El heredero de la prima de Carolina Herrera evita la subasta de su mansión de 7,7 M al pagar la deuda

No apuraron hasta el último día, pero casi. Los herederos de Mercedes Herrera, prima política de la diseñadora Carolina Herrera, evitaron la subasta de la Quinta Mercedes en Formentor (Mallorca) al ingresar parte de la deuda, puesto que abonaron los 54.325,4 euros de principal que les reclamaba el fondo Old Oaks Holding y ahora solo les quedará por hacer frente al trámite de los 16.297,62 euros restantes, que son los intereses y costas.

Este ingreso del principal en la cuenta corriente es lo que ha permitido a los herederos de Mercedes Herrera ganar tiempo y casi dejar resuelto el proceso, puesto que la subasta se encuentra temporalmente suspendida cuando restaban poco más de 2 días y 4 horas para su finalización, sin contar con ninguna puja hasta el momento. Así, la familia de la alta nobleza de Caracas (Venezuela) tiene hasta el 27 de enero para hacer frente al montante restante, como previsiblemente harán.

El fondo logra así que los herederos de Mercedes Herrera, que falleció a finales de 2020 y era la viuda de Jorge Benacerraf, uno de los grandes banqueros de Venezuela, abonen su deuda tras instar el proceso de ejecución hipotecaria poco después de su muerte, en 2021. De ahí que el importe tanto del principal como de los intereses no sea muy abultado y haya sido satisfecho por sus familiares.

La mansión construida sobre un solar que forma parte del predio Formentor, en el término de Pollensa (Mallorca), no cambiará de titular y seguirá siendo de la sociedad Quinta Mercedes SA. Se trata de un chalé situado en una finca de casi 4.800 metros cuadrados, con cinco dormitorios y tres baños, que cuenta con piscina y un amplio jardín. Está al noroeste de la isla, a cinco minutos en coche de Inca y próximo al hotel Four Seasons Resort en Formentor.

En la sociedad dueña de la mansión figuran como administradores solidarios dos hijos de Mercedes Herrera: Jorge Fortunato Antonio José Benacerraf Herrera y Mercedes Benacerraf Herrera, mientras que otro de sus hijos, Andrés Gonzalo Benacerraf Herrera, dejó de serlo a mediados de 2013.

La mansión, adquirida en los años cincuenta por los padres de la difunta Mercedes Herrera y abuelos de los actuales propietarios, goza de privacidad al estar rodeada de bosque y no tener fincas muy cercanas, entre las que estaba la de la también difunta Liliane Bettencourt, heredera del imperio L'Oreal. La finca está gravada con servidumbre in non faciendo, lo que impide construir más que un edificio destinado a vivienda particular, para garantizar que las edificaciones de las parcelas se mantengan lo suficientemente distanciadas entre sí. Además, no pueden destinarse a industria hotelera ni a salas de espectáculos.