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La leña que calienta las aldeas gallegas está evitando incendios (y la IA tiene mucho que ver)

Hacia un futuro mejor

Lorena Bustabad. A Coruña

Gestan es una compañía de servicios ambientales que gestiona los Centros de Tratamiento de Residuos Industriales de Sobrado, Santa Icía y Monte Poltros. Así, gran parte del biocombustible que alimenta las estufas de estos hogares procede de su planta coruñesa

Perfecto Pardo conducía un camión con el que suministraba arena y otros materiales de construcción para obra y, de paso, por echar una mano, les retiraba el incómodo escombro. La gestión de estos residuos se fue profesionalizando a medida que crecía la conciencia ambiental y las exigencias administrativas para su tratamiento. El reciclaje pasó de ser una elección doméstica a una obligación industrial y en la filosofía del ‘pensamiento sostenible’ es donde el grupo ha ido medrando a base de reducir lo que producimos (y desechamos).

Este transportista de 79 años, todavía hoy en plena forma y atento a lo que se cuece en la cocina de la compañía, fue el germen de Gestan, un grupo empresarial gallego de servicios ambientales radicado en A Coruña e integrado por seis firmas que hoy emplea a 130 personas de forma directa y que facturó 34,4 millones de euros al cierre del 2022, un 25% más que el ejercicio anterior.

Detrás del crecimiento y la diversificación de negocio de Gestan están los hijos de Perfecto, Luz y Luis Pardo Longueira, que comparten el liderazgo como los CEO de la empresa. Que tu hermano sea tu socio y tu compañero de trabajo en la codirección del grupo es para ellos parte de su valor añadido. “Nos entendemos y nos complementamos a la perfección, ya casi más en el trabajo que en la familia”, relata una sonriente Luz Pardo. Ambos han pilotado con éxito la transición de una pequeña pyme familiar a un grupo especializado en el desarrollo e implantación de soluciones para las empresas con un triple objetivo: sostenibilidad económica, social y medioambiental.

El grupo se fundó en 2002 con cinco empleados y en 2016 dieron el salto a una nave industrial del polígono coruñés de Arteixo sobre una parcela de 3.700 metros cuadrados, a la que añadieron otra de 10.000 más para alojar un centro logístico de contenedores.

Así, a través de inversiones estratégicas, fusiones y adquisiciones, con el apoyo financiero de Banco Santander (que la ha reconocido como una de las pymes más destacados de la provincia de A Coruña en la última edición de los Premios Pyme), sus líneas de negocio crecieron desde la matriz, Acttia Ambiental, centrada en los residuos industriales, hacia sus nuevas divisiones para abarcar la contenerización y transporte (Gestan Conteco), el tratamiento de aguas residuales (Tecnologías y Tratamientos Ambientales), la producción y suministro de biocombustibles (Biomasa Forestal) y comercialización online y offline de biocombustibles y productos a partir de materiales reciclados a través de Ecomind, para el seguimiento técnico-ambiental de sus clientes industriales con todas las certificaciones pertinentes, que suelen ser muchas y estrictas, comentan

La compañía gestiona los Centros de Tratamiento de Residuos Industriales de Sobrado, Santa Icía y Monte Poltros, a donde van a parar las fracciones de residuos para su valorización, y una fábrica de astilla y pellets de madera en As Pontes, “una de las más grandes de toda España”, que también produce lecho ecológico para mascotas, según el CEO. ¿Qué significa? Pues que gran parte de ese biocombustible -pellets pequeños, limpios y manejables- que alimenta las estufas de leña y calderas de miles de hogares a partir de astillas de madera procede de su planta coruñesa. La biomasa se perfila como una herramienta tan útil como fundamental en la prevención de incendios forestales, ya que se nutre de los restos que cubren el suelo del monte -ramas, piñas, cortezas…- y que son de combustión rápida. La biomasa los transforma en energía para calentar los hogares y evita que sean la mecha corta que arde rápido y calcina los bosques.

En la fábrica de As Pontes también producen esa cama absorbente, natural y ecológica, en la que se acurrucan perros, gatos o cobayas. Este último producto empezó a posicionarse con fuerza en el mercado por tres razones: no contiene aditivos químicos, absorbe muy bien los olores y por su durabilidad. Así, cada mes, la planta pontesa produce unas 5.000 toneladas de pellets para industria, hostelería y bricolaje, entre otras.

El tratamiento de las aguas residuales y su valorización en un contexto de sequía y cambio climático es uno de los desafíos más potentes de la empresa

La actividad de Gestan pivota en torno al I+D como “eje fundamental de empuje al crecimiento del grupo”, destaca Luis Pardo. Pasa por la digitalización de los procesos y la aplicación de la inteligencia artificial a la valorización y tratamiento de los residuos más complejos. Una de las líneas de trabajo se centra en el tratamiento de lixiviados sanitarios -líquidos con restos de residuos que hay que tratar con sumo cuidado para evitar que se filtren a los depósitos de agua potable o contaminen la tierra cultivable- a través de la compañía de Tecnologías y de Tratamientos Ambientales (TTA) que aplica la ósmosis inversa para cumplir con las exigencias legales con plantas móviles tanto en Galicia como en otras autonomías.

“Estos últimos años hemos concentrado los esfuerzos en avanzar hacia la economía circular en todos los procesos; implica lo que llamamos la familia de las ‘Rs’: Reducir, Recuperar, Reciclar, Reutilizar y Rediseñar para minorar lo que se deposita en los vertederos”, expone Luis Pardo. Particularmente orgullosos se muestran del programa Valorix, enfocado a extraer las materias primas críticas, así como de Biocharm, que se encarga de absorber y reducir la carga contaminante de los gases emitidos en los vertederos. El tratamiento de las aguas residuales, y su valorización, en un contexto de sequía y cambio climático es, según el CEO, uno de los desafíos más potentes de la empresa que les obliga “a estar en permanente revisión y avanzar de la mano de las nuevas tecnologías en un segmento muy cambiante”.

Más allá del crecimiento de la compañía, el cuidado de los empleados que hoy la confirman es otra de las preocupaciones de los hermanos Pardo. Cuando se fundó la empresa, -relata la CEO-, les sobraba la mitad del espacio en unas oficinas que hoy ocupan más de 35 personas, la mayoría mujeres jóvenes, en un entorno de trabajo moderno y diáfano con un rincón verde rebosante de fruta fresca para la alimentación saludable y una sala de concentración aislada acústicamente que les ha valido un reconocimiento de buenas prácticas en recursos humanos. “Esta sala nos permite hacer un punto y aparte en un momento de estrés o de bloqueo. Uno puede entrar, relajarse, aislarse y resetear’, explica Luz Pardo.

El futuro de Gestan, concluyen sus consejeros delegados, pasa por seguir dando pasos de la mano del equipo, con tres retos clave: consolidar la economía circular, la digitalización de todos los procesos y exportar un modelo de revalorización sostenible a otros territorios.

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