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Juango Ospina: "Es bochornoso que sueldos del ICAM tripliquen los del sector público"
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Candidato al Colegio de Abogados de Madrid

Juango Ospina: "Es bochornoso que sueldos del ICAM tripliquen los del sector público"

El aspirante más joven al 20-D, que se erige como el único candidato "del cambio real", critica la falta de transparencia y criterios de buen gobierno en la dirección de la institución colegial

Foto: Juango Ospina, candidato a decano del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).
Juango Ospina, candidato a decano del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).

Juango Ospina se ve ganador en las elecciones al Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) que se celebran el próximo 20-D. Ahora bien, confianza, sí; triunfalismo, no. Su agenda sigue repleta de actos, encuentros y visitas a despachos, apurando los últimos votos y convenciendo a quienes simpatizan con su candidatura que vayan a votar. A pesar de ser uno de los tres candidatos que surgen de la junta de gobierno de la institución, sus palabras son las más críticas con la "gestión política" de José María Alonso, a quien acusa de no haber introducido la suficiente transparencia en el colegio, una institución, señala, en la que sigue primando el amiguismo y en la que faltan criterios de eficiencia y buen gobierno. A quienes le critican por ser "demasiado joven" para el cargo, Ospina responde que no es la edad lo que debe evaluarse, sino la preparación para el cargo. Y en ello, asegura, anda sobrado.

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PREGUNTA. ¿Qué sensaciones tiene respecto de la marcha de la campaña?, ¿cree que se está poniendo el foco en los asuntos relevantes?

RESPUESTA. La campaña la estamos llevando con mucha ilusión, mucho trabajo y mucha satisfacción. Nos estamos encontrando testimonios emocionantes de compañeros que nos dan las gracias por haber decidido dar un paso al frente, porque nos cuentan lo que experimentan en los juzgados, que muchas veces son situaciones de sufrimiento, y nos dan ideas sobre cómo podemos corregirlo. Nos ilusiona pensar que con nuestro trabajo y nuestras propuestas vamos a poder mejorar el día a día de la profesión. En relación con tu segunda pregunta, no creo que se esté poniendo el foco en los temas relevantes. Tendríamos que estar hablando más del derecho de defensa y en cómo mejorarlo y fortalecerlo; en cuántos recursos vamos a destinar para habilitar canales de denuncia; qué medidas adoptaremos para mejorar la conciliación de los profesionales, o cómo abordaremos la situación del turno de oficio. La campaña al colegio está pareciéndose demasiado a las campañas políticas, en el sentido de que se está hablando demasiado de cosas superficiales y se están produciendo demasiados ataques personales, y no se está tratando lo realmente importante: cómo podemos mejorar la profesión.

P. Por sus 36 años, ¿qué opina de la crítica que se ha esbozado contra usted diciendo que es demasiado joven para dirigir el colegio?, ¿cree que esa percepción, la de que es demasiado joven, puede lastrar sus opciones electorales?

R. Creo que quienes motivan esa crítica son personas que no entienden de qué va el Siglo XXI, que va de digitalización, de igualdad, de trabajar contra la precariedad laboral o de ayudar a los más mayores a entender lo que son Internet y las redes sociales. Quienes apelan a argumentos como el que menciona lo hacen porque son amigos del inmovilismo y me atacan con eso porque carecen de propuestas. Países como Austria, Chile o Francia tienen presidentes que han accedido al cargo cuando aún no tenían 40 años de edad. Yo tengo 36, pero una larga carrera ya como profesional y con responsabilidades institucionales y representativas, tanto en el colegio como en la Agrupación de Jóvenes Abogados (AJA). La pregunta no debería ser cuántos años tiene Ospina, sino si Ospina está debidamente preparado. Y yo creo que la respuesta es que los hechos, y no las palabras, así lo avalan. Posiblemente soy el candidato que mejor conoce la casa, por mucho que los que no quieren que cambien las cosas usen mi edad para atacarme. Precisamente porque esta candidatura quiere romper con el inmovilismo y avanzar. Es un clamor popular que las cosas no están bien y necesitamos poner otro rumbo.

"La pregunta no debería ser cuántos años tiene Ospina, sino si Ospina está debidamente preparado; y los hechos así lo avalan"

P. Hablando de inmovilismo: ¿cómo puede ser que siga sin habilitarse el voto electrónico?, ¿falta voluntad para fomentar la participación de los profesionales en los asuntos colegiales?

R. Si no se ha hecho ha sido por imprudencia o por dolo, no hay otra respuesta. La implantación del voto electrónico será la primera medida que tome mi junta de gobierno si ganamos las elecciones. Porque no es solo una cuestión de transparencia, democracia y participación, que también. Es que, que la institución no escuche a la abogacía es la causa principal de la desafección que sienten los colegiados respecto del colegio. No puede ser que el único llamamiento que se haga a los letrados sea para la aprobación del presupuesto y las cuentas. Hay amigos del poder que prefieren que las cosas sigan así, pero nosotros vamos a cambiarlo.

P. ¿Teme que la cifra de participación vuelva a ser irrisoria?

R. Que en las últimas elecciones solo participara el 7% del electorado muestra la desafección que existe entre los colegiados. En este caso, yo creo que tendremos una cifra mejor, de en torno al 15%, porque se trata de unas elecciones históricas. Aunque haya siete candidaturas, y sin pretender deslegitimar los proyectos de nueva creación, aquí la elección es entre dos proyectos. Por un lado, están las personas que representan el inmovilismo y que defienden lo que se ha hecho hasta ahora, y, por otro, el proyecto que yo lidero, que se caracteriza por conocer la casa, haber hecho un férreo control de la labor, primero de Sonia Gumpert y después de José María Alonso, y querer cambiar las cosas. No nos podemos engañar: las cosas no se han hecho, es indiscutible, y hace falta un cambio. No puede ser que se nos siga faltando al respeto en los juzgados o que haya tantos abogados y abogadas que se planteen si tener o no hijos porque no sabrán si podrán conciliar su vida con su trabajo.

Foto: Raúl Ochoa, candidato a decano del ICAM.

P. ¿Qué valoración haría del mandato de José María Alonso?

R. La gestión económica creo que es positiva, pero la gestión política es muy mejorable. Han quedado muchas cosas por hacer. No solo no se ha implantado el voto electrónico, sino que tampoco se ha puesto en marcha una portavocía que informe de los acuerdos de la junta de gobierno y responda las cuestiones de cierta importancia. Tampoco se ha democratizado la institución. Por ejemplo, los presidentes de la secciones han sido elegidos por cuotas o tratos de favor a gente próxima al decano. Si la abogacía me da su confianza, esto no va a ser así nunca más. Queremos unos presidentes de secciones autónomos, proactivos y con capacidad de crítica, no que guarden silencio por miedo a ser removidos de su puesto por el decano. Esa es una de las muchas medidas que adoptaremos para abrir el colegio. Si las cosas se hubieran hecho bien, no saldrían tres candidaturas de la misma junta de gobierno y no se habrían presentado hasta siete listas.

P. Pero las tres candidaturas que surgen de la junta tienen líneas políticas diferentes.

R. Hay dos bloques: el continuista y el que quiere modificar la realidad. El bloque continuista lo abandera una persona a quien el decano ha decidido darle su apoyo, como vimos cuando emitió un comunicado defendiendo la gestión del 425 aniversario. Yo, que me disculpé por cómo se hicieron las cosas en ese evento, represento el cambio.

"El continuismo lo abandera la persona a quien el decano ha dado su apoyo, lo vimos cuando salió a defender la gestión del 425"

P. En relación con la ausencia de mujeres en el 425 aniversario, la presidenta de la Comisión de Igualdad señaló a Eugenio Ribón como responsable, pero desde esta candidatura se aseguró que la decisión última era de cada moderador. ¿Qué fue lo que sucedió realmente?

R. Ante todo, quiero reiterar mis disculpas sobre lo que sucedió y mi compromiso a que, si soy elegido, no volverá a suceder algo así. Por otro lado, creo que es oportuno preguntarse por qué un candidato a decano, en año electoral, preside la comisión organizadora de un evento como ese y no lo hace la Comisión de Igualdad. Qué casualidad, ¿no? Yo no creo en las casualidades.

P. Señala que estas elecciones son una elección entre el continuismo, que representaría Eugenio Ribón, y el cambio, que lo encarna usted. ¿Dónde sitúa la candidatura que encabeza Raúl Ochoa, que también se señala como representante del cambio?

R. No solo hay que ser, sino también parecer. Los Estatutos de la Abogacía son claros a la hora de decir que un candidato a decano o cualquier puesto del ICAM tiene que dimitir. ¿Cómo va a hablar de regeneración alguien que hace, precisamente, lo contrario a lo que supone la regeneración? Yo cuando decidí presentarme dejé mi puesto de diputado, porque pensé que era lo correcto y porque así se hace el cambio real. Que haya dos candidatos que siguen en la junta, nos deja en desigualdad de condiciones a los demás, que no tenemos el músculo de la institución a la hora de acceder a datos, a las instalaciones, a recibir personas, etcétera.

Foto: Beatriz Saura, candidata al ICAM.

P. Hablando de regeneración, uno de los apartados de su programa afirma que fijará baremos salariales y establecerá topes a las retribuciones; también que creará un reglamento de conflictos de interés o que establecerá criterios objetivos para la publicidad. ¿Han faltado criterios de buen gobierno en la gestión del ICAM?

R. Por supuesto. Si soy decano, no solo voy a convertir el colegio en la institución más transparente de España sino que los sueldos de las personas a las que se contrate con relación laboral estarán indexados conforme a la función pública. No es de recibo firmar un contrato que esté tres veces por encima del salario medio de un gerente de una institución pública. Eso me parece bochornoso. En relación con situaciones de conflicto de interés, vamos a crear una comisión de ética que vigile quién y con quién se contrata, porque hay situaciones conocidas con todos que son bastante evidentes que plantean conflicto.

P. Ha afirmado que el nombramiento de los presidentes de las secciones se ha hecho en función de los intereses del decano. El Colegio de Madrid es una institución con muchos cargos y responsabilidades. ¿Cómo se elige a las personas que los ocupan?, ¿existen criterios objetivos o se hace todo a dedo?

R. No son pocos los compañeros y compañeras que dicen que el colegio funciona como un cortijo. Y, precisamente porque tengo 36 años, haré todo lo que esté en mis manos para trabajar con criterios de excelencia, transparencia y buen gobierno corporativo. A día de hoy, por ejemplo, se desconocen los criterios para ser profesor en el Centro de Estudios o cuáles son los cursos que se dan. Es inaceptable que se pueda dar un curso a través de este centro con el logo de tu propio despacho; eso no se puede permitir. En la vida institucional hay que ser muy pulcro y muy estético; estamos manejando el dinero de los colegiados.

"No son pocos los colegiados que piensan que el colegio es un cortijo; yo quiero excelencia, transparencia y buen gobierno"

P. Algunos candidatos han propuesto una auditoría en el ICAM. ¿Comparte que es algo que hay que hacer?

R. Nada más llegar, sería imprescindible. Hay que revisar todos los gastos en los que incurre la institución, así como los puestos de trabajo, para analizar la eficiencia. No para despedir o prescindir de nadie, sino para optimizar el trabajo de cada uno y en qué se invierte cada euro. Es difícil decir antes de llegar de qué gastos prescindiríamos, pero lo que es seguro es que queremos optimizar el dinero del presupuesto.

P. ¿Es asumible financieramente una rebaja de las cuotas, como plantea su programa?

R. Planteamos varias cuestiones en relación con el pago de las cuotas, como una rebaja de entre un 5% y un 10%, o los seis meses de cadencia en su ingreso para las madres. Hemos calculado el impacto de todas esas medidas en el presupuesto, y las compensaremos reduciendo gasto superfluo y buscando más eficiencia en los gastos. En segundo lugar, buscando mecanismos alternativos de ingresos, como a través de la formación, creando una cafetería en el colegio o mediante la venta de libros. Hay muchos servicios de la casa que pueden generar nuevos ingresos.

Foto: Ángeles Chinarro, candidata de ALA para las elecciones del ICAM.

P. ¿Qué le pareció que José María Alonso no se opusiera al cuotazo en el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE)?

R. A mí lo que me gustaría saber en relación con este asunto es la posición que adoptó la junta de gobierno del Colegio de la Abogacía de Madrid. Es decir, si esto se incluyó en el orden del día y si se votó. Eso es clave para saber si ha habido dejación de funciones, pero es imposible de saber, precisamente, por el oscurantismo que mencionábamos. Mi programa electoral incluye la publicación de las actas y el orden del día de cada junta de gobierno; incluso, nos comprometemos a retransmitirlas, desconectando durante las deliberaciones. Queremos un colegio a la altura del Siglo XXI. En relación con la subida de cuotas, yo creo que el decano debería haber votado no, porque su posición no debía haber condicionado el presupuesto del equipo directivo entrante, que quizás tenga que hacer malabares por esta cuestión.

P. La subida de cuotas, además, se produce en un momento en que está en cuestión la falta de transparencia del Consejo. ¿Impulsará medidas para acabar con la opacidad en la institución?

R. La transparencia tiene que ser algo inherente a cualquier institución pública. Si no, es muy difícil generar sentimiento de pertenencia. El Consejo de la Abogacía hace un trabajo importante y necesario, pero precisamente por su falta de transparencia nadie conoce bien esa labor. Debe primar la información y no escudarse en el no como hasta ahora.

"Crearemos un certificado que acredite que los bufetes cumplen con sueldos dignos y no falsean las relaciones laborales"

P. ¿Debe involucrarse el Colegio de Madrid en la lucha contra la precariedad laboral en la abogacía, una situación que afecta especialmente a los jóvenes?

R. La cuestión de la precariedad laboral debemos abordarla desde una perspectiva 360 grados. En primer lugar, tenemos que ir a las causas, que es la falta de preparación de los nuevos juristas en el momento de incorporarse al mercado laboral. Eso tenemos que mejorarlo, porque es fundamental que estos profesionales puedan aportar valor desde el principio de sus carreras como abogados. Hay que dar un salto hacia adelante en la formación universitaria y, para ello, llevamos en el programa la creación de un Comité Académico. Posteriormente, una vez ese estudiante se colegia, el ICAM tiene que comprometerse en perseguir la precariedad laboral, logrando que los despachos cumplan unos criterios de ética y excelencia. Estableceremos un certificado que acredite que los bufetes cumplen con sueldos dignos, apuestan por la sostenibilidad, cuentan con planes de igualdad y no falsean las relaciones laborales. Intentaremos que la inmensa mayoría de los despachos de Madrid tengan ese certificado. Además, vamos a crear una oficina de denuncias en la que puedan comunicarse situaciones de falsos autónomos o de vulnerabilidad de la profesión, porque eso es competencia desleal. No puede ser que unos despachos paguen salarios dignos y a la Seguridad Social, y otros no. Eso es un dumping que vamos a perseguir.

P. ¿Qué medidas plantea para garantizar la suspensión de vistas o aplazamientos de juicios por motivos médicos?, ¿puede el Colegio hacer algo al respecto en estas situaciones?

R. Tendremos que sentarnos con el Consejo General del Poder Judicial y acudir al Tribunal Superior de Justicia de Madrid con el fin de hacer una labor didáctica. Es importante que existan canales de comunicación entre los letrados y los juzgados. Por otro lado, cuando se denieguen las suspensiones cuando existen vistas en juzgados a gran distancia, por ejemplo, Alcalá de Henares y Arganda del Rey, será el colegio quien solicite por escrito la suspensión. En el caso de que se deniegue, la institución mandará a alguien a la segunda vista y, en ella, se solicitará de nuevo la suspensión por indefensión material, porque se está vulnerando y limitando el derecho de defensa del colegio. Finalmente, el ICAM tiene que amparar a quien se encuentre con una situación de imposibilidad.

Foto: Begoña Trigo, en una foto de archivo.

P. ¿Qué medidas plantea para mejorar las condiciones del turno de oficio?

R. La primera es la digitalización; no es de recibo que se siga obligando a rellenar un documento en papel en pleno Siglo XXI, cuando se trata de un trámite que podría hacerse a través del móvil. La segunda es la apuesta por la realización de diligencias telemáticas. Y, la tercera, la mediación. Con estas tres medidas, que conllevarían un importante ahorro que estimamos del 32%, le propondremos a la Comunidad de Madrid una subida de los baremos. Además, defenderemos que ninguna actuación o diligencia se realice sin cobrar, como sucede si un letrado asiste a un detenido en comisaría pero después el asunto se archiva en el juzgado o en la defensa de personas jurídicas. Eso no puede suceder.

Otra de las medidas que planteamos, para que se dignifique el turno de oficio, es que los abogados puedan renunciar a la defensa en determinadas situaciones, como las de acoso o amenazas. Si soy decano, estaré al lado de los letrados que decidan renunciar e, incluso, pediremos responsabilidades a los clientes que se excedan. También mencionaría que vamos a potenciar la formación de los adscritos al turno.

Foto: Miguel Durán, durante el acto de presentación de su candidatura.

P. ¿Qué plantea en materia de deontología? Llama la atención que las resoluciones no sean accesibles, aunque sea anonimizadas, para conocer cómo se interpreta el Estatuto y el Código Deontológico.

R. Mi gran propuesta en esta materia es el archivo libre de todas las quejas deontológicas infundadas. Aquellas que carecen de indicios probatorios no deben continuar ni un minuto más. El departamento de deontología está para proteger a la profesión, no para otras cosas, por eso seremos contundentes con los archivos y estableceremos un filtro para los casos sin base. Se acabó lo de poner al abogado en la diana y exigirle una prueba diabólica para cerrar su expediente, o tenerle una hora de su tiempo haciendo un pliego de descargo por una denuncia infundada. Ahora bien, al igual que digo esto, digo que seremos contundentes con los profesionales que cometan conductas inapropiadas y graves, como puede ser la apropiación de costas.

P. ¿Qué le diría a un abogado de Madrid que no sepa a quién votar el próximo 20-D?

R. Le diría que use su voto, porque con él puede hacer que las cosas cambien. Votando por nuestra candidatura pueden hacer que ocurran cosas en el Colegio de la Abogacía de Madrid y logrará que volvamos a sentirnos protegido por nuestra corporación. Vivimos tiempos de mucha atomización y mucho individualismo, y eso tiene que cambiar. Si alguien quiere que todos siga como está, perfecto, pero quien quiera otro rumbo tiene que venir a votar y hacerlo por nuestra lista. Nuestro compromiso para perseguir la injusticia y construir un colegio del que todos estemos orgullosos es total. Queremos una institución transparente, democrática y que fomente la participación.

Juango Ospina se ve ganador en las elecciones al Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) que se celebran el próximo 20-D. Ahora bien, confianza, sí; triunfalismo, no. Su agenda sigue repleta de actos, encuentros y visitas a despachos, apurando los últimos votos y convenciendo a quienes simpatizan con su candidatura que vayan a votar. A pesar de ser uno de los tres candidatos que surgen de la junta de gobierno de la institución, sus palabras son las más críticas con la "gestión política" de José María Alonso, a quien acusa de no haber introducido la suficiente transparencia en el colegio, una institución, señala, en la que sigue primando el amiguismo y en la que faltan criterios de eficiencia y buen gobierno. A quienes le critican por ser "demasiado joven" para el cargo, Ospina responde que no es la edad lo que debe evaluarse, sino la preparación para el cargo. Y en ello, asegura, anda sobrado.

Ilustre Colegio de Abogados de Madrid
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