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Tim Ougeot CMO y cofundador de Yego

Por qué tres franceses veinteañeros eligieron España para fundar una marca de ‘motosharing’

Hacia un futuro mejor

Romina Vallés

Yego es una empresa de motos eléctricas barcelonesa. Comenzaron en 2015 con tres vehículos; hoy, con más de medio millón de usuarios, superan las 3.500 repartidas por España y Francia

En España hay casi seis millones de motos con una antigüedad media que supera los 16 años, cuatro más que los coches, según la Asociación Nacional de Empresas del Sector Dos Ruedas (Anesdor). Este último dato fue decisivo en el estudio de mercado que Tim Ougeot y sus socios hicieron en 2015 para fundar la marca de servicios de ‘motosharing’ Yego. Porque, si no, ¿qué se les había perdido en Barcelona a tres amigos veinteañeros procedentes del marketing y la ingeniería mecánica que trabajaban en Múnich?

“El buen tiempo todo el año, que hace que la moto se pueda coger durante casi todo el día, la costumbre barcelonesa de desplazarse en este vehículo, y un ecosistema emprendedor en auge” fueron el resto de alicientes para que dejaran su trabajo en una compañía automovilística y lanzaran su propio proyecto en la Ciudad Condal con solo tres motos eléctricas, según explica Ougeot, CMO y cofundador de Yego. Entonces en Barcelona casi no había competencia; así que fueron a por todas teniendo muy claro cuál iba a ser su valor añadido.

“Nuestro punto fuerte es claramente el servicio de atención al cliente 24/7 en cuatro idiomas, castellano, catalán, inglés y francés y nuestra ‘app’ de reserva, muy fácil de usar”. La tercera pata que destaca el CEO es el diseño: líneas retro que nos recuerdan a la marca que conducía Audrey Hepburn en ‘Vacaciones en Roma’, y color verde (sostenible) menta. Así, de aquellas tres motos con las que comenzaron la aventura, fueron ampliando su flota hasta superar hoy las 3.500 repartidas por sus siete sedes: Barcelona, Burdeos, París, Valencia, Sevilla, Málaga y la recién estrenada Toulouse.

Este ritmo de crecimiento solo se vio temporalmente alterado por el desasosiego de las restricciones pandémicas de 2020, aunque pronto consiguieron remontar. Ese año mantuvieron estable la cifra de negocio de 2019 e incluso abrieron sus dos sedes de Málaga y Sevilla, para después dar un salto exponencial con un 110% de crecimiento en 2021 y un incremento del 86% de clientes entre particulares y empresas. Cuentan ya con medio millón de usuarios. Una cifra acorde con el uso de estas en Barcelona: cada 12 segundos, un usuario reserva una Yego a través de su aplicación. Pagará unos 30 céntimos por minuto y conducirá la moto unos 14 minutos de media.

Seis hermanos y 150 trabajadores

A los tres emprendedores se les sumaron en el proyecto sus tres hermanos. Después, fueron incorporándose más familiares, amigos y otros trabajadores, hasta llegar a los 150 de hoy, entre ingenieros mecánicos, ‘marketers’, ‘product owners’ o desarrolladores. “Trabajar entre familiares y amigos es muy positivo, tienes toda la confianza para decirte las cosas como son”, cuenta Ougeot. Así, en la sede barcelonesa, un antiguo taller textil que conserva la potente instalación eléctrica que usaban las costureras para no dejarse la vista, parte de estos mecánicos e ingenieros ponen a punto las motos que llegan para ser revisadas o reparadas, a ritmo de Maroon 5. “Cada turno escoge su música para trabajar; ahora llegará el del reguetón. Mientras tanto, al día ponemos a punto unas 20 motos”, concreta.

“ La marca de motos tuvo un 110% de crecimiento en 2021 y un incremento del 86% de clientes entre particulares y empresas. Cuentan ya con medio millón de usuarios ”

“Este ritmo de trabajo es el resultado del cambio de mentalidad de una sociedad que, cada vez más, prefiere compartir antes que comprar”. Así, el ‘motosharing’ es ya, desde hace unos años, la alternativa urbana a los atascos, el estrés por falta de aparcamiento y la contaminación ambiental y acústica. El transporte por tierra es el responsable de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero y de partículas contaminantes, según la Agencia Europea del Medio Ambiente. Y las motos, en concreto, emiten 52 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro, por encima de los autobuses (48) (Anesdor).

El próximo paso a corto plazo es seguir expandiéndose por España y Francia, “donde hay más demanda de este tipo de movilidad”. La otra parte básica de su estrategia es la innovación continua, ya sea añadiendo nuevas funcionalidades a la ‘app’, como la de hacer una foto al finalizar el trayecto para comprobar que la moto está aparcada en una zona autorizada; o el control remoto y en conexión con toda la flota para gestionar las necesidades de movilidad de cada zona de la ciudad en tiempo real. Para llevar a cabo estos planes han recurrido a la ayuda de Banco Santander. “Con esta financiación, en concreto, hemos ampliado las flotas de Barcelona y Valencia y, durante la pandemia, las de Sevilla y Málaga. Ahora, también nos están apoyando en nuestra expansión internacional. Nuestro objetivo es seguir creciendo y continuar esforzándonos para conseguirlo”, apunta Ougeot.

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