"Para todas las obras que hay ahora en Madrid, es un milagro que no haya más accidentes"

La catástrofe sacudió ayer el centro de Madrid. Poco después de mediodía, el edificio situado en el número 4 de la calle Hileras, a pocos metros de Ópera, el Teatro Real y la Puerta del Sol, se vino abajo, dejando tres heridos y cuatro muertos. Las causas, especialmente si ha habido mala praxis, se conocerán tras la correspondiente investigación, pero las primeras reacciones eran de sorpresa. Nadie entendía qué había podido pasar. La empresa encargada de los trabajos de rehabilitación, Rehbilita, tiene la fama de ser una de las compañías más serias del sector.

Rehbilita cuenta con una dilatada experiencia. Todos los grandes jugadores que en los últimos años se han lanzado a adquirir edificios en el centro de Madrid para transformarlos en viviendas u hoteles de lujo tienen a esta empresa entre las primeras de su lista para trabajar. Basta un rápido repaso a su página web para encontrar una larga lista de trabajos en algunas de las calles más cotizadas de la capital.

Plaza de la Independencia 2, Santa Engracia 43, 51 y 129, Don Ramón de la Cruz 26, Hermosilla 67 y 111, Lagasca 38, San Bernardo 126, Recoletos 12, Españoleto 10, Juan de Austria 11, Sebastián Elcano 8, Moratín 3, Santa Isabel 9, Ronda de Segovia 15, San Enrique 3 y 5 o la tienda WOW de Serrano son solo algunos ejemplos de la extensa cartera de Rehbilita.

Entre sus clientes se encuentran firmas como Dazia, ASG, Admara, BeGrand, Lemon, Gran Roque, Elix, Nido Homes, AKM Real Estate, Habitat, Almyra Investment o Paisajes de Asturias, que posee el edificio de Plaza de la Independencia 2, justo enfrente de la Puerta de Alcalá.

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En Hileras 4, Rehbilita estaba trabajando para RSR Singular Assets Europe, socimi centrada en la tenencia de hoteles urbanos, que había adquirido el edificio para transformarlo en un establecimiento de cuatro estrellas. Un encargo que se sumó a la creciente lista de trabajos de esta constructora, que en los últimos años ha disparado su cartera de proyectos al calor del boom de los hoteles y viviendas de lujo.

"Para todas las obras que hay ahora en Madrid, es un milagro que no haya más accidentes", explica uno de los profesionales de referencia del sector de la rehabilitación de edificios, que pide mantenerse en el anonimato.

La investigación deberá aclarar qué ocurrió, qué pudo fallar para que se produjera esta tragedia y atribuir responsabilidades. Por el momento, los expertos consultados por El Confidencial apuntan a la necesidad de comprender que la rehabilitación de inmuebles es una tipología de obra que entraña unos riesgos, especialmente en edificios antiguos y que, si se multiplica el número de trabajos, los riesgos, fortuitos o por negligencias, crecen en la misma proporción.

“Los edificios antiguos son muy complicados y, hasta que no se pueda hacer un estudio, no se podrá saber qué ha pasado. En este tipo de proyectos tomas datos del edificio y estimas, pero no puedes escanear el inmueble entero y puede haber zonas ocultas que estén peor que otras. Pasa como en los aviones: hay que ver la caja negra para saber qué pasó, pero ninguno estamos exentos de que pueda ocurrir una tragedia", añade un arquitecto especializado en este tipo de trabajos.

En los últimos siete años, la capital ha vivido tres graves accidentes en este tipo de obras que han costado la vida a varios trabajadores. En mayo de 2018, un edificio de siete plantas de la calle General Martínez Campos, situado a pocos metros del Paseo de la Castellana, se derrumbó parcialmente durante las obras que se estaban llevando a cabo, cobrándose la vida de dos obreros.

Pocos meses después, en septiembre de ese mismo año, el derrumbe de un forjado durante las obras de reforma del Hotel Ritz de Madrid causó la muerte de un trabajador y provocó once heridos. Tanto en este caso como en el anterior, las investigaciones que se llevaron a cabo para intentar aclarar qué pasó apuntaron a la falta de cumplimiento de las normas de seguridad y salud laboral.

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Seis años después, el 7 de mayo de 2024, dos obreros murieron al quedar atrapados bajo una losa de hormigón por el derrumbe de un forjado en un edificio en la calle Lezama. El inmueble estaba siendo sometido a una profunda obra de transformación para hacer viviendas de lujo y el accidente provocó también que un tercer trabajador fuera hospitalizado.

"Cada día toca extremar más si cabe la prudencia”, dice un tercer experto. Como también ocurre en la promoción de obra nueva, la rehabilitación se enfrenta a un problema de falta de trabajadores en un momento en el que, además, hay una disparada demanda. "Hay poca mano de obra y vamos hacia un escenario con más demanda de transformación que de obra nueva. ¿Eso puede cambiar la casuística? La rehabilitación, al final, es una actividad que lleva un riesgo inherente", añade.

Quién está detrás de Rehbilita

Rehbilita es propiedad de la familia Prudencio, saga que lleva medio siglo en el mundo de la demolición y la transformación de edificios, experiencia que les convierte en uno de los mayores especialistas en este complicado terreno. Su histórico buque insignia fue Demoliciones Técnicas SA. (Detecsa), empresa de referencia en Madrid, hasta que el estallido de la burbuja inmobiliaria se la llevó por delante.

En septiembre de 2015, Detecsa presentó concurso de acreedores ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con sus bancos acreedores, entre los que dejó un reguero de facturas sin pagar. Para entonces, hacía un año que había constituido Rehbilita, compañía que nació justo cuando el mercado inmobiliario empezó a levantar y que se ha beneficiado de todo el boom de la rehabilitación para viviendas y hoteles de lujo.

Entre los principales proyectos que realizó Detecsa destaca la demolición de la Manzana de Canalejas, de los antiguos edificios de Repsol y la Mutua Madrileña en Juan Bravo 3, de estructuras para la sede de BBVA en Las Tablas o la demolición de interiores del Edificio España. También llevó a cabo la voladura de la antigua Maternidad de la calle O’Donnell, las obras de emergencia en el aparcamiento de la T4 de Barajas tras el mortal atentado en la víspera de la Nochevieja de 2006 y fue responsable del desmontaje de equipos y acondicionamiento civil del edificio de turbina de la central de Zorita.