Ofrecido por
Jorge Blanco, fundador Fisaude

Un tratamiento para curar lesiones en tiempo récord (y que ya utiliza el deporte de élite)

Hacia un futuro mejor

Guillermo Martínez

Fisaude trabaja con una bomba diamagnética que controla los tiempos de inflamación. Entre sus clientes se encuentran grandes equipos de fútbol como el Atlético de Madrid o de baloncesto como el Estudiantes

Todo empezó un día en el que Jorge Blanco iba a ver a su hermano José Ángel jugar al fútbol en su tierra natal, Galicia. Ambos caminaban juntos cuando se les ocurrió una de las mejores triangulaciones que podían hacer: con los conocimientos de Jorge en marketing, los de José Ángel en fisioterapia y los de Felipe Marín (un amigo en común) en desarrollo, montarían una empresa de venta de material sanitario. La idea se materializó en una marca, Fisaude, y ha pasado de fabricar seis productos en 2009 a tener actualmente 20.000 en su catálogo.

Sus productos están cada vez más presentes en distintos sectores: desde fisioterapia hasta veterinaria, pasando por estética, odontología, ortopedia, podología y la rama sanitaria y hospitalaria. Entre sus clientes se encuentran grandes equipos de fútbol como el Cádiz, Leganés, Atlético de Madrid e, incluso, la selección española. También de baloncesto como el Estudiantes o el Juventut de Badalona; tenistas de alto nivel; la Federación Española de Natación o el sector del pádel. Su material sanitario, por ejemplo, estuvo presente en el Mutua Madrid Open.

La tecnología que utilizan es aplicable tanto en una clínica privada para gente de a pie, como a deportistas de élite, aunque no todas las personas tienen las mismas necesidades, según relata José Ángel: “Los deportistas de élite, en concreto, buscan reducir los plazos de las lesiones. Para eso, nosotros trabajamos con una bomba diamagnética que actúa a muchos niveles. Conseguimos controlar los tiempos de inflamación de forma muy ostensible y acortar el tiempo de recuperación”.

Esta bomba ya ha llegado a distintas regiones españolas como Alicante, Valencia y Barcelona, a donde la empresa envía técnicos y expertos para formar en su uso. Se puede utilizar para esguinces de tobillo, roturas de fibras, contusiones, traumatismo, fracturas, heridas abiertas e incluso tratamientos posquirúrgicos. Tal y como apuntilla José Ángel, también sirve para regenerar el tejido, ya que actúa sobre las células: “Tenemos casos de futbolistas que se han conseguido recuperar de su lesión en un tiempo récord y tenistas que pensaban que no iban a llegar a un campeonato y con este tratamiento al final lo consiguieron, al igual que algún boxeador”.

La compañía, que ya factura 13 millones de euros anuales, se encuentra en plena expansión hacia otros continentes, y su reto más actual es llegar a América. Cuenta con páginas web en italiano, portugués, alemán y francés, entre otros idiomas: “El negocio online es el presente y lo seguirá siendo en el futuro, sobre todo desde los terminales móviles”, cuenta Jorge. Y es que, sin ir más lejos, el 70% de los pedidos a Fisaude llegan desde un smartphone. No obstante, para ellos, el mundo offline sigue siendo esencial. “Desde internet captamos la atención, pero las visitas son imprescindibles para enseñar la tecnología y realizar las formaciones”.

La compañía cuenta con Iuvenor Lab, una fábrica familiar de cosméticos en su Galicia natal. “Invertimos mucho en la fabricación de productos nuevos y en el desarrollo de tecnologías punteras”. No obstante, según Jorge Blanco, también considera prioritario invertir en capital humano, en procesos de compra y adquisición de otras empresas menores, expansión, publicidad y diseño.

A corto plazo, se han fijado el objetivo de aumentar su facturación entre tres y cuatro millones de euros cada año; a medio y largo plazo el reto es seguir fortaleciéndose en otros sectores: “Nos gustaría liderar el mercado no solo en la rama de fisioterapia, sino en otras muchas en las que también estamos, como estética, podología, odontología, sanitaria y veterinaria”, dice el empresario. Para ello, concluye, será vital que las entidades financieras sigan apostando por ellos: “En nuestro caso ha sido esencial la ayuda proporcionada por el Fondo Smart de Banco Santander, con quien trabajamos desde hace décadas, y esperamos que siga siendo así”.

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