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Las motos eléctricas neoretro que consumen menos que un secador de pelo

Hacia un futuro mejor

Sandra Carbajo

Velca es una empresa española de motos y ciclomotores eléctricos, neoretro y con batería extraíble que se pueden cargar en cualquier enchufe doméstico

Es innegable que las ciudades cambian y evolucionan a medida que lo hacemos nosotros, nuestro estilo de vida, laboral, de ocio e, incluso, la manera en la que nos desplazamos. Hoy, las posibilidades para movernos de un lado a otro, especialmente en las grandes ciudades, son numerosas: a pie, en transporte público (metro, tren, autobús), en coche, propio o compartido, taxi o VTC, eléctrico, híbrido o de combustión; en patinete, bici y… moto. Muchas motos. De hecho, la llamada nueva movilidad ha beneficiado a una industria que no para de crecer: en 2022, las matriculaciones experimentaron un auge del 4,6% y supusieron un 17,3% de las totales de la automoción española con respecto al ejercicio anterior; solo cinco años antes eran un 11%, según datos de Anesdor, la Asociación Nacional de Empresas de Dos Ruedas.

Pero es que, además, muchas de ellas fueron eléctricas. El boom de la electrificación también toma impulso en la categoría L (motos y vehículos ligeros), que ha visto cómo en una década este mercado ha incrementado un 32%. “No me cabe la menor duda de que en el año 2030 encender un motor de combustión en el centro de una ciudad va a ser como encenderse un cigarro en un restaurante”, reconoce Emilio Froján, CEO y cofundador de Velca, una empresa española de motos y ciclomotores eléctricos con batería extraíble que vende en España y Portugal.

La historia de esta empresa es un ejemplo perfecto de este término que ahora está tan de moda: resiliencia. Y es que, aunque la semilla de la compañía se plantó a finales de 2019, la marca se lanzó en uno de los peores momentos para emprender, una semana antes de aquel fatídico 14 de marzo de 2020. Sin embargo, unas tendencias regulatorias dirigidas a combatir el cambio climático, reducir las emisiones de dióxido de carbono y fomentar una movilidad más limpia, unidas a las ventajas de un medio de transporte más ágil y asequible han permitido que Velca se haya abierto camino en el mercado. En su primer año crecieron un 140%, lo que le posicionó en 2021 como la marca de ciclomotores con mayor número de matriculaciones en España, siendo primera marca en ciudades como Madrid o Valencia. Al cierre de 2022, ese crecimiento fue de un 75%.

A este respecto, su CEO explica que son dos los aspectos que más gustan a sus clientes: “Nos compran mucho por nuestro diseño neoretro, inspirado en las motos de los años 50; y por la comodidad, ya que nuestras baterías son extraíbles y se pueden cargar en cualquier enchufe doméstico ”. Con una garantía de 1.000 ciclos de carga, en dos horas y media la batería está lista para disfrutar de los 100 kilómetros de autonomía que tienen estas motos. Desde la marca indican además que consume menos que un secador de pelo, unos 20 euros al año aproximadamente.

Y cuando esas baterías terminan su vida útil, la marca las reconvierte, por ejemplo, en aerogeneradores. De este modo, en colaboración con la ONG Light Humanity, participan en el proyecto Cañada Solar, que proporciona kits de energías solar a las familias del asentamiento madrileño de la Cañada Real para que puedan generar electricidad de manera autosuficiente y sostenible.

En el porfolio de la compañía encontramos ocho modelos de motos y ciclomotores eléctricos, que alcanzan hasta los 90 km/h, además de tres bicis, por supuesto también eléctricas. Presentes en 60 puntos de venta repartidos entre prácticamente todo el territorio nacional y Portugal, el 20% de sus ventas provienen del canal online. “Esto en el sector de la automoción es muy complicado porque habitualmente la gente quiere probar la moto antes de comprarla”, indica Froján. Además del perfil ecommerce, en un sector donde prima el género masculino, desde Velca se enorgullecen de contar con “modelos de moto donde el 65% de los compradores son mujeres”.

Una megafactoría en Galicia

La compañía española cuenta actualmente con cuatro centros de producción: dos en China, uno en Polonia y otro en Madrid. “Durante el año 2021 llegamos a producir nuestra Tramonta Sport íntegramente en Madrid, pero debido a crisis geopolíticas y de componentes clave tuvimos que retornar la línea de producción a China”, explica su cofundador. Así, en la actualidad, el 75% del vehículo se produce en el país asiático y el 25% se termina de ensamblar en la capital española.

No obstante, este gallego afincado en Madrid tiene un objetivo: trasladar el 100% de las operaciones de producción de las motos y ciclomotores a su tierra natal de cara a 2025. “Queremos que la producción sea lo más cercana a kilómetro cero. Tenemos ya una red de proveedores locales que podrían fabricar casi el 90% de los componentes del vehículo”, explica. “A partir de ahí es una cuestión de ponernos de acuerdo con los instrumentos públicos que también tienen que apoyar el proyecto”.

Además de esta megafactoría en Galicia, se encuentran explorando Francia para realizar una expansión en los próximos seis meses. Y fuera de la Unión Europea están homologando unas motos en Estados Unidos. “Estamos pasando el proceso con lo que sería la DGT norteamericana”, explica el CEO. Ese estudio exhaustivo del mercado, un equipo comprometido, así como una red de inversores y agentes económicos, como Banco Santander (cuya relación comenzó tras establecer uno de los Work Café de la entidad como centro de reuniones en los inicios de la empresa), están ayudando a que poco a poco la empresa fundada por Emilio Froján se acerque a ese sueño de “ver una Velca en cada ciudad a la que viaje”.

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