AXA pone el broche a su operación más difícil: alquila los antiguos Cines Rex

Luces, cámara, ¡acción! Los antiguos Cines Rex de la madrileña Gran Vía, una de las salas más emblemáticas de la capital, empiezan a rodar su segunda parte. La aseguradora AXA, que hace ocho años compró todo el edificio, ha cerrado el alquiler del antiguo patio de butacas y ha conseguido completar así una de sus operaciones más complicadas.

Los nuevos inquilinos son la firma estadounidense de moda urbana Urban Outfitters, que abrirá en esta esquina una tienda insignia o flagship, y la cadena de restauración La Mafia se Sienta a la Mesa, que se suma así a la creciente oferta gastronómica de Gran Vía, arteria que se está convirtiendo en la nueva alfombra roja de los fogones en la capital. Estos dos acuerdos han venido de la mano de Cushman & Wakefield y TC Gabinete Inmobiliario, respectivamente.

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Fue a finales de 2015 cuando AXA Real Estate, el brazo inmobiliario de la aseguradora francesa, se hizo con el edificio donde se ubicaban el Hotel Rex y los históricos cines por algo menos de 42 millones de euros. La entidad se impuso en el competido proceso que lanzó a principios de aquel año la firma Equity Inmuebles, propiedad de las familias Mazin, Calero y Briones, que abrió la puja en cerca de 28 millones.

El desaforado apetito que había ya entonces por establecerse en Gran Vía disparó el precio de las ofertas y AXA terminó resultando ganadora con un cheque un 50% superior al precio de partida y el plan de transformar los antiguos cines en un gran espacio comercial, manteniendo el uso hotelero del resto del inmueble con una nueva marca.

Pero, hasta que ha conseguido completar su proyecto, la entidad ha tenido que superar difíciles momentos, como el vivido cuando el Ejecutivo de Manuela Carmena rechazó su propuesta de plan especial para cambiar el uso de los antiguos cines.

El edificio cuenta con un nivel 1 de protección, lo que obliga a respetar tanto la fachada como su interior, y a tener que recibir del ayuntamiento un doble visto bueno: al plan especial para la tramitación del cambio de uso y al plan especial de control urbanístico ambiental, que mide la incidencia que la implantación de un determinado uso puede tener sobre el medio ambiente urbano y sobre las características propias del ámbito en que se ubique.

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Los dos fueron rechazados por el Ejecutivo de Carmena en 2017, lo que retrasó varios años todos los planes de la aseguradora, que tuvo que esperar hasta finales de 2021 para poder reactivar su proyecto, cuando al fin recibió el visto bueno del Ejecutivo madrileño, ya en manos de José Luis Martínez-Almeida, a la transformación de los antiguos cines.

Este local consta de una planta sótano, baja, primera y anfiteatro, es un espacio singular con espectaculares motivos decorativos, además de contar con casi 30 metros de fachada que lo dotan de gran visibilidad desde el exterior, ya que hace esquina con la calle Silva.

Respecto al antiguo Hotel Rex, apenas unos meses después de cerrar la compra del edificio, AXA llegó a un acuerdo con Room Mate para abrir un hotel de 130 habitaciones. La inauguración del establecimiento, bautizado con el nombre de Macarena, estaba prevista para la primavera de 2020, justo cuando estalló la pandemia del covid-19, lo que obligó a retrasar los planes hasta verano, además de hacer saltar por los aires las estimaciones de ocupación.

La firma francesa llegó entonces a un acuerdo con la cadena hotelera para condonarle parte de la renta durante un año, según reconoce en las cuentas de ese ejercicio, en el que valora el inmueble de Gran Vía 43 en 52 millones de euros, casi un 25% más del importe que pagó hace ocho años.

Tres años después, la cadena fundada por Kike Sarasola es propiedad del fondo Angelo Gordon y los hoteles urbanos empiezan a erigirse en una de las principales apuestas de inversión poscovid. Lo cual, unido al cierre del alquiler de los antiguos Cines Rex, permite a AXA poner el lazo a esta inversión y empezar a pensar en la segunda parte.