Escolta policial para que una niña vaya al colegio a pesar del miedo al covid de la madre

Un Juzgado de Alcobendas (Madrid) ha dictado un novedoso auto en el que ordena a la policía local escoltar a un padre separado, durante las recogidas y entregas de su hija del domicilio de su ex, para garantizar que la menor, de seis años, asista al colegio. La resolución responde a la petición del progenitor que, mientras se tramita el proceso de divorcio, ha solicitado que la Justicia ponga fin a la actitud de la madre, que llevaba desde septiembre sin enviar a la niña a clase por miedo al covid.

La decisión del juez es relevante por dos cuestiones. En primer lugar, porque determina que "no existe causa justa" que fundamente que la pequeña no esté acudiendo a la escuela a pesar del contexto de pandemia —según los abogados de familia, el absentismo escolar por temor al virus está siendo una importante fuente de conflicto en las familias durante este curso—. En segundo término, porque involucra a la policía para asegurar que la madre no obstruye la reescolarización de la menor. Así, según el auto, los agentes tendrán que acudir a la vivienda de ella todos los días lectivos a las 8:30 y a las 17 horas para garantizar que el padre puede llevar y traer a la niña del colegio sin problemas.

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En la resolución se relata que la pareja contrajo matrimonio en 2017. Fruto de esa unión, tienen dos hijas: la mayor, de seis años, cuya guardia y custodia 'de facto' ostenta la madre mientras se tramita el divorcio; y la menor, de dos años, que se encuentra con su padre. La primera no asiste a clase desde el pasado 14 de septiembre. De hecho, desde que comenzó el curso escolar y hasta el 26 de febrero acumula un total de 70 faltas de asistencia no justificadas; ello a pesar de haber recibido reiteradas llamadas de atención y advertencias de la dirección del colegio y la Mesa Local de Absentismo Escolar. Para solventar esta situación, el padre se ofreció a ser él quien, cada día, recogiera y devolviera a la niña de la vivienda de su ex. Una propuesta que, en un inicio, la mujer aceptó, pero, posteriormente, se negó a cumplir.

Advertencia a la madre

El juez, en el auto, recuerda que la escolarización y la asistencia de los niños a los colegios son deberes inherentes a la patria potestad de cualquier progenitor. De hecho, como recordó la Fiscalía en septiembre, la falta de matriculación de los menores de entre seis y 16 años puede llegar a constituir un delito en los casos más graves. Así, si un adulto incumple estas obligaciones esenciales y pone en peligro la formación de sus hijos, podrá ser privado o suspendido de la patria potestad durante un tiempo determinado.

Por todo ello, el magistrado autoriza al padre a recoger a su hija en la vivienda materna todos los días lectivos a las 8:30 de la mañana y a devolverla a las 17 horas "con el auxilio de la Policía Local". La madre, por su parte, "deberá tener lista a la niña en el portal de su domicilio a la hora indicada". Y la advierte: si dificultara o impidiera la entrega, "podrán acordarse medidas de suspensión de la custodia provisional que tiene la menor".

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Delia Rodríguez y Adriana Rodríguez, socia directora y socia de Vestalia Abogados de Familia, bufete que asesora al padre, indican que resulta muy relevante en este caso que ni la menor ni la madre "presentaban ninguna patología ni eran personal de riesgo", lo cual desactivaba la existencia de cualquier razón que justificara la ausencia de clase. En su opinión, el envío de la policía para vigilar las entregas de la pequeña se deben a la "alta conflictividad parental existentes" y a que la "conducta incumplidora de la progenitora era prolongada en el tiempo". En todo caso, para evitar un impacto negativo en los niños, en este tipo de casos los agentes suelen acudir vestidos de paisano.