Delikia factura alrededor de 50 millones de euros anuales apostando por el producto fresco, la calidad de sus cafés de especialidad y el cuidado de su gente
Pocos hay que puedan resistirse al aroma de un café recién hecho nada más despertar. Esa mezcla de matices despierta y energiza a partes iguales; tanto que los más devotos reconocen no poder empezar el día sin ese primer sorbo. Con leche, solo, largo de café… Hay tantas formas de tomarlo como gustos, pero preparar el perfecto es una tarea reservada a las manos más expertas… ¿O no?
De la pasión por esa bebida, originaria de Etiopía y extendida por medio mundo, surgía hace ahora casi tres décadas la aventura de Delikia. La empresa gallega -fundada por José Antonio Vázquez, Manuel Quelle y José Manuel Pallares- es hoy una referencia en el mundo del vending: factura alrededor de 50 millones de euros anuales, tiene más de 300 trabajadores y sus máquinas están presentes en grandes empresas, aeropuertos, hospitales, universidades, administraciones públicas, pymes...
Ser capaces de ofrecer un buen café de máquina fue el leitmotiv con el que la firma dio sus primeros pasos y apostar por un vending saludable lo que terminó de catapultarles: “Somos una empresa de alimentación cuyo principal valor es el producto”, confiesa José Antonio Vázquez, socio fundador de la compañía, que añade: “Tratamos de traer siempre el mejor café desde la finca Las Morenitas de Víctor Robelo en Nicaragua, Etiopía y Brasil. Pero además buscamos ofrecer una alimentación sana. Elaboramos sándwiches, bocadillos y algunos productos como ensaladas”.
La firma cuenta con Marcos González como ‘maestro cafetero’ o, lo que es lo mismo, el barista detrás de cada una de las recetas de café. Actualmente, ostenta el título de mejor barista de España y ha recibido numerosos premios como el de campeón del Fórum del Café del año 2018 o Campeón Internacional de Foz 2018. “El café que hacemos es especial no solo porque es de especialidad, sino porque nos preocupamos de las personas, empezando por los productores. Además de ser el barista, soy el encargado de saber cómo está Víctor en Nicaragua, cómo está Reynaldo en Brasil, Gustavo Fernández en Costa Rica, Eliana en Etiopía… Eso es nuestro café. No es comprar según lo que marca la bolsa, sino comprarlo a las personas y ayudarlas a que su cultivo mejore”, explica.
Entre los nombres más reconocibles que forman parte de esa gran familia -que cuenta con más de una veintena de delegaciones repartidas por toda España- también está el de Pepe Rodríguez. El afamado chef es embajador de la marca, además de responsable de control de producto de Obrador.
El papel transformador de la compañía no acaba aquí. Además de seguir sumando recetas a sus cafés y empujando al sector a renovarse, sus planes tienen muy presente el papel crucial que juegan las nuevas tecnologías. La inteligencia artificial está presente en sus máquinas de vending y, además de contar con un sistema de pago propio y haber desarrollado un micromarket al estilo del sistema implementado por Amazon en sus tiendas pero ‘made in Galicia’, su principal apuesta es Genius. En palabras de Vázquez, se trata de “una interacción de Delikia con la persona que va a consumir los productos en una máquina, de forma que cualquier problema que surja, Genius se la va a resolver directamente. Va a interactuar, va a hablar con esa persona para que pueda tener una compra satisfactoria y plena”. Ahora, según afirma, seguirán apostando por esta tecnología con el apoyo de aliados como Banco Santander que, a través de un Fondo Smart, ha impulsado este proyecto.
La apuesta por las personas trasciende del equipo más cercano, convirtiendo la vertiente social en otra de sus señas de identidad. Por eso, la compañía está inmersa en diferentes proyectos. La construcción de un centro de salud y una guardería en Nicaragua para mejorar las condiciones de las trabajadoras y trabajadores de la finca La Morenita fue uno de los primeros. Después llegaron el Proyecto Luna, en el que colaboran con Down Vigo y que, entre otras cosas, supuso la formación como barista de Roberto Roque Pereira y su posterior incorporación en la plantilla de Delikia como compañero de Marcos; y más recientemente la creación del Club Deportivo Delikia del que forman parte, entre otras, deportistas de la talla de Susana Rodríguez o Desirée Vila.
En palabras del director deportivo del club, Celso Comesaña: “Esa cultura del café se intenta llevar al mundo del deporte: cuidar de la persona, hacer que nuestros deportistas se sientan acompañados y disfruten la vida son nuestros principales objetivos”. El sentimiento es compartido con quienes reciben el apoyo de la compañía gallega. “Creo que lo bonito es que, al igual que con el deporte, cuando logras una medalla no se ve todo lo que hay detrás, cuando compras un café tampoco ves todo el proceso y sin embargo, ese trabajo es fundamental para conseguir los resultados” explica Vila.
Sea como fuere, la firma gallega está dispuesta a conquistar a los paladares más exigentes y es que, como confiesa su fundador: “cualquier persona inteligente después de tomar un buen café es un genio, eso es indudable”.
