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Fundadores Blue Banana

Salvar 100.000 árboles vendiendo sudaderas: las nuevas formas de hacer negocio de la generación Z

Hacia un futuro mejor

Isabel Rodríguez

Blue Banana es la marca de ropa sostenible creada por dos veinteañeros durante un Interrail. Apoyándose en Instagram, compensan el doble de su huella de carbono y ya facturan siete millones

La suya no es una historia de éxito surgida en un garaje al más puro estilo Silicon Valley. A Nacho Rivera y Juan Fernández-Estrada, los fundadores de Blue Banana, cuesta imaginarlos encerrados entre cuatro paredes. Su historia es la de una aventura que empezó a gestarse en un Interrail. Amigos desde la infancia, siempre habían tenido claro que querían montar algo juntos, aunque fue su visita a la capital de los Países Bajos la que les dio el impulso definitivo para poner en marcha un negocio que hoy factura millones.

Muchos distinguirán en su marca el guiño que ellos mismos reconocen a Ámsterdam. En esta ciudad tomada por las bicicletas que se ha atrevido a ganar terreno al mar, ambos se tatuaron la X que, desde hace ya seis años, es seña de identidad de la marca (además de parte de la bandera de la ciudad). “La X era la excusa perfecta para ponerle el logo a la marca que simboliza un poco la aventura de Blue Banana”, cuenta Nacho. Y es que eso es precisamente lo que pretende la compañía: “inspirar a las nuevas generaciones a hacer de su vida una aventura”.

La de Blue Banana empezó en 2016. “Cuando llegas con 19 años a una fábrica y dices que vas a hacer sudaderas se ríen de ti”, confiesa Nacho, que, sin embargo, también reconoce que si bien la inexperiencia fue uno de los hándicaps de sus inicios, la ausencia de presiones fruto de su juventud constituyó también una ventaja. Aunque ha pasado poco más de un lustro desde esa primera inversión de 3.000 euros y un pedido de 300 sudaderas bordadas a mano, la progresión ha sido significativa. Cerraron el pasado ejercicio con una facturación de 7,3 millones de euros y, de cara a 2022 esperan superar los 10 millones. Además, en 2020 dieron el salto del mundo digital al espacio físico y abrieron su primera tienda en Madrid. Hoy son ya más de cuatro -repartidas entre Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla- y, si todo va bien, en breve abrirán la segunda en la capital, una más en Málaga este verano y se estudian otras dos localizaciones.

La profesionalización del equipo, que ha pasado de dos a casi medio centenar de personas, ha sido clave. Pero las grandes aliadas del desarrollo de la compañía han sido las redes sociales. “Al principio eran nuestro único recurso”, explica Rivera, que añade además que crear contenido de impacto y prendas de carácter sostenible son las piedras angulares de Blue Banana.

Aunque su estrategia digital ha cambiado como lo han hecho las redes sociales -que hoy incluyen desde ‘stories’ hasta ‘reels’, pasando por nuevas plataformas- Rivera asegura que el fin siempre ha sido el mismo: “que la gente nos siga porque el contenido le inspira, independientemente de que le guste la ropa o no”. Y parece que la fórmula funciona. Hoy tienen más de 400 mil seguidores en Instagram, más de 300 mil en TikTok, un canal en YouTube que muestra la parte más humana y lo que hay detrás de los viajes que alimentan el contenido de sus canales sociales, así como la esencia propia de la compañía, y hasta han conseguido una colaboración con Canon para que patrocine sus contenidos.

Hacer negocio mientras proteges el medioambiente

En la historia de la marca hay otro protagonista, su carácter sostenible: “Nos dimos cuenta de que el compromiso que tenemos con la aventura va muy ligado con la sostenibilidad. Teníamos que proteger este mundo de alguna manera”. Así, conscientes del impacto que la industria textil tiene sobre el medioambiente, la firma española lleva varios años desarrollando su propio plan de sostenibilidad. En este sentido, compensan el doble de la huella de carbono que generan con sus procesos de producción, viajes… y para ello colaboran con Dcycle, empresa dedicada a medir el impacto de sus emisiones. Con las cifras facilitadas por la compañía, Blue Banana invierte en proyectos medioambientales desarrollados por Naciones Unidas. Solo con la colección Autumn/Winter 2021, la firma compensó 1.920.646 kg de CO2, el equivalente a salvar 137.615 árboles; además de los 7.125 kg de CO2 generados en el viaje que realizaron a Islandia, el escenario elegido para presentar y fotografiar esta colección.

Asimismo, la compañía trabaja con ‘packaging’ reciclable y compostable, además de apostar por materiales sostenibles para la fabricación de sus prendas. El algodón orgánico es el gran protagonista y junto a él, poliéster reciclado y algunas fibras diferentes. “Lanzamos una serie de colecciones limitadas coincidiendo con días señalados -el día de la Tierra, de los Océanos, del surf, de la montaña…- es lo que llamamos colecciones Cosmos. En ellas utilizamos fibras que son un poco especiales, por ejemplo, fibra de ortiga”. Para sus fundadores, ser una compañía ‘verde’ es un acto de responsabilidad: “Al final estamos delante de mucha gente, debemos dar ejemplo, y más si tenemos en cuenta que la industria textil es una de las más contaminantes del mundo”.

Prudencia y resultados

Nacho y Juan encarnan las señas de identidad de la llamada generación Z. Más allá de su dominio de las redes, su prudencia inicial les llevó a plantear una estrategia de autofinanciación que les permitió crecer de una manera sostenible en los primeros momentos de la compañía. Sin embargo, el tiempo y el volumen de negocio actuales les han llevado a buscar apoyos financieros externos. “Banco Santander nos ha ayudado mucho a conseguir traspasar lo que pone en un papel a la realidad. Han sido nuestros socios a lo largo del camino”, explica Nacho.

Junto a las camisetas y sudaderas que hoy pasean por medio mundo (el negocio ha llegado ya a Francia, Portugal, Alemania e Italia y se prepara para la expansión por Latinoamérica), su catálogo se amplía como lo hace la experiencia de los fundadores. “El año pasado lanzamos prendas de exterior que fueron nuestros primeros abrigos y también bañadores (...). Lo que queremos es lanzar productos que vayan en coherencia con lo que estamos haciendo, con la aventura”, confiesa Nacho, unos planes de futuro que tiene claro, se asientan sobre la actitud de tirar hacia adelante y ponerle ganas a la hora de hacer las cosas.

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