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Caída de precios y lucha eterna por el talento: el futuro que espera a los bufetes de élite
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Crecerá la tensión con los clientes

Caída de precios y lucha eterna por el talento: el futuro que espera a los bufetes de élite

Un informe de Baker McKenzie dibuja varios escenarios a los que se puede enfrentar el sector en los próximos años. Y todos apuntan a un futuro más bien sombrío

Foto: La firma describe varios escenarios distintos de futuro para la industria legal. (iStock)
La firma describe varios escenarios distintos de futuro para la industria legal. (iStock)
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¿Qué pasaría si la guerra por el talento que libran los grandes despachos de abogados no hubiera hecho más que empezar? ¿Y si las presiones que sufren los in house por parte de sus directivos provocase un choque irreversible con los bufetes y sus precios? ¿Podrían los proveedores de servicios jurídicos alternativos volverse tan populares que representaran el 90% del mercado legal? Aunque puedan parecer hipótesis algo rocambolescas, todas ellas son potencialmente posibles. Al menos así lo cree Baker McKenzie. En un estudio publicado recientemente, la firma estadounidense describe varios escenarios distintos de futuro para la industria legal y, en concreto, para las firmas de la élite de los negocios. La mayoría tienen, no obstante, algo en común, y es que describen un futuro más bien sombrío.

El objetivo del informe, titulado Reinventar el ejercicio de la abogacía al borde del caos, no es hacer predicciones, sino definir hipótesis sobre cómo pueden cambiar los bufetes a medio y largo plazo para, de este modo, poder anticiparse y estar preparados en caso de que se haga realidad. Una tarea que el sector legal parece tener algo abandonada, según defienden los autores. La incapacidad de la industria de planificar ante futuros posibles le lleva a seguir una política de decisiones a corto plazo, lo que reduce el margen de maniobra de las organizaciones y les lleva a reaccionar de forma insuficiente y tardía.

Un defecto que, según el texto, resulta especialmente negativo en un contexto en el que los cambios suceden cada vez más rápido, y elementos como el cambio climático, las amenazas geopolíticas y la excesiva dependencia de las cadenas de suministro globales juegan un factor importante. La capacidad de anticiparse y transformarse se antoja, por tanto, más crítica y urgente que nunca. "A menos que los imaginemos y los planifiquemos, el ritmo del cambio en el sector jurídico seguirá siendo lento, demasiado lento", advierte.

Foto: Exposición 'Cerebro(s)'. (EFE/Enric Fontcuberta)

Menos beneficios, más tensión

De entre todos los escenarios descritos en el informe de Baker McKenzie, el más extremo es, quizás, el primero. Bautizado con el título Lucha a muerte entre despachos y clientes, el estudio plantea un incremento de la tensión entre ambas organizaciones a causa de la subida de costes por la inflación y el consecuente incremento de precios por parte de las firmas, que chocará con las exigencias presupuestarias a las que se exponen los directores legales. El margen de beneficio de los bufetes disminuirá considerablemente y la innovación en el sector brillará por su ausencia, mientras que la guerra por el talento se recrudecerá, especialmente para los equipos jurídicos de empresa, para los que será prácticamente imposible encontrar a jóvenes interesados en trabajar con ellos.

Algo menos dramático es el segundo escenario, que sugiere un posicionamiento de las Big Four como verdaderos competidores en la prestación de servicios jurídicos de alto nivel a nivel global. Asimismo, plantea una posible fusión entre una de las 20 mejores firmas del mundo con una de las grandes consultoras o un ALSP (proveedor alternativo de servicios jurídicos). De nuevo, el goteo constante de profesionales se intensificará y los despachos sufrirán reducciones de los márgenes de beneficio de mínimo el 20%.

Foto: Sede de EY en Madrid. (Reuters/Susana Vera)

Estas características, junto con la creciente tensión entre los bufetes y sus clientes, también estarán presentes en el tercer planteamiento de futuro. En este supuesto, sin embargo, el factor determinante será la decisión de un despacho de peso mundial de cambiar su estructura por una corporativa, para así recaudar una "importante inversión de capital privado para servicios jurídicos digitalizados de alta gama", describe el informe.

En cuarto lugar, el estudio describe una potencial realidad en la que la presión presupuestaria de los directivos hacia sus in house, unida a la creciente imprevisibilidad de los mercados, provoque una devaluación del asesoramiento legal. Los clientes, por tanto, estarán más dispuestos a contratar servicios estandarizados como los que ofrecen las ALSP, y la tecnología orientada a este campo madurará considerablemente. Por el contrario, los salarios de los profesionales se desinflarán y la abogacía dejará de ser una profesión atractiva. Los autores del estudio llaman a este posible futuro el gran reseteo.

Foto: Una oficinista con mucho estrés. (iStock)

Una línea similar, aunque algo más desarrollada, sigue la quinta hipótesis. Titulada como El sombrero seleccionador, esta teoría de futuro defiende que el mercado de los servicios legales se segmentará y pasará a estar compuesto en un 10% por despachos de abogados y un 90% por otros proveedores. Esta división logrará que los despachos mantengan sus márgenes de beneficio en positivo, rondando el 40%, mientras que para el resto de actores bajará entre un 15 y un 25%. Los clientes agradecerán esta doble oferta de especialización y escalabilidad, y el sector adoptará de manera generalizada herramientas tecnológicas (inteligencia artificial, sistemas de automatización de procesos, etcétera) para el trabajo del día a día.

¿Fin del modelo piramidal?

Más allá de las particularidades de cada escenario descrito, si hay algo que todos tienen en común es que aseguran que la guerra por el talento no va a terminar. Más bien, al contrario: se recrudecerá. El estudio recuerda que los profesionales más jóvenes muestran un orden de propiedades de vida muy diferente al de las generaciones anteriores, y el sector no está sabiendo adaptarse a este cambio. "Las aspiraciones de los mejores profesionales están cambiando más rápido de lo que se adapta nuestro sector", asegura el texto.

"¿Qué pasa si es tan difícil encontrar abogados que el modelo de negocio empieza a romperse?", se pregunta el informe

A medida que los abogados Z (nacidos entre 1996 y 2010) se incorporen a las organizaciones, se pueden producir "choques culturales en cascada" y, poco a poco, se instalará entre los letrados principiantes y los estudiantes de Derecho la convicción de que ejercer la abogacía de élite no encaja con sus propósitos de futuro. La profesión perderá su atractivo. Y es precisamente este detalle el que puede suponer la perdición para los bufetes. Para los autores, este cambio de mentalidad puede contagiarse como la pólvora entre los profesionales, provocando una huida en masa. "No se trata de tener problemas para encontrar uno o dos abogados cualificados que se unan a un equipo. ¿Qué pasa si se vuelve tan difícil encontrar abogados que el propio modelo de negocio empieza a romperse?", se pregunta el informe.

Foto: Muchos de estos términos suelen aparecer en 'post-its' pegados en las cristaleras de las empresas. (iStock)

Precisamente para abordar este desafío, el informe dibuja un sexto y último escenario, que bautiza como "la reforma de la oferta". En él, asegura que las matrículas en las facultades de Derecho descenderán, lo que obligará a las universidades a rediseñar la formación. Así, la carrera se centrará también en formar a paralegals, perfiles con conocimientos jurídicos que se encargan de tareas menos sofisticadas. Además, la enseñanza general se acortará y permitirá especializaciones en temas más transversales, especialmente en cuestiones tecnológicas como inteligencia artificial, robótica o genética.

Menos eficiencia, más creatividad

El informe enfatiza en la necesidad que tienen tanto los despachos de abogados como los departamentos legales de empresa de anticiparse a los posibles cambios y diseñar estrategias innovadoras que les permitan adaptarse a todos los escenarios venideros. Una labor con la que, sin embargo, parecen atragantarse estas organizaciones, especialmente los bufetes. "El debate sobre la innovación en la industria legal avanza lentamente. Desde hace años, los comentaristas coinciden en que la estructura actual de la industria jurídica es insostenible a medio y largo plazo, y que está madura para la disrupción. Sin embargo, si somos sinceros, apenas se producen cambios sustanciales. La innovación que se predijo hace cinco años sencillamente no se ha producido, al menos no a ninguna escala", lamentan los autores del report.

La innovación que se predijo hace cinco años sencillamente no se ha producido

En su opinión, la resistencia a la modernización tan habitual dentro de los despachos se explica por dos motivos. Primero, la visión tradicional que tienen estas entidades, cada vez más centradas en la especialización. "Es un enfoque que simplemente no funciona en un mundo cada vez más interdependiente, complejo y caótico", asegura el texto, que llama a las organizaciones del sector a apostar por la diversidad y la innovación.

En segundo lugar, por la obsesión de las firmas de alcanzar la eficiencia. En opinión de los autores, esta única meta ha sido la que se ha escondido tras las iniciativas de innovación de los despachos, que han dejado de lado la creatividad y la imaginación a la hora de imaginar qué futuros posibles podrían crearse utilizando la tecnología, por ejemplo, o analizando qué nuevo rol podrían desempeñar los equipos jurídicos. "El sector no prosperará en el mundo al que se enfrenta si se centra en ser más eficiente y en afinar el modelo de negocio que nos ha llevado hasta donde estamos hoy. Simplemente, se expondrá a los fallos del sistema al no protegerse contra posibles choques futuros", vaticina.

¿Qué pasaría si la guerra por el talento que libran los grandes despachos de abogados no hubiera hecho más que empezar? ¿Y si las presiones que sufren los in house por parte de sus directivos provocase un choque irreversible con los bufetes y sus precios? ¿Podrían los proveedores de servicios jurídicos alternativos volverse tan populares que representaran el 90% del mercado legal? Aunque puedan parecer hipótesis algo rocambolescas, todas ellas son potencialmente posibles. Al menos así lo cree Baker McKenzie. En un estudio publicado recientemente, la firma estadounidense describe varios escenarios distintos de futuro para la industria legal y, en concreto, para las firmas de la élite de los negocios. La mayoría tienen, no obstante, algo en común, y es que describen un futuro más bien sombrío.

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