Catalana Occidente tiene la llave inmobiliaria más codiciada del centro de Madrid
Grupo Catalana Occidente (GCO) se ha convertido, en los últimos meses, en el interlocutor con el que buena parte del sector inmobiliario quiere sentarse a tomar un café
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Grupo Catalana Occidente (GCO) se ha convertido, en los últimos meses, en el interlocutor con el que buena parte del El Confidencial quiere sentarse a tomar un café. La aseguradora anunciaba el pasado mes de octubre el traslado de sus oficinas a una nueva sede en Méndez Álvaro, a un edificio propiedad de la aseguradora.
Una mudanza que trajo consigo que tres de sus edificios, situados en pleno centro de la ciudad, quedaran completamente vacíos. Hablamos de Plaza de las Cortes 8 (8.200 metros cuadrados), Paseo de la Castellana 4 (14.000 metros cuadrados) y Cedaceros 9 (5.700 metros cuadrados).
En total, 27.900 metros cuadrados, completamente libres, en las mejores ubicaciones de la ciudad, algo muy poco frecuente en un mercado en el que activos inmobiliarios con estas características —ubicación, superficie y posibilidades de usos— y disponibles son muy escasos, lo que no tardó en poner en marcha a potenciales interesados, desde promotores de pisos de lujo y de las ya famosas branded residences a operadores hoteleros de gran lujo.
La mudanza de la aseguradora el año pasado dejó vacíos tres edificios en el centro de Madrid
De hecho, uno de estos caramelos inmobiliarios ya tiene nuevo dueño, ya que antes de despedir 2023, GCO cerraba con el grupo Lamar Development la venta de Cedaceros 9. Con sede en Dubái, y tras dos años buscando activos en la capital, la compañía se hacía con la propiedad de este inmueble, a escasos 100 metros del Four Seasons y del futuro Nobu Madrid, donde prepara un proyecto de branded residences en sus casi 6.000 metros cuadrados.
De ahí que ahora todas las miradas se dirijan hacia el inmueble de la Castellana, antiguo edificio IBM, diseñado y construido originalmente en 1966 por Miguel Fisac como edificio de oficinas, con plantas diáfanas "de proporciones cercanas al cuadrado para flexibilizar la ordenación de las mesas de trabajo". Y, especialmente, hacia Plaza de las Cortes 8, más conocido como Edificio Plus Ultra, otra joya inmobiliaria vacía y lista para convertirse en un nuevo hotel de gran lujo junto al Retiro y junto a dos clásicos como el Hotel Palace y el Ritz Mandarin Oriental.
¿Otro 5* junto al Ritz o el Palace?
Según aseguran a El Confidencial varias fuentes del sector inmobiliario, la aseguradora habría comenzado a mover ficha para buscar una cadena hotelera para operar el activo y ponerlo, de esta manera, en rentabilidad. Desde GCO, ni confirman ni desmienten. "Se están estudiando las mejores opciones para optimizar la rentabilidad del edificio. Por el momento, no se ha cerrado ninguna operación que GCO pueda confirmar", se limitan a contestar a El Confidencial.
La falta de activos de cierta envergadura, bien ubicados y a buen precio, ha sido un importante escollo con el que se han encontrado, en su búsqueda de activos, las cadenas hoteleras y desarrolladores de proyectos residenciales de lujo, dos tipos de activos que, por otra parte, viven su edad dorada en la capital.
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El más icónico e histórico de estos inmuebles es, sin duda, Plaza de las Cortes 8. Según la Guía de Arquitectura del COAM, ocupa parte del solar del antiguo palacio de los duques de Medinaceli y fue construido como casa de alquiler para el marqués de Amboage. Su superficie, de algo más de 8.000 metros cuadrados, se distribuye en planta sótano, baja con puerta de ingreso, entresuelo, principal, segunda, tercera y sotabanco.
En su origen, el marqués utilizaba el inmueble como viviendas de alquiler —dos por planta—, algo muy habitual a finales del siglo XIX y principios del XX. Mientras el marqués y su familia residían en un palacio que hoy ocupa la Embajada de Italia en la manzana que comprenden las calles Juan Bravo, Velázquez, Padilla y Lagasca, obtenía ingresos extra por el alquiler de este edificio de viviendas en la Plaza de las Cortes, cuya fachada, escribe el COAM, "responde al gusto francés, típico en la arquitectura europea de las primeras décadas del siglo XX".
Este edificio fue, además, premio del Ayuntamiento a la mejor casa de alquiler construida de Madrid en el año 1915 y fue rehabilitado en 1983. Una de las particularidades es el reloj con carillón instalado por José Ignacio Cortés Bretón en 1993 en su fachada. Una atracción turística en la ciudad, ya que consta de cinco figuras diseñadas por el dibujante Antonio Mingote, todas ellas de la época goyesca, cuyo desfile se puede disfrutar cada día, durante tres minutos, a las 12:00, a las 15:00, a las 18:00 y a las 20:00 horas.
Un activo en rentabilidad
Sobre el futuro de este edificio, desde la aseguradora señalan que "Plaza de las Cortes 8 es uno de los inmuebles propiedad de GCO que quedó liberado tras el reciente traslado de todos sus equipos en Madrid a la nueva sede en la calle Méndez Álvaro. Este movimiento ha permitido sumar el edificio a los activos inmobiliarios del Grupo, lo que permitirá a la compañía incrementar la rentabilidad de sus inversiones inmobiliarias". De lo que se desprende que la intención de la aseguradora es no vender el activo, sino mantenerlo en rentabilidad.
Plaza de las Cortes 8, de 8.200 m2, se sitúa junto a The Westin Palace y el Mandarín Oriental Ritz
Y añaden, "se da la circunstancia de que el edificio de Plaza de las Cortes 8 se alinea perfectamente con la estrategia inmobiliaria habitual de GCO, centrada mayoritariamente en inmuebles situados en zonas consideradas prime de las principales ciudades españolas, presentando tasas de ocupación muy elevadas".
Por otra parte, la aseguradora articula su negocio inmobiliario a través de GCO Activos Inmobiliarios, que realiza inversiones directas en inmuebles y también en otro tipo de compañías de servicios del sector inmobiliario, y se encarga, asimismo, de la gestión de su patrimonio inmobiliario. Según explican, su estrategia se centra, principalmente, en la adquisición de edificios de oficinas, situados en zonas prime de las principales ciudades españolas, especialmente Madrid y Barcelona, y en el sector de la logística industrial.
"GCO Activos Inmobiliarios tiene como objetivo capitalizar las oportunidades presentes en el mercado inmobiliario, integrando activos que optimicen la diversificación de las inversiones del Grupo y contribuyan a su rentabilidad", añaden.
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Su futuro como posible hotel de gran lujo ha resucitado con fuerza en las últimas semanas, ante la posibilidad de que se hayan intensificado las conversaciones de cara a encontrar un gran operador que lo explote. La ubicación es inmejorable, a escasos metros del The Westin Palace y del Mandarín Oriental Ritz, dos de los primeros y escasos hoteles de lujo en la capital, junto al Rosewood Villa Magna, en el Paseo de la Castellana, hasta hace apenas unos años.
Y es que, al igual que ha sucedido en el residencial de lujo, el hotelero de la más alta categoría ha experimentado un auténtico boom y vive una época dorada en la capital. Para hacernos una idea, en los últimos cinco años, el número de hoteles de cinco estrellas ha crecido un 16%, impulsado por un tipo de turista con un elevado poder adquisitivo. Y sigue sumando, ya que en los próximos años abrirán sus puertas hasta ocho establecimientos de alta gama, entre ellos, el Nobu Madrid, en la calle Alcalá; el Nômade, antiguo Iberostar Las Letras; o el Hotel Brach, en Gran Vía 20.
La apertura del Four Seasons en septiembre de 2020, a 700 metros de la Puerta del Sol, supuso el regreso de grandes operadores internacionales a la capital. Desde entonces, hoteles como JW Marriott, al lado del Teatro Reina Victoria; el Gran Hotel Inglés, a escasos metros del primero; o el Hotel The Madrid Edition, en Sol, se han ido abriendo hueco en el panorama madrileño. Sin olvidar, entre otros, el futuro hotel de Pescaderías Coruñesas en Plaza Canalejas, el UMusic Hotel Teatro Reina Victoria.
Castellana 4, antigua Embajada alemana
También Paseo de la Castellana 4 cuenta a sus espaldas con un pasado interesante, ya que sobre el solar donde hoy se levanta el llamado Edificio IBM, estuvo la sede Embajada Alemana, un antiguo palacete "tan opulento que parecía la residencia de un grande de España. Los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial, etapa de expansión económica y militar de Alemania, coincidieron con el máximo esplendor de este palacio, y sus salones y jardines fueron escenario de magníficas fiestas", recuerda el libro 'Los Palacios de la Castellana. Historia, arquitectura y sociedad'.
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Con el estallido de la guerra en 1914, la embajada se vio envuelta en diversos conflictos de espionaje, que se vieron alimentados por la neutralidad de España. Los últimos embajadores del imperio alemán pertenecían a la nobleza, como el conde de Rodowitz o el príncipe de Ratibor, quienes llevaron en este edificio con un auténtico estilo de vida palaciego. Años después, con el estallido de la Guerra Civil, la embajada vivió un momento de inestabilidad y cuando el Gobierno alemán reconoció el régimen del general Franco, se trasladó a la Embajada a la zona nacional, al barrio de Salamanca.
El edificio fue, entonces, ocupado por unidades de milicianos republicanos. Después de la guerra, en 1949, el Gobierno español expropió los bienes de la Embajada en la Castellana y el palacio pasó entonces a manos privadas. Primero fue propiedad de la empresa Hidroeléctrica Española y después de IBM. El palacio fue derribado en 1967 y al año siguiente se construyó en sus terrenos el edificio actual de IBM, según proyecto de Miguel Fisac.
Grupo Catalana Occidente (GCO) se ha convertido, en los últimos meses, en el interlocutor con el que buena parte del El Confidencial quiere sentarse a tomar un café. La aseguradora anunciaba el pasado mes de octubre el traslado de sus oficinas a una nueva sede en Méndez Álvaro, a un edificio propiedad de la aseguradora.