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Lecciones del fichaje de De Rojas: Latham va a por todas; tiemblan Uría, Clifford y Allen
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Los grandes despachos, en 'shock'

Lecciones del fichaje de De Rojas: Latham va a por todas; tiemblan Uría, Clifford y Allen

Con la incorporación, la firma que dirige Ignacio Gómez-Sancha desvela su intención de convertirse en bufete líder en el ámbito transaccional y su capacidad para seducir a socios de primer nivel

Foto: Latham & Watkins.
Latham & Watkins.
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Son varias las lecturas que cabe hacer del fichaje de Pedro de Rojas, uno de los socios ‘estrella’ de Linklaters, por parte de Latham & Watkins. La primera y más obvia: el bufete que dirige Ignacio Gómez-Sancha se hace con uno de los tres mejores abogados en reestructuraciones en España en un momento clave para esta área en la economía (y, por tanto, para los despachos). Son pocos los grandes procesos de este tipo en los últimos años en nuestro país en los que no haya participado De Rojas. Casi no necesitaba labor comercial, eran las empresas las que llamaban a su puerta.

Foto: Foto de una de las sedes del bufete internacional Latham & Watkins. (Reuters)

Así, Latham & Watkins es, desde ayer, un competidor directo en esta materia de los referentes del sector: Uría Menéndez (en donde destacan Carlos Cárdenas Smith o Sebastián Sáenz de Santamaría), Gómez-Acebo & Pombo (con Miguel Lamo de Espinosa al frente del área), Freshfields (Iñaki Gabilondo) o Cuatrecasas. Y, a pesar del 'shock', también Linklaters. Salvo sorpresa, De Rojas se marcha sin equipo, por lo que el departamento de reestructuraciones de la firma del ‘Magic Circle’ promete seguir plantando batalla.

Tras esta conclusión, la más evidente, vienen otras de fondo.

A escala nacional, el movimiento desvela que Latham va a por todas en nuestro país. El de De Rojas es el segundo gran tanto que se anota la firma en apenas semanas tras anunciar la incorporación, adelantada por El Confidencial, del expresidente (y ex Linklaters) Sebastián Albella. Con este nuevo fichaje, el despacho liderado por Gómez-Sancha envía varios mensajes al mercado: aspira a ser el bufete líder del ámbito transaccional en España; su proyecto es capaz de seducir a socios ‘top’, y el dinero, si el profesional es del perfil deseado, no será un problema. Desde ayer, en las direcciones de Uría Menéndez, Clifford Chance o Allen & Overy, que saben que algunos de sus primeros espadas también han sido 'tocados', duermen algo más inquietos pensando que el siguiente puede salir de sus filas.

Desde ayer, las direcciones de Uría, Clifford y Allen duermen algo más intranquilas pensando si el siguiente puede salir de sus filas

Por otro lado, el ‘salto’ de De Rojas es el primer gran episodio en España de la batalla que los bufetes estadounidenses y los ingleses libran en otras jurisdicciones. Y que están ganando los primeros. Mientras que las firmas británicas apenas logran penetrar en el mercado de Nueva York, la presencia de despachos norteamericanos en Londres no solo es una realidad, sino que cada vez tienen más cuota de mercado. Prueba de ello, es como Latham cuenta ya con más de 400 abogados en la capital británica. Y creciendo. ¿Pueden ‘Magic Circle’ y compañía frenar este avance estadounidense, o están abocados, irremediablemente, a quedar relegados de las operaciones más sofisticadas?

Pero la batalla no es solo de negocio, también cultural. En ella, confrontan dos modelos de despacho. En un lado del ring, el ‘lockstep’ de los ‘partnership’ británicos, en donde la ganancia de los socios depende de la marcha del conjunto de la organización. En el otro, el ‘eat what you kill’ norteamericano, en donde la retribución está mucho más ligada al desempeño individual. Un sistema, el segundo, que permite ofrecer unas cantidades que acaban por decantar a muchos de los mejores socios en Europa a enrolarse en proyectos estadounidenses. No son pocas las firmas británicas que debaten si reformar el ‘lockstep’ para ser más competitivas ante el avance yanqui.

Foto: Sede de Allen & Overy en Madrid.

Finalmente, el contexto. El crecimiento de Latham en Europa no es más que el reflejo de la evolución del mercado. El despacho se despliega por el Viejo Continente en paralelo al avance de los fondos norteamericanos, unos de sus principales clientes. Y, en la medida en que estos controlan cada vez más empresas, que a su vez tienen cada vez mayores problemas de endeudamiento, la firma se adapta a esa evolución. Latham & Watkins quiere tener una posición clave para llevarse una buena porción de la tarta del negocio que los procesos de reestructuración representarán en el mercado de los servicios legales en los próximos cinco años.

Pero no solo en España. En otros países europeos, como Italia, Alemania o el Reino Unido, el bufete estadounidense también ha realizado movimientos relevantes. De hecho, en las últimas semanas, la organización ha logrado seducir a Bruce Bell, socio de reestructuraciones de Linklaters Londres para que se enrole en sus filas. ¿Hay conexión entre este movimiento y el de De Rojas? Dado el componente cada vez más internacional de las reestructuraciones y el contacto estrecho existente en los despachos internacionales, nadie lo duda.

Primera 'patata caliente' para Giménez

Al margen de en Latham & Watkins, la noticia también tuvo un gran impacto en la sede de Linklaters, en donde el anuncio se vivió como un auténtico jarro de agua fría. Helada, mejor dicho. Y no solo porque hayan perdido a un socio histórico (llevaba 20 años en el despacho y era miembro del ‘partnership’ desde 2004) y a una de sus grandes estrellas y generadores de negocio. Se marcha, además, uno de los más queridos por sus compañeros. Prueba de ello es que en la firma siempre han destacado la escasa rotación que tenían sus equipos, algo raro en la abogacía de primer nivel.

De este modo, afrontar la salida de De Rojas y recomponer el equipo de ‘restructuring’ será la primera ‘patata caliente’ con la que debe lidiar José Giménez, quien hace un mes fue anunciado como nuevo socio director de Linklaters en Madrid en sustitución de Íñigo Berrícano, nombramiento que se hace efectivo el 1 de mayo. No es el comienzo deseado, sin duda, aunque, para su alivio, la marcha coincide con la decisión del despacho a nivel global, comunicada ayer, de designar un nuevo socio para el departamento, Francisco Sainz-Trápaga, que se une a dos socios de larga trayectoria como Ben Crosse y Juan Barona.

Foto: Oficina de Linklaters en Madrid.

En el lado positivo de la balanza, se dicen en Linklaters, sale De Rojas, pero se queda el resto del equipo, compuesto por abogados de primer nivel. Además, asumen que esto es parte del negocio: ni es el primero que se marcha, ni será el último. De hecho, el despacho ya se sobrepuso a la salida de Rafael Molina, que ‘voló’ rumbo también a Latham & Watkins en 2018, aunque este movimiento hizo mucho menos daño que el de De Rojas. Y es que, como se dicen ellos mismos, ahí está una de las fortalezas de los despachos británicos: el equipo está por encima de las individualidades y la aportación e implicación de quien ha crecido en la casa, siempre será mayor que la de un fichaje, por muy estrella que este sea.

Son varias las lecturas que cabe hacer del fichaje de Pedro de Rojas, uno de los socios ‘estrella’ de Linklaters, por parte de Latham & Watkins. La primera y más obvia: el bufete que dirige Ignacio Gómez-Sancha se hace con uno de los tres mejores abogados en reestructuraciones en España en un momento clave para esta área en la economía (y, por tanto, para los despachos). Son pocos los grandes procesos de este tipo en los últimos años en nuestro país en los que no haya participado De Rojas. Casi no necesitaba labor comercial, eran las empresas las que llamaban a su puerta.

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