¿Quién es el culpable de la quiebra de Oasiz? La jueza centra el tiro en el dueño francés
Los sucesivos recursos de las partes retrasan la convocatoria de la vista para decidir si el concurso de Phalsbourg, accionista de Oasiz, es culpa del dueño francés o es fortuito
El Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid, que tramita el concurso de acreedores de Compañía de Phalsbourg, avanza en la tramitación de la calificación del concurso. Tras recibir el informe del administrador concursal, FTI, que señala a Raphael Martin, presidente de Compañía de Phalsbourg, y a Carlotta como cómplice, la jueza ha estimado un recurso presentado por Carlotta y ha acordado dejar sin efecto a Carlotta como cómplice, por lo que el único posible responsable ya es Martin, de acuerdo con la documentación judicial a la que ha tenido acceso El Confidencial.
La sociedad Compañía de Phalsbourg, ya en fase de liquidación, es una de las dos empresas a través de las cuales el grupo francés Compagnie de Phalsbourg ha levantado Oasiz, el mayor centro comercial de la Comunidad de Madrid. La otra sociedad es Carlotta, filial de Compañía de Phalsbourg.
En su informe de calificación, FTI ha solicitado que el concurso sea declarado culpable y señala como responsables a Raphael Martin, presidente de Compañía de Phalsbourg, y a Carlotta, persona jurídica, comocómplice. Ahora, la pieza de calificación seguirá solo con Martin como posible culpable.
Compañía de Phalsbourg se declaró en concurso de acreedores voluntario después de que un grupo de acreedores lograse tumbar su plan de reestructuración. Actualmente, la compañía está en fase de liquidación. Por su parte, Carlotta sí ha logrado en primera instancia la homologación de su plan, pero un acreedor ha presentado una impugnación que todavía está pendiente de resolución, por lo que también podría acabar anulada.
En el informe, FTI explica que el principal problema ha sido no reestructurar de forma conjunta las sociedades Compañía de Phalsbourg y Carlotta mediante planes que traten a todos los acreedores de forma paritaria y con índices de recuperación similares. Mientras que Phalsbourg entró en concurso, Carlotta sí logró reestructurarse a propuesta de Cale Street, aunque lo hizo “en unas condiciones para los demás acreedores muy precarias”, según FTI. Con este plan, Cale Street pasó a controlar el 79% de Carlotta y dejó a Compañía de Phalsbourg con un 19% del capital.
FTI no entiende que Compañía de Phalsbourg apoyase el plan de reestructuración de Carlotta instado por Cale Street cuando su propio plan no había sido homologado y se vio abocada al concurso. De hecho, apunta que el apoyo al plan de Carlotta resultó perjudicial para los intereses de sus acreedores y agravó su propia situación de insolvencia. Además de reducir sustancialmente su participación accionarial, el apoyo al plan implicó una aceptación de la clasificación de sus créditos que FTI defiende que es “inadecuada”.
Carlotta debe a Compañía de Phalsbourg un total de 93 millones articulados a través de dos créditos, ambos clasificados como subordinados en el plan de reestructuración. Es decir, que son los últimos que se pagan. FTI defiende que, al menos, uno de los créditos, el de 15,7 millones, debía reconocerse como ordinario por su naturaleza, lo que aumenta las posibilidades de recuperarlo. Como Phalsbourg apoyó el plan, no tiene opción de impugnarlo. El apoyo del plan ha supuesto, según FTI, “una salida ‘fraudulenta’ del patrimonio de la deudora.”
“Esta administración concursal no atribuye una mala fe a la conducta del administrador de la compañía, sino una falta de diligencia o una negligencia grave en el desarrollo de las actuaciones que le eran exigibles: básicamente, no apoyar el plan de reestructuración de su filial Carlotta propuesto por su principal acreedor a la vista del sacrificio desproporcionado que se le exigía en su calidad de acreedora de dicha entidad, en claro perjuicio para sus acreedores; y en su caso, impugnar el mismo en base a las causas expresadas en el cuerpo del presente informe en orden a conseguir su ineficacia o, cuando menos, la no afectación de sus créditos”, añade FTI.
¿Qué pasa si el concurso es culpable?
La calificación del concurso corresponde a la jueza, que deberá determinar, tras escuchar a los acreedores, al administrador concursal y a la propia compañía, si la quiebra de Phalsbourg es imputable a Martin (concurso culpable) o si obedece a factores externos no atribuibles a él (concurso fortuito).
La calificación culpable del concurso no tiene consecuencias penales, pero sí civiles. En caso de ser declarado culpable, Martin puede ser obligado a asumir responsabilidades económicas de la compañía —mediante el pago de las deudas pendientes a los acreedores— o ser inhabilitado para ser administrador de otras empresas, por ejemplo.
El Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid, que tramita el concurso de acreedores de Compañía de Phalsbourg, avanza en la tramitación de la calificación del concurso. Tras recibir el informe del administrador concursal, FTI, que señala a Raphael Martin, presidente de Compañía de Phalsbourg, y a Carlotta como cómplice, la jueza ha estimado un recurso presentado por Carlotta y ha acordado dejar sin efecto a Carlotta como cómplice, por lo que el único posible responsable ya es Martin, de acuerdo con la documentación judicial a la que ha tenido acceso El Confidencial.