Maru Botana presentó populares programas en su país como Todo dulce o Sabor a mí. Cuenta con seis pastelerías en Buenos Aires y está comenzando su expansión en Europa con el apoyo de Banco Santander
Sábado por la tarde, a dos calles del Passeig de Gràcia, la gran avenida comercial y monumental de Barcelona, hay una pastelería donde se forman colas sin descanso para catar los dulces que allí se elaboran, bien sea sentados en el local o la terraza, o bien para llevar a casa. No son especialidades típicas catalanas, sino recetas venidas de un poco más lejos, de Argentina.
La responsable de este éxito es una pastelera y estrella de la televisión, que presentó populares programas en su país como Todo dulce o Sabor a mí, con los que creció toda una generación de argentinos, los que ahora tienen entre 30 y 40 años. El caso es que Maru Botana decidió dar el salto al otro lado del charco y abrir su primer establecimiento en Europa en julio de este año, acompañada por Banco Santander. Ya tenía otras seis pastelerías en su país, la primera, abierta en 1993. ¿Por qué la capital catalana para su expansión internacional?
Explica Botana que “ya conocía Barcelona y me encantaba, pero es que, además, muchos argentinos me reconocían por la calle y me mostraban su afecto. Fue definitivo el hecho de que en esta ciudad haya tantos argentinos”. En concreto, de los 1.660.435 residentes a 1 de enero de 2023, según el padrón municipal de habitantes, 41.097 son nacidos en Argentina. Los nacidos en Colombia, por ejemplo, son 36.000; en Pakistán, casi 26.000, y en Italia, cerca de 22.000.
“Los barceloneses tienen una cultura gastronómica similar a la nuestra, también les gusta comer rico, como a nosotros, y una vez que nos descubren, siempre vuelven”, explica. Entre las especialidades que más triunfan están las tortas (lo que en España llamamos ‘pasteles’), rogel (17 capas de masa fina cubiertas con dulce de leche y coronadas en su cima por merengue italiano), la marquise de frutos rojos (una base de chocolate cubierta con dulce de leche, nata y frutos rojos) o el sablé de almendras (galletas enormes de almendras cubiertas de dulce de leche, crema y frutos rojos).
Con la apertura de su cafetería/pastelería en Barcelona, donde ya trabajan 13 personas, se vivió un boom por las expectativas de la comunidad argentina en la ciudad. Después, la demanda se ha mantenido constante hasta el día de hoy. El secreto, además de una cara conocida y amable y el buen sabor de sus productos es, según Botana, “los ingredientes de gran calidad, las texturas y que los dulces se elaboran cada día. Tengo obsesión por los frescos”.
Las porciones en las que se sirven los pasteles “son más que generosas”, porque están pensadas para compartir entre dos personas y cuestan entre 9 y 11 euros, según detalla. También ofrecen salados, “que funcionan muy bien”, como el emparedado de rosbif macerado en salsa chimichurri, servido en pan de pebete con rúcula, cebolla y mostaza suave; el sándwich de salmón en pan de nueces o los menús de mediodía.
El día que el equipo de El Confidencial acude al local de Maru Botana para hacer este reportaje, la protagonista se encuentra en Barcelona, algo que aprovecha para impartir talleres de pastelería y cocina allí mismo. Los asistentes al taller que nos encontramos no dejan de grabar con sus móviles las instrucciones de la pastelera o de hacer fotos y etiquetarla en Instagram, donde atesora 1,8 millones de seguidores.
El buen funcionamiento de este nuevo local ha despertado en su dueña las ganas de seguir expandiéndose fuera de Argentina: “Queremos que la próxima apertura sea en Madrid”, nos adelanta y confiesa que, si bien al principio de esta aventura exterior tuvo miedo, le ayudó su mentalidad positiva, el seguir adelante, su tenacidad, porque “hasta que no consigo una cosa, no paro”. Y por supuesto, “el asesoramiento de Banco Santander, que me apoyó en todo el proceso de emprendimiento, desde el estudio de mercado a la búsqueda de local, y después con toda la operativa bancaria”.
