“¿Ya que os dedicáis a esto, por qué no hacéis ropa para mí?”, dijo un día una adolescente de 13 años a sus padres, ambos con negocios textiles. Lo que encontraba en las tiendas no le satisfacía: o el diseño era aburrido, o el tallaje poco realista o la calidad, muy justa. Y entonces Juan y Mercedes dieron el paso: diseñaron una línea de ropa para chica joven y empezaron a venderla tímidamente en sus tiendas. Sucedió en Barcelona en 2005, cuando la competencia de China en el sector del textil apretaba fuerte. A los tres años, en plena crisis financiera, comenzaron a abrir tiendas ya con una marca propia, Brownie, en honor al caniche marrón que tenía la familia y que, afortunadamente, 15 años después, aunque con los achaques de la edad, sigue corriendo por casa.
Tras una primera etapa de expansión nacional, en 2013 la compañía dio el salto al exterior con un primer local en Portugal. Hoy ya tiene acuerdos con grandes grupos extranjeros como Printemps (Francia), Liverpool (México) y Falabella (Chile), mercados que consideran claves en los años venideros. Actualmente, está presente en siete países: España (con 48 tiendas), Portugal (10), Francia (10), Andorra (2), Bélgica (1), Chile (2) y México (22) y cuenta con una red comercial que superará los 100 puntos de venta antes de finalizar el año. En el primer trimestre de 2023, la marca entrará en Israel. Una expansión para la que el apoyo de Banco Santander, a través de sus Fondos Smart, ha resultado imprescindible.
Este impulso ha llevado a la empresa a facturar 45 millones de euros en 2021, y prevé cerrar el ejercicio con 70 millones. En los próximos dos años, según Juan Morera, actual CEO de la compañía e hijo del fundador, el objetivo es todavía más ambicioso y pretenden llegar a los 100 millones. Pero, vayamos por partes. ¿Cómo llegó Brownie hasta aquí, con una crisis financiera, la amenaza china y una pandemia de por medio?
El primer secreto de su éxito, si es que existe un secreto, es, para Juan, publicista de formación y con experiencia en el sector de las multinacionales de gran consumo, la calidad del producto, un buen precio -algo por encima de Zara o Brandy Melville-, y, sobre todo, la constante rotación: “Cada dos semanas sacamos novedades, nuestro equipo está al día de las últimas tendencias en moda juvenil”. Un equipo que lidera su madre, Mercedes, la fundadora de 64 años: “Ella pasa mucho tiempo en las tiendas escuchando qué dicen las clientas, incluso preguntándoles sus preferencias a la hora de vestir y dónde han comprado lo que llevan puesto; también viaja para cazar tendencias o telas en otros países; ahora está en la India”.
Otro de los valores que destaca el director del grupo es la experiencia en el punto de venta, con una atención personalizada y con una distribución amable, visual y fácil de encontrar el producto en las tiendas, que, por otro lado, son cada vez más grandes, para que quepa todo el universo de la marca: “Las próximas aperturas, en el aeropuerto de Barcelona, en París y en Bilbao, tienen entre 160 y 170 metros cuadrados”.
Del diseño de mobiliario y el interiorismo también se encarga la propia empresa. Cuentan con un departamento propio para idear nuevos muebles, o recuperar antiguos, y distribuirlos en sus tiendas siguiendo su esencia ‘vintage’, pero renovada hacia una imagen más limpia y clara, en pos también de favorecer la experiencia de compra. También a favor de esta experiencia, en mayo de 2021 abrieron una cafetería ‘take away’ en su tienda buque insignia de Madrid; luego en Bélgica, y en 2023 se instalará en la tienda de A Coruña.
El diseño de mobiliario y el interiorismo se hacen desde dentro de esta empresa familiar, que cuenta con un departamento para idear nuevos muebles
En cuanto a la estrategia ‘online’, Morera explica que antes de la pandemia ya habían hecho parte de los deberes, lo que les ayudó a terminar de ponerse las pilas. Hoy las ventas ‘online’ son tan importantes como las físicas y las redes sociales, un gran escaparate. Tienen una comunidad de 300K seguidoras en Instagram, donde “las chicas comparten entre ellas sus ‘looks’ Brownie en sus ‘stories’ y también en TikTok”.
En 2019 lanzaron su primera colección ‘ecofriendly’, ReLove, una línea de prendas y complementos fabricados mediante procesos respetuosos con el entorno y con materiales sostenibles. Esta incluye desde ropa casual o de fiesta y calzado, pasando por bolsos, ropa interior, perfume o bisutería y hasta almohadas de cervicales para viajar en avión. Desde la empresa reconocen que ahora mismo esta colección supone el 50% del total de su porfolio, aunque pretenden que en el futuro suponga el 100%. “Queremos llegar con ellas a todas las mujeres. Al final alcanzar todos los segmentos es una de las cosas que nos diferencia de la competencia. Muchas veces, incluso, vienen a comprarnos tres generaciones juntas”.