Todo empezó un día en el que Jorge Blanco iba a ver a su hermano José Ángel jugar al fútbol en su tierra natal, Galicia. Ambos caminaban juntos cuando se les ocurrió una de las mejores triangulaciones que podían hacer: con los conocimientos de Jorge en marketing, los de José Ángel en fisioterapia y los de Felipe Marín (un amigo en común) en desarrollo, montarían una empresa de venta de material sanitario. La idea se materializó en una marca, Fisaude, y ha pasado de fabricar seis productos en 2009 a tener actualmente 20.000 en su catálogo.
Sus productos están cada vez más presentes en distintos sectores: desde fisioterapia hasta veterinaria, pasando por estética, odontología, ortopedia, podología y la rama sanitaria y hospitalaria. Entre sus clientes se encuentran grandes equipos de fútbol como el Cádiz, Leganés, Atlético de Madrid e, incluso, la selección española. También de baloncesto como el Estudiantes o el Juventut de Badalona; tenistas de alto nivel; la Federación Española de Natación o el sector del pádel. Su material sanitario, por ejemplo, estuvo presente en el Mutua Madrid Open.
La tecnología que utilizan es aplicable tanto en una clínica privada para gente de a pie, como a deportistas de élite, aunque no todas las personas tienen las mismas necesidades, según relata José Ángel: “Los deportistas de élite, en concreto, buscan reducir los plazos de las lesiones. Para eso, nosotros trabajamos con una bomba diamagnética que actúa a muchos niveles. Conseguimos controlar los tiempos de inflamación de forma muy ostensible y acortar el tiempo de recuperación”.
Esta bomba ya ha llegado a distintas regiones españolas como Alicante, Valencia y Barcelona, a donde la empresa envía técnicos y expertos para formar en su uso. Se puede utilizar para esguinces de tobillo, roturas de fibras, contusiones, traumatismo, fracturas, heridas abiertas e incluso tratamientos posquirúrgicos. Tal y como apuntilla José Ángel, también sirve para regenerar el tejido, ya que actúa sobre las células: “Tenemos casos de futbolistas que se han conseguido recuperar de su lesión en un tiempo récord y tenistas que pensaban que no iban a llegar a un campeonato y con este tratamiento al final lo consiguieron, al igual que algún boxeador”.
La compañía, que ya factura 13 millones de euros anuales, se encuentra en plena expansión hacia otros continentes, y su reto más actual es llegar a América. Cuenta con páginas web en italiano, portugués, alemán y francés, entre otros idiomas: “El negocio online es el presente y lo seguirá siendo en el futuro, sobre todo desde los terminales móviles”, cuenta Jorge. Y es que, sin ir más lejos, el 70% de los pedidos a Fisaude llegan desde un smartphone. No obstante, para ellos, el mundo offline sigue siendo esencial. “Desde internet captamos la atención, pero las visitas son imprescindibles para enseñar la tecnología y realizar las formaciones”.
La compañía cuenta con Iuvenor Lab, una fábrica familiar de cosméticos en su Galicia natal. “Invertimos mucho en la fabricación de productos nuevos y en el desarrollo de tecnologías punteras”. No obstante, según Jorge Blanco, también considera prioritario invertir en capital humano, en procesos de compra y adquisición de otras empresas menores, expansión, publicidad y diseño.
A corto plazo, se han fijado el objetivo de aumentar su facturación entre tres y cuatro millones de euros cada año; a medio y largo plazo el reto es seguir fortaleciéndose en otros sectores: “Nos gustaría liderar el mercado no solo en la rama de fisioterapia, sino en otras muchas en las que también estamos, como estética, podología, odontología, sanitaria y veterinaria”, dice el empresario. Para ello, concluye, será vital que las entidades financieras sigan apostando por ellos: “En nuestro caso ha sido esencial la ayuda proporcionada por el Fondo Smart de Banco Santander, con quien trabajamos desde hace décadas, y esperamos que siga siendo así”.