargos de bufetes dan su opinión

Foto: Ilustración: Irene de Pablo.
Ilustración: Irene de Pablo.
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La igualdad en los órganos de administración sigue siendo la asignatura pendiente de los grandes despachos. A pesar de los esfuerzos y las medidas implementadas en los últimos años, los datos revelan que la presencia de abogadas en la cúpula de los bufetes de élite sigue siendo minoritaria, si bien la base de estas organizaciones está formada por un número equilibrado de hombres y mujeres. En concreto, ellas conforman el 21% de la sociatura, según la información recabada por El Confidencial sobre las plantillas de las 30 mayores firmas de la abogacía de los negocios del país.

Ahora bien, aunque se trate de un número bajo, esta cifra también tiene una lectura positiva, y es que consolida la tímida tendencia hacia una mayor presencia de socias que se viene registrando desde hace unos años. Así, en 2014, las abogadas representaban solo un 14% del partnership, mientras que en 2017 la cifra se elevó hacia el 17%. Desde 2020, el número se ha quedado estancado en el 20%, si bien ahora vuelve a dar signos de un (muy) ligero aumento.

De nuevo, Baker McKenzie destaca como la firma con una mayor paridad en sus altos cargos, con un 44% de mujeres en la sociatura —seis puntos más que el año pasado—, seguido de Sagardoy Abogados y Freshfields, ambos con un 39%. Clifford Chance vuelve a situarse en la última posición del listado al sumar una única socia frente a 23 hombres (es decir, el 4%). Las cifras no revelan diferencias significativas por el tamaño de los bufetes o por si estos son nacionales o internacionales.

Sí existe, en cambio, un patrón que se repite en todas las organizaciones: al analizar el porcentaje de letradas en términos generales (es decir, sin hacer distinción entre cargos), todas las firmas muestran una representación paritaria de género. De hecho, la media se sitúa en el 49%. Un número que se eleva hasta el 55% al examinar la composición de la plantilla completa, formada por abogados y profesionales de otras áreas como marketing, comunicación o secretariado, entre otras. ¿Qué ocurre, por tanto, durante la carrera profesional de las mujeres? ¿En qué momento se produce esa fuga de talento femenino?

Para empezar, es importante señalar que la verdadera pérdida de profesionales mujeres no se produce hasta uno de los últimos escalones de la pirámide. Concretamente, en el entorno de los seis o siete años de la carrera profesional, en la promoción al cargo de asociado principal o sénior (cada bufete utiliza un término distinto). Es en ese momento donde los números se invierten y los hombres representan una mayoría mucho más destacada, frente al equilibrio presente en las etapas previas, como así lo demuestran los números de las plantillas de Garrigues, Cuatrecasas y Uría Menéndez.

¿A qué se debe esta fuga? Y, todavía más importante, ¿cuál es la solución? Para responder estos interrogantes, este medio ha consultado a cinco mujeres que actualmente se encuentran al frente de grandes despachos o que han ejercido cargos de responsabilidad dentro de estas organizaciones. Son Cani Fernández, ex socia de Cuatrecasas y actualmente presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC); Pilar Menor, ex socia directora de DLA Piper España y actualmente senior partner y responsable internacional de la práctica laboral de la firma; Rosa Vidal, managing partner de Broseta; Coral Yáñez, managing director de Bird & Bird España, e Inmaculada Castelló, socia codirectora de la oficina madrileña de Pinsent Masons.

Foto: Ilustración: Irene de Pablo.
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Ellos deben involucrarse en la conciliación

Existe consenso entre todas las entrevistas al señalar la maternidad como uno de los grandes motivos que explican la baja presencia de perfiles femeninos en las cúpulas. "La fuga de talento femenino se produce alrededor de los 32-35 años. No podemos obviar que son los años en que las mujeres son madres y eso les afecta enormemente", explica Castelló. Coincide con esta visión Cani Fernández, que agrega que en el mundo de los bufetes, en el que la progresión está basada en el desempeño y facturación, la baja maternal puede implicar una penalización o, incluso, una ralentización de la carrera. "En otro tipo de industrias con progresiones laborales más lentas, quizás el impacto de ser madre no es tan abrupto o palpable como en los grandes despachos", reflexiona.

La maternidad se convierte, por tanto, en el principal motivo de abandono de las abogadas de las grandes estructuras, ya sea porque no cumplen con los requisitos que se les exige o porque ellas mismas deciden marcharse rumbo a otros proyectos más favorables a la conciliación. "A veces vemos partir mujeres muy valiosas y con buena proyección que deciden reorientar sus carreras hacia el mundo de la empresa, buscando una mejor calidad de vida", afirma en este sentido Menor.

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Por su parte, los hombres no suelen verse afectados por esta variable (a pesar de convertirse en padres en el mismo peldaño de su carrera) por una sencilla razón: el desigual reparto de los cuidados. "España ha sido y es un país donde la mujer ha tenido un papel fundamental en la crianza de los hijos y el hogar. Hay grandísimas profesionales en los despachos que, por un tema de educación y cultura, paralizan el ascenso de su vida laboral", asegura Rosa Vidal. De la misma opinión es Coral Yáñez, que va un poco más allá y resalta la falta de involucración de los hombres. "Es un punto importante que a menudo pasamos por alto y en el que me insisten nuestras abogadas más jóvenes, y es que no solo ellas deben participar en las iniciativas de conciliación del despacho, porque ese tema también le afecta a ellos", subraya.

Síndrome de la impostora

Otro de los elementos más mencionados por las socias es la existencia de sesgos inconscientes, tanto por parte de las personas que conforman la cúpula y deciden quién promociona como por las propias profesionales. "Para promocionar hace falta la combinación de confianza y competencia, y a igual competencia a veces la candidata femenina demuestra menos confianza que un par masculino. Tendemos a exigirnos mucho y a sentir el síndrome de la impostora", indica Menor.

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¿Cómo se corrige esto? Más allá de la formación a las abogadas, Fernández ve relevante la presencia de otras mujeres en la cúpula que sean conscientes de los sesgos que suelen estar presentes en esta realidad. "En mis diversos cargos en el despacho donde he desarrollado mi trayectoria profesional [Cuatrecasas], ocupé el de presidenta del Comité de selección y propuesta de nuevos socios. Durante mi mandato, el número de socias, que no llegaba al 10%, llegó al 20%, y mi voto era uno entre seis, los otros cinco, hombres. Pero yo era capaz de transmitir a los otros cinco muchas sutilezas que ellos se perdían. Por qué una mujer cuenta la mitad de lo que hace, y el hombre el doble, por ejemplo", relata.

Por último, las socias opinan que los despachos tienen una tarea pendiente: convertir la cima en un lugar que las profesionales quieran alcanzar. "Muchas mujeres ven la encarnizada batalla que deben afrontar para llegar a ser socias, y una cumbre poco apetecible", señala Fernández. En la misma línea se pronuncia Menor, que incide en la necesidad de demostrar a las más jóvenes que se puede tener un puesto de responsabilidad sin necesidad de pagar un precio inaceptable, como renunciar a la maternidad u otras opciones personales. Ahora bien, la abogada recuerda que los puestos de liderazgo suelen exigir algunos sacrificios personales tanto para hombres y mujeres, por lo que aconseja a las letradas "elegir muy bien a su pareja porque va a tener una gran influencia en su vida profesional".

La igualdad en los órganos de administración sigue siendo la asignatura pendiente de los grandes despachos. A pesar de los esfuerzos y las medidas implementadas en los últimos años, los datos revelan que la presencia de abogadas en la cúpula de los bufetes de élite sigue siendo minoritaria, si bien la base de estas organizaciones está formada por un número equilibrado de hombres y mujeres. En concreto, ellas conforman el 21% de la sociatura, según la información recabada por El Confidencial sobre las plantillas de las 30 mayores firmas de la abogacía de los negocios del país.

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