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El negocio millonario de convertir tiendas de campaña en alojamientos de lujo

Hacia un futuro mejor

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Kampaoh factura 23 millones de euros con presencia en diferentes campings de España, Italia, Portugal y Francia. Ahora, prepara el salto a Filipinas y República Dominicana con una inversión de un millón y medio de euros

Se acerca el fin de semana y toca escapada en familia. Nada más entrar en el alojamiento encontráis una litera doble con camas de 135 cm y, al fondo, un sofá cama modular. A mano izquierda, el baño, con una pequeña ducha, un lavabo doble y un inodoro distribuidos de forma independiente. Disponéis de edredones, ropa de cama, toallas, espejos, mosquitera, enchufes, lámparas, cubertería, vasos, platos, nevera y cierre con candado. En el exterior, un porche de madera de 16 metros cuadrados, con una mesa y una zona chill out. Las características del espacio podrían recordar a un bungalow o, incluso, a una habitación de hotel. ¿La sorpresa? Se trata de una tienda de campaña.

Salvador Lora nació en Sevilla. Es el fundador y CEO de Kampaoh, una cadena de tiendas de campaña de lujo totalmente equipadas ubicadas en diferentes campings de España, Portugal, Italia y Francia. Pasó varios años trabajando en un banco, aunque siempre tuvo muy claro que quería emprender. Solo necesitaba una idea que aportara un valor diferencial a la sociedad. Y acabó llegando (en el momento más inesperado).

Corría el año 2016 cuando organizó un viaje al Caribe junto a su pareja y su cuñada. Querían visitar una isla paradisíaca, “como las de las fotos”, relata. Así que pusieron rumbo a Isla Culebra, un paraíso tropical puertoriqueño ubicado a 20 millas de la costa de Fajardo. Había poco alojamiento disponible, y su única opción era alojarse en un camping a pie de playa Flamenco. La idea (en principio) no les entusiasmaba. Aunque el resultado acabó superando con creces sus expectativas.

“Pensaba que nos darían la típica tienda para que nosotros mismos la montáramos, que dormiríamos en esterillas”, recuerda. Pero no fue así: “Nos lo dieron todo hecho: un espacio amplio con dos colchones, sábanas… Parecía un hotel. Era algo que en España no había visto. A mi mujer se le ocurrió montar algo parecido en Cádiz, y desde el primer momento tuve muy claro que funcionaría”.

Lo cierto es que no era el primer proyecto que Salvador ponía en marcha. Ya en 2011 levantó una ronda de financiación de medio millón de euros para desarrollar una red social. “Sabía cómo posicionarla, era algo diferente que me emocionaba mucho. Confiaba plenamente en mi idea, pero, por desgracia, acabó fallando la parte tecnológica”.

Este año vamos a instalarnos en el camping de la Cerdanya, en Cataluña, y en el Caminito del Rey, en Málaga

Lejos de desanimarle, esta experiencia le sirvió como aprendizaje. Salvador quería que el nuevo proyecto no requiriera de una gran inversión, y durante el mismo viaje comenzó a hacer cuentas y a plantear el modelo de negocio: “Mi cuñada no lo veía nada claro. Decía que una persona campista no acudiría a una tienda ya montada. Pero ese no era el público que yo buscaba. Hay muchas personas que no irían, precisamente, por el lío de montar la tienda. Es un nicho de mercado acostumbrado a los hoteles. Había que darles todas las comodidades”.

¿Funcionaría? Solo había una forma de comprobarlo: “Hablé con varios campings y opinaban lo mismo que mi cuñada. Así que decidí actuar con uno de ellos para demostrar que la idea tenía sentido: el de Tarifa”. Antes incluso de tener nada firmado con el propietario, Salvador creó una web, compró una tienda de campaña en Decathlon, comenzó a subir fotos y a promocionar el servicio bajo un eslogan: “La comodidad de un hotel y la aventura de un camping. Déjate de líos”.

Las llamadas no tardaron en llegar. “El propietario me contactó para decirme que mucha gente estaba preguntando por el servicio, así que llegamos a un acuerdo y firmamos un contrato. Él me dejaba 20 parcelas, el cliente la pagaba y, aparte, abonaba mis servicios de proporcionarles la tienda, montarla, etc. Fue todo un éxito”, recuerda el sevillano.

De 45.000 euros a 23 millones en siete años

Esta fue la primera piedra de un negocio que hoy se extiende por 80 campings distribuidos por los cuatro países europeos donde están presentes, con 3.500 tiendas de campaña construidas con materiales sostenibles, que ha crecido de la mano de fondos de inversión como el Fondo Smart de Banco Santander. “Las fabricamos con madera y tela de alta calidad. Queremos cuidar el medio ambiente todo lo que esté en nuestra mano, utilizando materiales respetuosos con el mismo y fomentando el turismo sostenible”.

El impulso ha sido exponencial: en el año 2016 la facturación fue de 45.000 euros y en 2023 alcanzó los 23 millones de euros. ¿El momento más clave en todos estos años? La pandemia: fue en 2021, precisamente, cuando dieron el salto al exterior y multiplicaron por más de seis el número de localizaciones en las que estaban presentes.

“De repente entró mucha competencia. Se puso de moda el aire libre y los fondos de inversión comenzaron a comprar campings y a transformarlos en hoteles horizontales. Así que yo también tuve que buscar fondos para crecer y, sobre todo, para que no compraran los terrenos donde yo estaba y acabaran echándome”.

El modelo de Kampaoh nunca ha sido comprar el suelo. Como explica Salvador, “somos una operadora turística”. Es decir, alquila los espacios y los transforma, pero nunca compra, porque “para eso necesitaría mucho apalancamiento económico que limitaría el crecimiento. Los propietarios ponen un precio muy alto a la venta, pero no tanto al alquiler”.

Kampaoh tiene 3.500 tiendas de campaña construidas con materiales sostenibles, que ha crecido de la mano de fondos de inversión como el Fondo Smart de Banco Santander

Así, bajo esta premisa, decidieron llegar a los cuatro países a la vez. “Los elegimos por cercanía”, relata. Y aunque tuvieron buena acogida, también se toparon con alguna que otra dificultad: “Diversificar el marketing en cuatro países no es nada fácil, mucho menos con el crecimiento tan rápido. El montaje, por supuesto, tampoco fue un camino de rosas. Pasamos de tener 1.000 tiendas a 3.300 en tan solo seis meses. Necesitamos contratar mucho personal para dar ese paso”.

Ahora, el reto traspasa las fronteras europeas y prevén alcanzar las 6.000 tiendas de campaña en 2024. Ya están preparando su aterrizaje en Filipinas y República Dominicana, con una inversión de 500.000 y un millón de euros respectivamente. La previsión es que ambos estén en marcha este mismo verano.

En el territorio nacional, la expansión también continúa: “Vamos a instalarnos, por ejemplo, en el camping de la Cerdanya, en Cataluña, y en el Caminito del Rey, en Málaga”, cuenta Salvador. Además, de cara a este año, “estamos invirtiendo mucho en innovación, tanto de cara a la gestión interna (para montar y desmontar tiendas con más velocidad, por ejemplo) como a la experiencia del cliente. Ya estamos trabajando en algunas tiendas con chimenea, jacuzzis o cristaleras con vistas a la montaña. Nuestro objetivo es que el cliente viva una experiencia cada vez más única, y no dejaremos de trabajar en esa dirección”.

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