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Juan Carlos de Gregorio CEO de Peaches Biotech

¿Hablan las células entre sí para regenerarse? Una investigación española quiere descifrar su lenguaje

Hacia un futuro mejor

Tomás Muñoz

Peaches Biotech desarrolla dos patentes en el mundo de la biomedicina. Por un lado, intentan descifrar el lenguaje de las células para potenciar la regeneración de tejidos; por otro, trabaja para reducir la mortandad que tiene todavía el cáncer de páncreas

Los pequeños seres vivos que constituyen todos los tejidos de nuestro cuerpo son capaces de asesorarse unos a otros con el objetivo de regenerarse. Por ejemplo, ante la rotura de un hueso, las células óseas se comunican entre sí para indicarse cómo proceder para recuperar las fibras dañadas. Descifrar ese lenguaje —y los procesos de esa comunicación— es la base de la investigación que está llevando a cabo la compañía española Peaches Biotech. Su CEO, Juan Carlos de Gregorio, lo explica de forma gráfica: “Si un chaval de 18 años se tuerce un tobillo, se recupera en tres días, mientras que un señor mayor puede que no vuelva a caminar correctamente jamás. Esto sucede porque, con la edad, las células olvidan o pierden los elementos que permiten la regeneración de tejidos. Nuestro objetivo es conocer esa información y facilitársela al organismo de manera masiva”.

Juan Carlos Gregorio es licenciado en Farmacia y emprendedor por naturaleza. Fue el protagonista de la fusión entre las biotecnológicas Exxentia y Puleva Biotech y se mantuvo en la dirección de esta última desde 2008 hasta 2013. “Trabajé en el campo de la Biotecnología durante muchos años, pero llegó un momento en que decidí cambiar y hacer cosas diferentes. Fue entonces cuando creé este proyecto en base a unas líneas de investigación concretas junto a otros investigadores”, cuenta. Así nació Peaches Biotech, un conglomerado de varias empresas implicadas en la ciencia, la tecnología y la innovación en salud que colabora con distintas fundaciones y grupos de investigación, como el Hospital Universitario de Fuenlabrada. Ya cuenta con 60 empleados y facturó el pasado año cerca de ocho millones de euros.

Con este bagaje, la premisa de la compañía es “concebir medicamentos elaborados con los propios recursos del paciente, sin químicos, partiendo del lenguaje natural que las células tienen entre sí a través de las citoquinas”. Estas pequeñas proteínas se encargan de controlar la actividad y crecimiento de las células inmunitarias y sanguíneas y, cuando son liberadas, envían señales al sistema inmunitario para activarlo. “Este proceso es el que hemos sido capaces de reproducir en un laboratorio mediante cultivos celulares y convertirlo en medicina útil para cualquier persona, ya que este lenguaje es universal”, añade.

Para evidenciar el potencial de la investigación, el CEO precisa que “si un deportista tiene una rotura muscular, lo habitual es que su actividad se detenga durante tres meses hasta que se recupere. No obstante, gracias al proceso que estamos desarrollando, podría estar recuperado en tan solo tres días”. De hecho, subraya que el potencial de esta patente va más allá de la recuperación de músculos, huesos y tendones: “En estos momentos estamos comprobando la efectividad en otros tejidos celulares como los transmisores que afectan a las enfermedades psíquicas, así como los efectos sobre fibras cardíacas, hepáticas o nerviosas. Imaginemos el avance científico que supondría regenerar las células de una médula espinal dañada y conseguir que personas parapléjicas puedan volver a caminar”, concreta.

Entrenando linfocitos contra el cáncer de páncreas

Pese a lo llamativo de la investigación en materia de regeneración de tejidos, no se trata de la única que está llevando a cabo la compañía. También ha desarrollado otra patente de la mano de la Universidad de Harvard (Boston, EEUU). En este caso, está enfocada en combatir uno de los tipos de cáncer más agresivos que se conoce, el de páncreas, a través de la obtención de linfocitos capaces de luchar contra la enfermedad.

“Estamos consiguiendo unos datos muy optimistas en materia de recuperación, máxime cuando se trata de un tipo de cáncer que tiene una mortalidad del 97% porque sus síntomas llegan siempre demasiado tarde”, destaca. “Para lograrlo —continúa—, trabajamos sobre unos linfocitos muy concretos, del tipo T, que son capaces de exterminar a las células cancerosas. De nuevo, gracias a los cultivos de células tomadas de la persona afectada mediante biopsia y poniéndolos en contacto con la sangre, conseguimos aislar, reproducir e inyectar de forma masiva los linfocitos que específicamente mejores resultados obtienen contra ese tipo de célula cancerosa”, puntualiza.

Al frente de esta investigación se encuentra el Doctor Manuel Hidalgo, director de la División de Hematología-Oncología del Weill Cornell Medicine, New York-Presbyterian e investigador asociado del grupo. “Para nosotros es un orgullo poder decir que recuperamos parte del talento español que se había perdido”, admite De Gregorio, quien además tiene claro que “en España tenemos que actuar lo antes posible para dejar de perder a nuestros grandes científicos”. En este sentido, respecto a sus propias patentes, sostiene que “esperamos que puedan contribuir a cambiar el paradigma, ya que podrían generar mucha riqueza-país desde el punto de vista de desarrollo y fabricación de medicamentos”.

Para llegar a este punto, Peaches Biotech ha contado con la ayuda del Fondo Smart de Banco Santander. Ahora, seguirá contando con esta ayuda financiera para avanzar en el camino. Respecto al futuro a corto y medio plazo, el CEO adelanta que “confiamos en tener nuestra primera licencia médica durante este 2023 y así poder avanzar hacia la futura comercialización de los productos para que estén en la calle lo antes posible. El valor de este tipo de licencias en los mercados internacionales asciende a varios cientos de millones de euros, así que podríamos estar ante un verdadero hito para la investigación española”.

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