Ramón y Cajal Abogados pacta el proceso de salida del despacho de sus socios fundadores

Ramón y Cajal Abogados abre un importante proceso de transición para el despacho. Según ha podido saber El Confidencial, el bufete ha llegado a un acuerdo con sus socios fundadores, Pedro Ramón y Cajal y Rafael Mateu de Ros, para iniciar el proceso de salida de la firma de los mismos. Un pacto que, según fuentes de la organización, ha sido amistoso y con unas condiciones satisfactorias para todas las partes.

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El acuerdo diseña una desvinculación progresiva de Ramón y Cajal y Mateu de Ros, que se acercan a los 70 años, edad que los estatutos de la organización fijan como momento de jubilación de los socios. Según lo pactado con el resto del 'partnership', ambos podrán seguir en la firma cumplida esa edad, pero con una retribución distinta a los demás socios de cuota. Dentro de tres años, en 2025, se reevaluará la situación y se valorará la posibilidad de seguir prorrogando, o no, el nuevo estatus de los fundadores.

Desde el bufete confirman el pacto, así como la continuidad en sus cargos de Pedro Ramón y Cajal y Rafael Mateu de Ros. El primero se mantiene como presidente del despacho, por lo que conserva sus funciones institucionales y representativas. Mateu de Ros, por su parte, seguirá ostentando la categoría de socio fundador. Ambos permanecen como miembros del consejo de administración de Ramón y Cajal Abogados.

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El acuerdo ha creado una mezcla de satisfacción y alivio entre los socios del despacho, conscientes de lo delicada y sensible que es la gestión del proceso de salida de los fundadores de las firmas. En este sentido, nadie discute que tanto Ramón y Cajal como Mateu de Ros siguen siendo importantes activos para el bufete, pero también se asume que debe ser una nueva generación de socios la que lidere la nueva etapa de la firma y pilote la evolución y adaptación que necesita la organización en un contexto tan cambiante como el actual.

Una transición como la descrita, no obstante, no suele ser sencilla, tanto por el poder real que atesoran los fundadores como por la 'auctoritas' que ostentan frente al resto de los profesionales. Quienes han transitado por este tipo de procesos explican que la renuncia a ambos factores es compleja, y el cambio debe gestionarse con una mezcla de sensibilidad, mano izquierda y determinación.

Abogados del Estado

Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, Pedro Ramón y Cajal accedió al cuerpo de abogados del Estado en 1978. Antes de pasar al sector privado, fue director de la asesoría jurídica de la Delegación de Hacienda de Barcelona y subdirector general de recursos del Ministerio de Economía y Hacienda. Posteriormente, ha formado parte del consejo de administración de empresas como Portland Iberia, Telefónica, Renta 4, Hispasat o Atresmedia.

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Rafael Mateu de Ros, por su parte, se licenció en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. En la Abogacía del Estado, trabajó en el Ministerio de Hacienda, donde ocupó los cargos de jefe del Servicio Central de Recursos, jefe del Gabinete Técnico de la Subsecretaría y subdirector general. Ha sido, además, secretario del consejo y director de la asesoría jurídica de compañías como Bankinter, Endiasa, Eniepsa e Hispanoil.

Ramón y Cajal Abogados, que cuenta con oficinas en Madrid y Barcelona, fue fundado en 1986. En la actualidad, cuenta con una plantilla de casi 200 profesionales, de los cuales, 140 son abogados. El pasado ejercicio, la firma cerró el mejor año de su historia facturando 29,28 millones de euros, un 11% más que en 2020, unos ingresos que le permitieron situarse en el puesto 21º del 'ranking' contenido en el 'Informe de facturación de despachos' de El Confidencial.