José Mª Alonso confirma su renuncia al ICAM y avanza que aspira al Consejo de la Abogacía

El todavía decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), José María Alonso, ha confirmado esta mañana lo adelantado el pasado viernes por El Confidencial: que renuncia a presentarse de nuevo como candidato a liderar la institución colegial. En un desayuno informativo celebrado en la sede del organismo, Alonso ha desgranado los motivos por los que, a lo largo del verano, ha cambiado su decisión inicial, que era la de embarcarse en la batalla electoral —de hecho, ha desvelado que contaba con una lista prácticamente al completo—. Según ha expuesto, su negativa se debe a razones "personales y familiares", por la enorme exigencia de tiempo y desgaste que supone estar al frente una institución que maneja un presupuesto de cerca de 35 millones de euros y gestiona más de 76.000 colegiados.

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"La decisión [de no concurrir a las elecciones] me ha producido un fuerte desgarro interno", ha llegado a decir en su comparecencia ante la prensa, en la que ha asegurado que había barajado presentarse de nuevo —a pesar de que en la campaña de 2017 dijo que solo estaría un mandato en el cargo— por responsabilidad, por su "preocupación por la institución" y por la cantidad de peticiones que había recibido para que repitiera. Sobre si señalará a un delfín como sucesor de su proyecto, Alonso ha afirmado que hasta que no se conozcan todos los candidatos de forma oficial no se manifestará, pero ha dejado la puerta abierta a tomar partido por alguno de ellos.

Sin embargo, a pesar de renunciar al ICAM, Alonso ha avanzado que se ve con fuerzas para aspirar a entrar en el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE). "Me gustaría seguir vinculado a la abogacía, creo que puedo seguir aportando mucho", ha manifestado; "quiero seguir en el Consejo, pero para eso tendría que presentarme como consejero". Opción que no solo no ha descartado, sino que ha dado casi por segura. Lo que no ha mencionado el decano es que también podría optar a la presidencia del organismo, cargo al que, según el Estatuto General de la Abogacía, puede optar cualquier "profesional ejerciente" de cualquier colegio.

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A pesar de que Alonso no se ha pronunciado respecto de la presidencia, no son pocos los que en la cúpula del Colegio de Madrid —incluso entre sus más cercanos— y el CGAE señalan que es una de las aspiraciones del todavía decano. El mandato de la actual presidenta del Consejo, Victoria Ortega, finaliza a finales del próximo año, por lo que muchos atribuyen los últimos movimientos de Alonso a una estrategia para hacerse con la máxima representación institucional de la abogacía en España.

De hecho, varios diputados de la junta de Gobierno aseguran a El Confidencial que, desde hace meses, Alonso está celebrando algunos viernes comidas institucionales con las direcciones de otros colegios, pagadas a cuenta de los presupuestos del ICAM. Unos encuentros que las mismas fuentes cifran en el entorno de los 1.000 o 2.000 euros cada uno y que tendrían como objetivo estrechar lazos con otros decanos (y, por tanto, integrantes del CGAE). Hay que recordar, en este sentido, que el presidente del Consejo es elegido de forma directa por los 83 decanos que lo componen, y no en una votación abierta a todos los abogados.

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Con la actual regulación, existe la duda de si Ortega podría repetir como presidenta. 'A priori', el Estatuto únicamente permite al máximo representante de la abogacía presentarse a la reelección "una sola vez" (artículo 105), pero la norma entró en vigor ya en su segundo mandato. Hay quien considera que esta circunstancia le libera de esa limitación durante el periodo actual y se activaría si repite; otros consideran que aspirar a una segunda reelección sería atentar contra el espíritu de la norma.

No ve opacidad en el CGAE

En relación con el CGAE, Alonso ha rechazado que exista "opacidad" u "ocultación" en el sistema de dietas y gastos del Consejo, a pesar de que este no sea público —ni los criterios de reparto, ni el desglose que se abona a cada consejero y decano—. "Personalmente, no tengo la sensación de falta de transparencia. En el Consejo nos lo cuentan todo y el sistema está a disposición de los decanos. Si alguno lo pidiera, se lo darían", ha aseverado a preguntas de El Confidencial. Al ser preguntado si no entiende como falta de transparencia que mantener el sistema oculto al conjunto de la abogacía (quienes sustentan el CGAE con sus cuotas obligatorias) y solo mostrárselo a los decanos (es decir, los beneficiarios del mismo), ha respondido que esta afirmación es "una opinión personal" que él no comparte. Minutos antes, Alonso había defendido que el Colegio de Madrid debía ser transparente y rendir cuentas ante los colegiados, pues se trata de "una empresa que tiene 76.000 propietarios".

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Tampoco ha encontrado objeción al hecho de que el CGAE pague a la presidenta, Victoria Ortega, un piso en Madrid que es propiedad del decano de Ciudad Real, Cipriano Arteche. Al ser preguntado sobre si no debería el Consejo optar por sistemas de contratación abiertos, que no involucren a sus propios miembros, y si el hecho de que el organismo abone una cuantía a uno de sus integrantes plantea un problema de conflicto de interés, Alonso se ha remitido a las explicaciones ya ofrecidas por el Consejo. "Mientras esté por debajo del precio de mercado, no encuentro ningún problema con ello", ha asegurado, evitando valorar los conflictos que plantea dicha contratación.