Cuatrecasas define su cúpula tras Jorge Badía y reelige a Rafael Fontana presidente ejecutivo

El despacho de abogados Cuatrecasas ha dado el primer paso para definir la estructura de su cúpula tras el inesperado fallecimiento de su consejero delegado, Jorge Badía, el pasado mes de julio. Según avanza El Confidencial, la junta de socios del segundo mayor bufete nacional ha elegido a Rafael Fontana nuevo presidente ejecutivo de la firma. La votación, convocada de forma extraordinaria por el consejo de administración en su última reunión del mes de julio, se celebró el pasado 10 de agosto.

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De este modo, Rafael Fontana vuelve a asumir la máxima responsabilidad al frente de Cuatrecasas tres años después de haberle cedido el testigo al propio Jorge Badía. En abril de 2019, los socios del bufete decidieron un cambio en el modelo de dirección de Cuatrecasas. De un liderazgo formado por un presidente ejecutivo y un director general, la firma pasó a contar con un presidente, con funciones más representativas, y un consejero delegado, al mando del día a día de la organización. En aquella votación, Fontana fue designado para el primer cargo y Badía, para el segundo.

Según detallan fuentes de Cuatrecasas a este diario, tras el fallecimiento de Badía fue el propio Fontana el que mostró su disposición a presentarse para asumir el liderazgo del despacho. Un paso, explican, que entendía como un "acto de responsabilidad ante los socios y todos los colaboradores que integran la organización" en un momento complejo. El siempre delicado proceso de sucesión del máximo responsable de un bufete se había visto agravado por el hecho de que la desaparición de Badía se hubiera producido de forma tan repentina y sorpresiva. La candidatura de Fontana contó con el respaldo del 'partnership'.

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De este modo, Cuatrecasas solventa el primer gran reto orgánico al que se enfrentaba en esta nueva etapa, la designación de un socio que tomara las riendas del despacho, sin tener que adentrarse en una reforma de sus estatutos. La normativa interna de la firma establece que la gobernanza de la misma debe recaer sobre un presidente ejecutivo o en un consejero delegado; en ambos casos, junto con el consejo de administración.

Estabilidad y continuismo

Con la designación de Fontana, Cuatrecasas envía un mensaje interno y externo de estabilidad, pues descarta una solución transitoria, como se había especulado, y le confía la máxima responsabilidad del bufete hasta las elecciones de dentro de cuatro años. También de continuismo en torno a la exitosa hoja de ruta que la organización ha seguido en los últimos ejercicios, y que le ha permitido elevar su facturación un 41,3% en el último lustro. Desde el bufete, subrayan que la línea a seguir es el Plan Estratégico 2021-2023, un rumbo "nítido y bien definido" y que "nos marca hacia dónde debe enfocarse el despacho".

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A partir de ahora, uno de los primeros objetivos de Rafael Fontana como presidente ejecutivo es la elección de un nuevo director general que asuma el papel de número dos del bufete. Una figura que surgirá de entre los socios, avanzan fuentes de la dirección de Cuatrecasas, pero cuyo nombramiento llevará algo de tiempo. "Rafael no quiere precipitarse, pero tampoco se va a demorar", explican, "será cuestión de pocos meses".

En este sentido, se da por hecho de que el perfil por el que se decantará el actual presidente ejecutivo de Cuatrecasas será similar al de Jorge Badía: un socio con una visión de la gestión moderna y eficaz, dando mucho peso a las áreas de soporte y enfocando el bufete hacia el trabajo de alto valor añadido y la internacionalización. No en vano, aunque Badía era quien cargaba con el peso del día a día en la dirección del despacho como consejero delegado, su relación y comunicación con Rafael Fontana era cercana y fluida.

En esa línea apuntan las primeras declaraciones de Fontana tras haber sido elegido presidente ejecutivo. "Hemos perdido a una persona excepcional, a un abogado extraordinario y a un profesional envidiable, pero nos quedamos con su inmenso legado. Sabremos estar a la altura para mantener todo lo que nos ha dejado Jorge", ha subrayado.

La elección del futuro director general no solo es relevante por el papel que asumirá en la actual dirección de Cuatrecasas, que ya de por sí tendrá un importante peso específico, sino porque será el señalado por Fontana como su candidato a sucederle en el liderazgo de la firma cuando, dentro de cuatro años, deba renovarse la cúpula del despacho. Al ponerse al frente del proceso de sucesión, Fontana retrasa su jubilación como socio y directivo de Cuatrecasas, salida que estaba prevista para el año que viene.

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Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona en 1977 y titulado por el Centro de Estudios Tributarios y Financieros también de la Ciudad Condal, Fontana es experto en planificación de grupos empresariales familiares, así como en el asesoramiento tributario en fusiones y adquisiciones, y 'joint ventures' de grupos de empresas nacionales e internacionales. En 2014, y tras ocupar el cargo de consejero delegado, relevó a Emilio Cuatrecasas como presidente ejecutivo de la firma. Desde entonces, el despacho ha llevado a cabo un relevante proceso de institucionalización, acelerado en los últimos años bajo el mandato de Jorge Badía, que le ha permitido convertirse en una de las referencias del sector legal español y europeo en lo relativo a la gestión de la firma, y uno de los despachos más relevantes en el Viejo Continente y Latinoamérica.