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La ‘startup’ de piezas de coche recuperadas que triunfó gracias a la inflación

Hacia un futuro mejor por Ec Brands Persona manipulando un motor

Recomotor promueve la economía circular en la automoción, distribuyendo estos recambios con el objetivo de darles una segunda vida. Sus socios comenzaron en 2021, cuando el precio del dinero se disparó y los talleres comenzaban a valorar otras alternativas

Cada año son retirados en España unos 700.000 coches del parque automovilístico, de los cuales 150.000 tienen menos de 15 años y sus piezas son reutilizables como recambios, según la compañía de software, datos y servicios integrados de vehículos Solera. Es más, de acuerdo con esta misma empresa, la economía circular del recambio ecológico del automóvil podría alcanzar una facturación de 900 millones de euros, lo que supondría un 10% del dinero movido por el sector del recambio en nuestro país.

Gerard Palau, casi sin saberlo, se anticipó a este escenario hace unos cinco años. Para generar unos ingresos extra en su cuenta corriente, comenzó a comercializar motores de coche a través de la plataforma de compraventa de segunda mano, Wallapop. Actuaba bajo demanda, es decir, primero publicaba los anuncios y cuando alguien se interesaba por uno de los motores, lo buscaba en diferentes desguaces hasta conseguirlo. Era el intermediario: conectaba al desguace con el taller mecánico o el particular.

La idea no tardó en coger forma, así que Gerard acudió a Jan Amat, un buen amigo suyo que, por aquel entonces, trabajaba en una startup de automoción. “Me pidió ayuda y consejo en algunas cuestiones, pero vimos que el negocio mejoraba mes a mes”, recuerda Jan. Fue entonces cuando decidieron unirse y formalizar la relación profesional creando Recomotor a mediados de 2021, una empresa que distribuye piezas recuperadas para talleres y profesionales de la automación. Ese mismo año, facturaron 100.000 euros; en 2023 superaron los tres millones; ahora, su previsión es cerrar el ejercicio rebasando los ocho millones.

¿La clave de este crecimiento? Según él, haber actuado en el momento adecuado: “Hay que recordar que justo en 2021 se disparó la inflación y los talleres mecánicos comenzaron a valorar alternativas de recambio más baratas. También coincidió con los problemas de chips, que hicieron que la producción de piezas nuevas por parte de los fabricantes disminuyera. Por último, la concienciación de la sociedad sobre la economía circular crecía cada vez más. Teníamos todos los vientos a favor”.

Desde el principio vieron muy claro que el negocio tenía sentido; tan claro que ambos socios dejaron sus respectivos trabajos y pusieron sobre la mesa todos sus ahorros. Más tarde, tras llevar a cabo una primera ronda de inversión, apostaron por la financiación bancaria para seguir dando forma al proyecto: “Nosotros pagamos al contado las piezas en el desguace para que salgan ese mismo día hacia el taller mecánico o, como mucho, al siguiente, así que no tardamos en comenzar a trabajar con Banco Santander en diferentes líneas de crédito y financiación, tanto a corto como a largo plazo. También trabajamos con ellos las líneas de TPV y bizum. Han sido una figura clave en el camino”.

Tenemos automatizados gran parte de los lead que recibimos de los talleres mecánicos para que, cuando nos entre una solicitud, podamos responder rápidamente con un precio y un desguace

Y es que la entidad, en concreto, a través de su Fondo Smart, ofrece a las empresas y pymes financiación a largo plazo y con carencia para acometer proyectos estratégicos de crecimiento, sostenibilidad, innovación, digitalización y generación de empleo. Como argumenta Jan, “tomamos la decisión de apostar por la financiación bancaria porque queríamos exprimir esta vía adicional antes que apoyarnos en inversores externos y, de esta forma, mantener la mayoría de capital en nuestras manos”.

Hoy, con una gran red de profesionales B2B (business to business), la compañía poco tiene que ver con sus orígenes en Wallapop. “La mayoría de nuestros clientes son talleres mecánicos, pero también tenemos distintas compañías de compraventas, concesionarios, flotistas, rentings de coches y todo tipo de grupos de automoción”, añade el cofundador. Sus clientes se encuentran distribuidos por toda la Península Ibérica y Baleares, aunque recientemente dieron el salto a Europa. “Hemos conectado nuestra red de desguaces españoles a otros mercados. Así, a través de internet, estamos vendiendo a Finlandia, Lituania, Italia, Francia… Hemos crecido muchísimo en estos dos años”.

Al principio era Jan quien, llamada a llamada, conseguía los clientes mientras Gerard tramitaba los pedidos. Ahora, la organización ha cambiado bastante: “Cuando vimos que el modelo tenía sentido, fichamos a recambistas que sustituyeran el trabajo de mi socio y a comerciales que sustituyeran el mío. Estos últimos son los que se encargan de captar ahora los talleres mecánicos”. En todo caso, la tecnología juega un papel relevante en el negocio: “Tenemos automatizados gran parte de los lead que recibimos de los talleres mecánicos para que, cuando nos entre una solicitud, podamos responder rápidamente con un precio y un desguace. De no contar con esta tecnología, tendríamos que tener a cientos de recambistas contestando WhatsApp permanentemente. Sería inviable”.

Las piezas están certificadas por talleres validados por Recomotor, aunque recientemente han adquirido un almacén propio: “Las piezas ahora pasan por nuestro almacén y desde allí vendemos a talleres mecánicos directamente sin que tengan que pasar por el desguace externo. Nuestro equipo de mecánicos se encarga de certificar que la pieza esté correcta, dando además dos años de garantía. Esperamos que en el futuro podamos vender a toda Europa directamente a través de marketplaces como eBay”.

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