Raúl Ochoa: "Mi objetivo no es escribir tuits o salir en prensa, sino que el ICAM sea útil"
El aspirante a decano asegura que la histórica falta de interés en las elecciones se debe a que los abogados piensan que el ICAM no les ofrece nada a cambio del pago de sus cuotas
Desde que el pasado abril manifestara su intención de presentarse a las elecciones al Colegio de la Abogacía de Madrid, Raúl Ochoa, abogado y candidato a decano, ha mantenido un perfil bajo. A diferencia de sus contrincantes, el diputado en funciones y aspirante a decano ha optado por limitar su presencia en medios y debates electorales, hasta el punto de abandonar el celebrado este jueves en la sede del ICAM a los 15 minutos de haber comenzado. "Mi objetivo en esta campaña es detectar qué necesidades tiene la abogacía y trabajar con medidas responsables. No lanzar propuestas descabelladas o electoralistas", asegura. A Ochoa le preocupa especialmente la escasa participación en las elecciones del Colegio. Una falta de interés que, según indica, se explica por la percepción de los abogados de que el ICAM no les ofrece nada a cambio del pago de sus cuotas. "Ese es el esfuerzo pedagógico que debemos hacer en la campaña. No escribir 20.000 tuits o aparecer en 20.000 entrevistas; no es lo que la gente necesita", asevera.
[Esta entrevista fue realizada con carácter previo al debate electoral celebrado ayer en la sede del ICAM en el que Raúl Ochoa decidió comparecer, pero solo para anunciar que no participaría].
PREGUNTA. Estamos en la recta final de las elecciones. ¿Qué sensación tiene de sus opciones y cómo está viendo la campaña?, ¿se está poniendo el foco en los temas que considera relevantes?
RESPUESTA. Yo, desde el primer momento, he intentado que se respete a la institución y que se respete a los compañeros. Desgraciadamente, he visto que hablamos de cosas que nada tienen que ver con lo importante, y a mí eso me preocupa. Porque creo que en todo momento hemos sido coherentes, hemos lanzado nuestra candidatura cuando el proceso electoral lo permitía y en esas seguimos, en respetar absolutamente la institución y a los compañeros. Todo lo demás es deteriorar la imagen tanto interna como externa de la profesión.
P. Póngame algún ejemplo de cuáles son los temas que manchan la imagen del Colegio.
R. Pues para empezar, lo de no respetar los plazos marcados por los Estatutos, que me parece algo bastante reseñable. Y luego están los intentos de desacreditarme. Cómo se consiguen los votos, las campañas de los demás, la sobreexposición, el dar prioridad o hablar de ciertas cuestiones en los debates que se organizan por medios de comunicación y que no le importan a la ciudadanía... en fin, no vamos a hacer aquí una lista de las circunstancias que a mí, como colegiado y como miembro de este Colegio, no me gustan.
P. Vemos a otros candidatos más centrados en difundir sus mensajes a través de los medios o en redes sociales. Sin embargo, creo que se puede decir, sin miedo a equivocarme, que Raúl Ochoa es el que está teniendo menos exposición en este sentido. ¿Cuál es la razón y en qué tipo de actos está centrando su campaña?
R. Mi campaña fundamentalmente es explicar nuestro programa, explicar quién es nuestro equipo, formado por hombres y mujeres con muchos años de dedicación al ejercicio de la abogacía y con conocimiento de lo que es el Colegio. Nuestra labor ha sido detectar qué necesidades tiene la abogacía y trabajar por medidas responsables, ordenadas y lógicas para no solo mejorar nuestra forma de trabajo, sino también potenciar la marca de la institución y hacerla referente tanto en España como en toda Europa. Creo que desde la humildad y la cercanía se puede conseguir.
P. ¿Cómo puede ser que aún no exista el voto electrónico o que se estén produciendo problemas con el voto por correo?, ¿tiene explicación?
R. No, no hay ninguna explicación. Es una falta de interés y desidia por que esto funcione. Todo va en la línea de lo mismo, y es la desafección absoluta que hay por el Colegio. No lo atacamos, y es lo más importante. Si encima cuando a muy poca gente le apetece ir a votar le pones trabas, ya es la sin razón.
P. ¿Y los problemas con el voto por correo?
R. Desconozco cómo se está gestionando internamente. Soy consciente de los problemas porque me los trasladan, pero poco puedo hacer ahí. Mi máximo interés es que la gente vote. Aunque sea a otra candidatura, pero es bueno que la gente participe. Como he comentado antes, tenemos un hándicap, y es que a la gente no le interesan las elecciones, porque su Colegio desgraciadamente no le ofrece prácticamente nada a cambio del pago de la cuota. O no se percibe así. Ese es el esfuerzo pedagógico que debemos hacer en la campaña. Creo que ese es el objetivo y no escribir 20.000 tuits o aparecer en 20.000 entrevistas, porque no es lo que la gente necesita.
P. ¿Cómo valora la gestión de José María Alonso?
R. Quien debe valorarlo son los compañeros. Al final, lo que diga yo se va a entender como una opinión interesada o sesgada.
A la gente no le interesan las elecciones porque el ICAM no ofrece nada a cambio de la cuota
P. ¿Por qué dice usted que, a pesar de ser integrante de la anterior junta de gobierno, no puede considerarse su candidatura como continuista o no se le puede llamar a usted heredero de la gestión de Alonso? ¿Qué medidas, decisiones o actitudes en ningún caso habría adoptado usted?
R. Creo que no se trata de que hagamos una crítica de lo interno hacia fuera. Hay que respetar una cosa muy importante, que es el secreto de las deliberaciones en la Junta. Pero parece claro que yo no soy el continuista cuando hay una candidatura que incluso se habla de que José María es su maestro y que contiene tres o cuatro miembros de la antigua Junta. Si alguno quiere defender que yo soy heredero de la gestión de Alonso es libre, pero creo que esa postura se basa en parte en esa desafección, que también desemboca en un gran desconocimiento de cómo funciona el Colegio, la Junta y las opiniones que tenemos los distintos miembros.
P. Usted denunció en un primer momento que la candidatura de Eugenio Ribón estaba jugando con cierta confusión para presentarse como una candidatura institucional. Participando en actos del ICAM para promocionarse, utilizando colores y un logo similar a los del Colegio… ¿En qué medida hubiera sido relevante que estos defectos no se produjeran? ¿Cree, en todo caso, que estas cuestiones han quedado corregidas?
R. Yo creo que lo que se ha producido ya se ha producido. Todos sabemos que cuando hay un acto del Colegio, las normas y la costumbre establecen que si no puede asistir el decano, va el vicedecano, y si este tampoco puede, va un diputado. Aunque no parece lo más lógico que alguien que se postula a unas elecciones realice actos institucionales en este sentido. Pero es una simple observación.
No parece lo más lógico que alguien que se postula a unas elecciones realice actos institucionales en este sentido
P. Además de Ribón, usted ha compartido junta con Juan Gonzalo Ospina. Más allá del actual contexto de rivalidad electoral, ¿qué le parece su candidatura?
R. Todo esto corresponde juzgarlo a los compañeros y compañeras que el próximo día 20 van a ir a votar. Yo pienso que todas las candidaturas son respetables, todas tienen el mismo derecho a concurrir a las elecciones y corresponde a los votantes decidir si les parece seria o no, si les produce confianza y si tenemos la capacidad de dirigir los designios de una institución que engloba a más de 77.000 abogados.
P. Vamos con algunos puntos de su programa. Dice usted que se propone acabar con la connivencia y la opacidad en el Colegio, y que serán muy exigentes tanto con los miembros de la junta como del personal del ICAM. ¿Han faltado criterios de buen gobierno en el colegio?, ¿en qué detecta usted que hasta la fecha no se ha sido todo lo transparente que se debería?
R. A mí me gusta escuchar a los compañeros y compañeras y si hay esa idea es porque algo habremos hecho mal. Independientemente de que se haya hecho mal de forma deliberada o no, eso es lo que llega. Hay un malestar en ese sentido porque estamos manejando un presupuesto muy alto y las cuotas son obligatorias, son una especie de carga para poder ejercer. Por tanto, cuando estamos jugando con dinero de los demás, se aplica el dicho de la mujer del César: no basta con ser honesto, sino que también hay que parecerlo.
P. También se compromete a eliminar o suprimir los servicios que no sean de interés para el colegiado. ¿Esto conllevará que, si pueden rebajar las cuotas, lo harán?
R. Lo primero que hay que hacer es un estudio minucioso de todo lo que se gasta, en qué se gasta, qué efecto tiene y en qué nos beneficia. No se puede focalizar en una partida concreta. A partir de esa situación, tomaremos la decisión, que corresponderá a la Junta entrante, de ver qué es necesario, qué es lo que nos beneficia y qué es superfluo. Esa es nuestra propuesta y nuestro proyecto. Por eso digo que yo no tengo una varita mágica. No tengo propuestas mesiánicas, ni vamos a arreglar una cosa que tiene problemas desde hace años de una manera inmediata. Son cinco años para desarrollar un programa. Lo importante es que cuando salgamos, hayamos logrado mejorar la imagen, la participación y que la gente sienta que el Colegio es su casa.
P. Algún compañero suyo propone hacer una auditoría del Colegio. ¿Cree que sería necesario?
R. Todas las medidas que podamos impulsar para poder saber a dónde va el dinero, a qué se destina o cómo se ha destinado, soy el primero que quiere llevarlas a cabo. Que no quepa la menor duda.
P. Esto hila con la reciente subida de cuotas que ha aprobado el Consejo de la Abogacía. ¿Qué le pareció que José María Alonso no se opusiera a la subida de cuotas del Consejo?
R. Eso habría que preguntárselo a él. Puedo responder de lo que yo comuniqué. Cuando alguien no nos ofrece una explicación sobre que exista una política de contención de gastos, sino que hace todo lo contrario, no se justifica que encima incremente más la aportación. Pero eso es una opinión mía y así lo aclaré. Lo veo en blanco y en botella.
P. ¿Deberían introducirse mecanismos que garanticen que los cargos del colegio no se contraten o despidan a dedo? ¿Deben existir medidas de control de los sueldos que se pagan a determinados cargos?
R. Yo creo que todo viene de una reestructuración y un cambio tanto en lo que respecta a la política de la Junta como en nuestros objetivos. A nivel interno, deberemos revisar que el foco está en la eficiencia y la prestación de servicios a los colegiados, si bien tenemos un marco legal que hay que respetar, una legislación laboral. Pero es necesario hacer un estudio minucioso para sanear el Colegio. Insisto: tanto para dentro, para los que es nuestra institución interna, como para fuera, hacia la sociedad. Para mí tan importante es una cosa como la otra. Por eso opino que no es de recibo sacar trapos socios como en un vestuario de fútbol. Lo ideal cuando hay problemas es que se depuren dentro y no se saquen fuera, porque lo que se genera no es nada bueno.
P. ¿Qué le pareció la denuncia de la presidenta de la Comisión de Igualdad sobre el 425 aniversario?, ¿fue responsabilidad del presidente del comité o cada mesa se gestionó de forma independiente?
R. Si una compañera de la Junta, que además es la presidenta de la Comisión y la máxima responsable, opina de esa manera con conocimiento de causa, yo no soy quién para desdecirla. Serán otros los que tienen que dar explicaciones.
P. Uno de los grandes problemas de la abogacía, especialmente entre los jóvenes, es la precariedad del mercado. De hecho, la mitad ejerce como falso autónomo. ¿Se involucrará el Colegio en la lucha contra la precariedad?
R. Yo tengo muy claro lo que hay que hacer con la abogacía joven, que no dejan de ser compañeros como los demás. Hay que buscar alternativas de trabajo. Y la primera propuesta que he hecho es que tenemos que internacionalizar nuestra profesión en aquellos lugares donde si no te vas a dedicar expresamente al ejercicio en los tribunales, puedes perfectamente trabajar en un despacho de Londres, Miami o Los Ángeles. Porque no olvidemos que tenemos unos abogados fantásticamente preparados que dominan muy bien las tecnologías, los idiomas y hay una gran demanda por parte de otras corporaciones de abogados españoles. Hay que acabar con este mantra sobre que solo los médicos o los ingenieros pueden salir a trabajar fuera y dar oportunidades a los abogados que sirvan para ampliar la formación, la experiencia profesional y donde se sientan debidamente valorados y bien retribuidos. Ese es un proyecto muy ambicioso que tenemos en nuestro programa.
P. Pero, concretamente, con el tema de los falsos autónomos, ¿prevé alguna medida para perseguir esta práctica?
R. El Colegio no es la judicatura ni la policía, pero lo que puede hacer es proponer o comprobar que esto no se convierte en una práctica habitual. Cualquier abogado o abogada que esté en una estructura que tenga deficiencias desde el punto de vista legal tiene abierta la reclamación como cualquier ciudadano. Nosotros no vamos a preguntar a nadie de una empresa en qué condiciones legales están sus empleados, sino que son ellos los que deben acudir a los organismos correspondientes. Pero claro que el Colegio tiene una posición clara sobre esto, sobre todo porque es contra lege.
Nosotros no vamos a preguntar a nadie en qué condiciones legales están sus empleados, sino que son ellos los que deben acudir a los organismos correspondientes
P. ¿Qué plantea a favor del turno de oficio? Pero medidas reales, que muchas veces se apela a decisiones que no dependen exclusivamente del colegio.
R. Esto es como cuando uno compra un producto con el certificado garantía o un juego de cacerolas y dos mantas en una feria. No podemos lanzar propuestas descabelladas, electoralistas, que no tienen ningún sentido ni muestran ninguna responsabilidad. También es verdad que algunos candidatos no conocen el Colegio. Por otro lado, y ahora que estamos con el tema del turno de oficio, hay quien duda de que yo esté inscrito. Llevo 32 años en el turno de oficio de civil y penal, y actualmente en los especiales. Además, tengo el gran honor de haber recibido la medalla de honor, de haber pertenecido al turno más de 25 años.
Dicho esto, para dignificar el turno debemos buscar la colaboración de todos los agentes que intervienen, porque aquí no interviene solamente el órgano político, sino también el judicial, los LAJ, la oficina judicial… Y encontrar soluciones. Por ejemplo, hacer una llamada al alcalde de Madrid para que cuando alguien va a prestar el servicio de guardia pueda entrar en Madrid Central sin que le sancionen. Con el tema de los baremos, nosotros claro que reivindicamos una mejora, pero al final esto depende de los órganos que pagan, como la Comunidad de Madrid. A los que pretenden que nos paguen extras por el turno de oficio, les diría que sean responsables con lo que ofrecen. Yo quiero tener que desdecirme lo mínimo posible.
A los que pretenden que nos paguen extras por el turno de oficio, les diría que sean responsables con lo que ofrecen
P. Algo similar sucede en relación con los derechos de los abogados y abogadas ante juzgados y tribunales. Desde el colectivo, hay muchas quejas sobre la negativa de algunos juzgados de suspender vistas por motivos médicos o similares, a pesar de que la ley reconoce este derecho a los letrados. ¿Cómo puede el Colegio proteger a los abogados teniendo en cuenta que son decisiones de los jueces?
R. Aquí se mezclan muchas cuestiones. Una cosa que me hace mucha gracia es cuando se habla de conciliación familiar y plazos procesales. Los plazos los fija la ley, no el Colegio de Abogados. Si alguien tiene 20 días para contestar a una demanda, tiene 20 días. Imaginaos la inseguridad jurídica que produciría que, por una razón personal, los plazos se extiendan. La ley tiene tasados los motivos por los cuales se puede suspender una visita. Otra cosa es que sean insuficientes o haya que buscar un entendimiento con el órgano judicial. Pero eso forma parte de tender la mano a los órganos judiciales para que la colaboración sea recíproca. No podamos alcanzar nada por imposición. Y la vida me dice, después de cerca de 60 años y más de 30 de ejercicio, que las cosas se tienen que hacer negociando. Primero, hay que negociar y después plasmar lo pactado por escrito para que tengamos la posibilidad de reclamar. Está muy bien hacer ruido, pero desde mi punto de vista no son actuaciones responsables.
P. ¿Introducirá transparencia en materia de deontología? Llama la atención que no se puedan consultar los expedientes o saber qué abogados están sancionados…
R. Este es uno de los temas más controvertidos. En primer lugar, creo que el Colegio tiene que proteger, por encima de todo, a sus colegiados. Para eso está. El control deontológico es una garantía más, pero no puede ser ni un objetivo ni un fin para que cualquier ciudadano formule una queja y de lugar a un expediente que trastorne el día a día y el buen nombre de un abogado. Nosotros tenemos muy claro que queremos darle una vuelta importante y ver cómo podemos agilizar, facilitar y evitar lo que supone eso para cualquier colegiada o colegiado. Sobre la cuestión de transparencia, habrá que ver qué parte de esas resoluciones puedan ponerse a disposición de los compañeros para que conozcan los criterios de interpretación.
Queremos favorecer todo lo que sea facilitar la vida de los colegiados, esa es la clave de nuestra candidatura. Pero no es facilitar la vida que alguien, porque formule una denuncia bastante descabellada, tenga que formular unas alegaciones y se le abra un expediente, con toda la molestia que ello supone. No olvidemos que eso genera una quiebra de confianza entre el abogado y el cliente. Por otro lado, hay una gran parte de las personas que denuncian que saben que los abogados tienen una póliza de responsabilidad civil y tratan de alguna manera ser resarcidos de sus intereses. El problema que tenemos es la falta de comunicación a nuestros colegiados y la falta de información de la sociedad sobre el valor que tiene nuestro trabajo. Os voy a poner un ejemplo. Si ahora mismo cojo un taxi para ir a cualquier lugar y el taxista me escucha decir que soy abogado, enseguida lanza dos o tres consultas aprovechando el viaje. Cuando llegamos a nuestro destino, automáticamente baja la bandera y te dice cuánto es. Pero no pregunta si te debe algo por la consulta. Si no ponemos en valor nuestra función y nuestro conocimiento, difícilmente se va a entender.
Hay personas que denuncian a sus abogados porque saben que tienen una póliza de responsabilidad civil
P. Para terminar, Raúl, quien tenga dudas de a quién votar o quien tenga dudas de si ir a votar el día 20, díganos: ¿por qué debe elegir la candidatura que usted encabeza?
R. Nosotros somos absolutamente claros en nuestro mensaje. Nuestro nombre es Activa el cambio. Activar es una actitud activa y positiva, pero para activar el cambio es esencial que vayamos a votar. Sé que puede ser molesto, engorroso, son malas fechas. Pero pedimos ilusión. Creo firmemente que en la vida no se puede hacer nada si no se tiene ilusión. Y quiero que la gente que vaya a votarnos lo haga con ese sentimiento y no con resignación, que también se puede votar así, pero a mí no me vale. Queremos llenar las urnas con esperanza y con la certeza de que se pueden hacer las cosas de otra manera, que entre todos transformemos el Colegio y pasemos de cierto blanco y negro a la televisión en color. Que sirva para que haya un cambio que perciba el colegiado, que sienta que pagar la cuota le compensa.
Desde que el pasado abril manifestara su intención de presentarse a las elecciones al Colegio de la Abogacía de Madrid, Raúl Ochoa, abogado y candidato a decano, ha mantenido un perfil bajo. A diferencia de sus contrincantes, el diputado en funciones y aspirante a decano ha optado por limitar su presencia en medios y debates electorales, hasta el punto de abandonar el celebrado este jueves en la sede del ICAM a los 15 minutos de haber comenzado. "Mi objetivo en esta campaña es detectar qué necesidades tiene la abogacía y trabajar con medidas responsables. No lanzar propuestas descabelladas o electoralistas", asegura. A Ochoa le preocupa especialmente la escasa participación en las elecciones del Colegio. Una falta de interés que, según indica, se explica por la percepción de los abogados de que el ICAM no les ofrece nada a cambio del pago de sus cuotas. "Ese es el esfuerzo pedagógico que debemos hacer en la campaña. No escribir 20.000 tuits o aparecer en 20.000 entrevistas; no es lo que la gente necesita", asevera.
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