Fundadora de Skylife Engineering, María Ángeles Martín Prats está al frente de una de las empresas más importantes de la industria aeronáutica de Andalucía
Como todos los niños, María Ángeles Martín Prats soñaba a lo grande y de mayor quería ser piloto. A diferencia de otros pequeños, fantaseaba con conocimiento de causa. Se había criado entre aviones, con un padre piloto y dos abuelos militares, y sus mayores anhelos pasaban por surcar el cielo. De hecho, pilotó una avioneta mucho antes de tener carnet de conducir. Enamorada de la aviación, finalmente se decantó por la Física, “una carrera difícil que me demostró que podía hacer cualquier cosa”. Doctora en Ingeniería Electrónica, María Ángeles actualmente imparte clases de Aviónica en la Universidad de Sevilla y, al igual que Amelia Earhart, ella también ha sido pionera en la industria aeronáutica de Andalucía.
Docente, investigadora y emprendedora, María Ángeles Martín Prats fundó en 2011 Skylife Engineering, una spin-off de la Universidad de Sevilla. “Cuando era pequeña iba siempre a los espectáculos aéreos y en una ocasión vi caer un avión. Aquello me impactó muchísimo y empecé a preguntarme cómo se podían caer los aviones. Eso me hizo enfocar mi formación a contribuir a que la aviación fuera más segura, a intentar aplicar la ingeniería para mejorar la vida de las personas. En esa línea nació la empresa”, comenta.
Así, y con un futuro para la ingeniería local bastante incierto, la empresaria fundó esta startup en la que actualmente trabajan 65 personas y cuyo origen buscaba dar respuesta a todos los egresados que se veían obligados a desarrollar su carrera profesional fuera de Sevilla. En ese sentido, “desarrollamos dos líneas de negocio: la de sistemas embarcados y la de digitalización”. En el primer campo, la compañía está especializada en la conversión de potencia, en el avión de propulsión y en los aviones eléctricos, todo buscando la sostenibilidad y el menor impacto ambiental. Además, destaca su fabricación de cargadores ultrarrápidos para coches eléctricos.
Entre sus logros, destacan el desarrollo del simulador virtual de Airbus, un sistema de entrenamiento virtual para pilotos y técnicos, y un asistente digital para pilotos, una herramienta que nace para el ámbito aeronáutico pero que tiene aplicaciones en otros campos, como el sanitario. “Tiene un impacto positivo en la empresa, ya que ayuda a abaratar costes y a ahorrar tiempo”, añade.
Además, el grupo ha desarrollado el sistema Sileme, una tecnología que permite localizar activos físicos, como herramientas, en grandes espacios interiores. “Este sistema de posicionamiento indoor también permite localizar personas y, actualmente, se usa en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla para ayudar a las personas con discapacidad visual a desplazarse por las instalaciones hasta llegar a las consultas”.
Con un legado tecnológico bastante relevante, ni Skylife ni la propia María Ángeles lo tuvieron fácil desde el primer momento. “Nuestro modelo de negocio no es el tradicional, huimos de convencionalismos. No queremos altos directivos, preferimos a las personas, formar equipo y trabajar todos de manera conjunta para que fluyan las ideas”, comenta. Con una nueva forma de ejercer el liderazgo, Martín Prats se ha convertido en el referente de muchas niñas y mujeres que han vivido huérfanas de un espejo en el que mirarse.
“Las carreras tecnológicas siempre han sido mayoritariamente masculinas y las empresas siempre han estado lideradas por hombres. ¿Ha sido difícil llegar hasta aquí? Mucho, pero soy positiva y creo que se está produciendo un cambio cultural. Las niñas no están bien orientadas desde pequeñas, es un problema de base. Hay que trabajar desde las propias familias, en el colegio, y luego llegar hasta arriba”.
Miembro de distintos comités de expertos, María Ángeles echa en falta la presencia de mujeres en ellos. “Estoy en comités nacionales e internacionales y muchas veces me siento sola. Creo que es necesario una masa crítica en los altos cargos directivos, en los órganos de decisión, entonces cambiarán las cosas”, expone. En este sentido, propone llevar a cabo acciones concretas para que el cambio sea más rápido y desde la base, porque “todavía se avanza muy despacio y en ámbitos como el tecnológico y el empresarial aún más”.
Con la idea de ofrecer al mundo alta tecnología con impacto positivo, tiene claro que todavía queda mucho camino por recorrer y que los obstáculos se lo pondrán difícil, pero siempre ve la luz al final del camino. “Nada ha sido fácil. Empezamos este proyecto en plena crisis, hemos vivido una segunda crisis económica, la pandemia, todo en un mundo muy competitivo y agresivo. Estamos agradecidos a que entidades como Banco Santander nos hayan apoyado desde el inicio, eso nos ha ayudado a poder adaptarnos a las circunstancias y buscar las herramientas oportunas”, concluye.
