Pocos se atreverían a contravenir el mantra que, hace ya algunos años, regaló Bill Gates para la posteridad: “Si tu negocio no está en internet, tu negocio no existe”, aseguraba entonces el cofundador de Microsoft. ¿Seguro? La historia de Limpiezas Royca pone en tela de juicio esta afirmación. No la busquen en la red. No la encontrarán, al menos, no con la presencia que cabría esperar en la época en la que estamos. No tienen página web ni redes sociales, pero nada de eso ha impedido a esta empresa que lleva más de medio siglo a la vanguardia del sector haber crecido técnica y laboralmente año tras año, hasta alcanzar niveles de facturación superiores a los ocho millones de euros anuales.
A los mandos, desde el año 53, está Manuel Carrasco. A sus 88 años, este CEO de la vieja escuela cuenta con orgullo que fue el interés de su padre por entrar en el mundo empresarial el que le llevó a ponerse al frente del negocio. “Aprovechando que yo terminaba la carrera me dijo que me hiciera cargo de ello y empezamos a trabajar desde ese momento”. Mucho ha llovido desde entonces. Sin embargo, esta empresa familiar ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia.
Las exigencias del servicio han cambiado, como también lo ha hecho la arquitectura de muchos de los edificios en los que realizan todo tipo de labores de limpieza e, incluso en ocasiones, hasta de jardinería. “Para poder estar dentro de este sector en el nivel más alto tienes que estar preparado para todas estas circunstancias, ya sea a nivel del trabajador o del propio cliente. Todo esto es un resurgir diario y tienes que estar atendiéndolo inmediatamente porque si te demoras, desapareces del mercado”, asegura Manuel.
Desde la Presidencia del Gobierno hasta el Palacio de Cibeles, pasando por colegios y hasta el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, entre otros, son muchos los edificios públicos que, a lo largo de sus más de seis décadas de historia, han sido atendidos por el personal de la compañía madrileña. En sus mejores épocas la empresa ha llegado a dar trabajo a más de 500 personas diarias, no en vano, más allá del plano institucional, multinacionales, comunidades de vecinos, grandes empresas, particulares y hasta productoras de cine.
En este tiempo, conocer a sus clientes, entender sus necesidades y aportar las soluciones necesarias en cada caso, les ha valido la fidelidad de muchos de ellos durante décadas. Algunos llevan más de 40 años ininterrumpidos contando con sus servicios, como, por ejemplo, Seguros Ocaso. “Nuestra máxima es buscar soluciones a problemas nuevos para que el cliente siempre esté atendido (...). Si prestas ese servicio, el cliente responde. De otra manera, desapareces del sector”.
70 años sin salir de Madrid para ofrecer un trato cercano
Desde el madrileño barrio de Chamberí, la empresa que dirige Carrasco lleva años perfeccionando una metodología de trabajo propia que no solo les ha permitido alcanzar un alto grado de productividad, sino ser todo un referente del sector sin haber salido de la capital. “Nunca hemos querido extendernos más allá de Madrid. Cuando un cliente necesita un servicio, primero vamos personalmente a verlo. A veces el trabajo que tienes que hacer tiene una circunstancia y unas características que tienes que acometer de una manera diferente”, explica Carrasco. Ese análisis meticuloso de cada proyecto les lleva a diseñar planes personalizados, con tiempos y medios adecuados a cualquier trabajo.
La fórmula funciona y, si allá por los años 50 fue la coyuntura y su saber hacer lo que impulsó su crecimiento, hoy es su experiencia, adaptabilidad y método lo que la mantiene en una industria que cuenta con aliados inesperados. Manuel asegura que el absentismo es uno de ellos, aunque también uno de los principales hándicaps con los que deben lidiar.
“Las empresas privadas tratan de evitar mantener en plantilla un determinado nivel de personal de limpieza porque hay bastante absentismo en el sector, y esa es una de las situaciones que empequeñecen los rendimientos de las empresas. Ante esa circunstancia abogan más por externalizar el servicio”. Eso sí, Manuel no esconde su orgullo al hablar de una plantilla, la suya, que cuenta con 200 empleados; muchos de ellos trabajando de su mano.
En un mundo donde todo parece efímero, Manuel y su empresa son el claro ejemplo de que el factor humano es, sin duda, el ingrediente secreto en esta prolongada trayectoria. Y para muestra, la relación con su entidad bancaria: “Empezamos nuestra actividad con una cuenta corriente a través del Banco Central Hispano de la sucursal de Santa Engracia. Hoy, 53 años después, continuamos con Banco Santander. La cercanía es nuestra máxima en todos los ámbitos, y seguiremos con ella”, concluye.