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La escasez de mano de obra ya impacta en los costes de construcción
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LOS COSTES CAEN LIGERAMENTE

La escasez de mano de obra ya impacta en los costes de construcción

Los costes directos de construcción en edificación residencial mantienen un comportamiento estable a lo largo de 2024, con una ligera bajada del 0,3% interanual

Foto: La escasez de mano de obra ya impacta en los costes de construcción (iStock)
La escasez de mano de obra ya impacta en los costes de construcción (iStock)
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Contratar a un fontanero, a un electricista, a un encofrador, a un soldador o a un ferrallista en una obra, cada vez resulta más complicado y, también, más caro.

Un coste extra para un sector que se ha visto sacudido en los últimos años por el fuerte incremento de los materiales de construcción como consecuencia del parón de las fábricas que se produjo durante la pandemia y la fuerte subida de la energía a raíz de la guerra de Ucrania.

Esta falta de mano de obra, que no es nueva para el sector, empieza a preocupar cada vez más. Por un lado, porque no existen trabajadores cualificados suficientes para poner en marcha todas las viviendas que necesita el mercado y, por otro, porque, la tímida bajada de los precios de los materiales de construcción se ha visto 'anulada' por el incremento del coste de la mano de obra.

Según el Índice de Costes Directos de Construcción que desde 2015 elabora anualmente la constructora ACR, los costes directos de construcción en edificación residencial mantienen un comportamiento estable a lo largo de 2024, con una ligera bajada del 0,3% interanual. Un índice que parte de Base 100 y que ahora se sitúa en 171,51 puntos a cierre de junio, y que mantiene cierta estabilidad en los dos últimos años, sin grandes altibajos, tras la fuerte subida experimentada en 2020 a raíz de la pandemia.

El Índice elaborado por la constructora se realiza tomando como referencia los precios de los materiales de construcción en edificación residencial, de su elaboración y de la mano de obra necesaria para su instalación. Importes que, en conjunto, representan el coste directo de construcción, que supone, aproximadamente, el 80% del importe total de una obra.

Esta ligera bajada, provocada por la corrección de las partidas, confirma la estabilización del comportamiento del índice, que empezó a mostrar signos de moderación en el 2023, después de haber experimentado una senda de incrementos en 2021 que se vio acrecentada en los siguientes años, especialmente durante el segundo semestre del 21 y el primer semestre del 22. Sin embargo, esta bajada camufla el incremento de costes provocado por la falta de mano de obra.

Foto: La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez. (EFE)

"Este comportamiento estable de los costes es el resultado de la corrección de los precios de algunas materias primas y de la energía, que han compensado los incrementos por los problemas de disponibilidad de personal. Sin embargo, la falta de mano de obra ya se empieza a notar en la subida de precios de casi todas las partidas, una tendencia que se podría agravar en los próximos meses", destaca el director general de ACR, Guillermo Jiménez.

Así por ejemplo, los datos de ACR muestran, por ejemplo, un incremento del 6,3% de los costes de la partida de instalaciones mecánicas y del 3,4% de instalaciones eléctricas y 'teleco', además de una subida del 3% en lo relacionado con los aparatos sanitarios y grifería y del 4,3% en lo referente a carpintería exterior. Todas estas partidas afectan directamente a la mano de obra necesaria para finalizar las obras. Asimismo, se detecta un incremento del 2,8% en movimiento de tierras, es decir, en la fase inicial de cualquier obra.

Es decir, terminar las viviendas en construcción cada vez resulta más caro ante la dificultad de encontrar a determinados profesionales, mientras que en unos meses, podría agravarse la situación en las primeras fases de las obras, el movimiento de tierras.

"Estamos ante un sector muy envejecido, con un 25% de los empleados con más de 55 años", advierte Roberto Albaizar, director de desarrollo corporativo de ACR. Una escasez que supone una piedra en el zapato para un sector que en doce meses ha visado 125.000 viviendas —en línea con las cifras prepandemia—, pero que no tiene capacidad productiva para construir más de 100.000. "Es conocida la limitada capacidad de producción del sector, que se sitúa en el entorno de las 90.000 unidades al año", ha explicado Guillermo Jiménez. "No hay tejido productivo ni capacidad para cubrir la demanda de vivienda", añade Albaizar.

Todas estas circunstancias, sumadas al envejecimiento de los profesionales en la construcción sin relevo generacional, hacen prever tensiones de disponibilidad de equipos y, con ello, subidas en el coste de la mano de obra, que es un factor determinante en la composición total de los costes directos de construcción, explican desde ACR.

La industrialización como solución

Ante la escasez de profesionales, desde ACR apuestan por la industrialización. "Dejar de trabajar a la intemperie, así como tener mejores condiciones laborales, es una manera de atraer a los jóvenes y mujeres a este sector. Sin olvidar que en la construcción industrializada, se requiere mucha menos mano de obra que en una obra tradicional", ha destacado Albaizar.

En esta línea se pronuncia Jiménez: "la industrialización permite llevar a cabo la ejecución de proyectos con menos personal en obra, incluso la mitad frente a un proyecto de construcción tradicional, y con un ahorro de entre el 30% y el 50% en el plazo de ejecución".

Foto: Futura promoción de Aedas en Almería.

Además, al igual que Albaizar, el director general de ACR insiste en que "la construcción industrializada off site mejora notablemente las condiciones laborales, permitiendo una mayor integración de perfiles más diversos, sin limitaciones de género o condicionantes físicos, atraídos por mejores condiciones de seguridad, salud y confort. Por ello, podemos afirmar que la industrialización es una palanca de atracción de talento a nuestro sector, también para perfiles jóvenes".

"En este cambio de modelo de construcción es clave avanzar hacia un marco de relación más colaborativo, en el que todas las partes implicadas trabajen juntas desde las fases iniciales de diseño de los proyectos. Un momento esencial para la adopción de sistemas industrializados, ya que trabajar en el marco de un Proceso Colaborativo permite que industriales y gremios estén involucrados desde las fases iniciales del proyecto, pudiendo coordinar y planificar sus actividades. Un cambio de modelo que creemos debe estar implantado en toda la cadena de valor, para que sea una verdadera estrategia integrada de promotor, arquitectos, industriales y constructora", concluye Jiménez.

Contratar a un fontanero, a un electricista, a un encofrador, a un soldador o a un ferrallista en una obra, cada vez resulta más complicado y, también, más caro.

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