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Fundador Kimitec

¿El fin de los pesticidas en los alimentos? La alternativa almeriense que está acabando con ellos

Hacia un futuro mejor

Rocío Romero

Kimitec crea compuestos naturales para la agricultura con la misma eficacia que los químicos. Cuenta con el mayor centro de biotecnología agrícola de Europa y ya está presente en 100 países

Agosto de 1945. El mundo pone fin a la Segunda Guerra Mundial y la comida escasea. La agricultura mermada no es suficiente para dar alimento a las más de 2.500 millones de personas que habitan el planeta. En ocasiones como esta, la química ha resultado un balón de oxígeno. Plaguicidas, fertilizantes y, en general, productos que han conseguido multiplicar la producción han ayudado a paliar la inanición, permitiendo más comida a precios más asequibles para una población en continuo crecimiento.

Pero, si bien es cierto que nos ha salvado del hambre, también existe una cara oscura: su impacto sobre nuestro organismo y el medio ambiente. Según las estadísticas de la FAO, los agricultores usan de 340.000 a 370.000 toneladas de sustancias activas cada año, dejando residuos en el suelo, agua, comida, piensos y humanos. Un estudio publicado en ‘Enviromental Pollution’ así lo avala: de las casi 500 sustancias activas aprobadas para la venta en la Unión Europea, casi el 6% son “carcinógenos sospechosos”, el 30% tiene una toxicidad acuática alta, casi el 50% son bioacumulativas y el 25% son persistentes en el suelo. Incluso, se han llegado a hallar restos en tierras de cultivo 20 años después de ser utilizados.

“Es fácil ver cómo impacta una bolsa de plástico en el planeta, y estos compuestos perduran igual y también son muy perjudiciales, pero no los vemos. Tampoco sabemos a ciencia cierta las consecuencias para nuestro cuerpo. El mundo evoluciona y durante los últimos 70 años nos hemos dado cuenta de que, lo que un día nos ayudó, hoy tenemos que cambiarlo por opciones más respetuosas”. Son palabras de Félix García, fundador y CEO de Kimitec Group, una empresa biotecnológica dedicada a crear alternativas naturales a estos químicos, y lo más difícil; con la misma eficacia y rentabilidad para los agricultores.

El grupo nació en 2007 en Almería. Félix es un emprendedor que, tras cursar un máster en dirección de empresas, trabajó varios años en una compañía dedicada a la agricultura. Pronto comenzó a interesarse por el sector. Estudió química de forma autodidacta, y tras dejar atrás el grupo en el que trabajaba, empezó la aventura. “Por aquel entonces nadie se preocupaba de esto. Pasé varios años de mi vida estudiando para conseguir un compuesto natural que tuviera exactamente la misma eficacia que el químico. A día de hoy, nadie tiene un producto como el nuestro, por eso tenemos como clientes a las grandes multinacionales del sector”.

Kimitec ya está presente en 100 países. Son ‘global players’ de gigantes de la industria química como Bayer o grandes grupos como Pescanova, y cuentan con el mayor centro de biotecnología agrícola de Europa, el MAAVi Innovation Center: 6.000 metros cuadrados de instalaciones (un tamaño similar al de medio Bernabéu) para el que han invertido más de 60 millones de euros y en el que siguen desarrollando compuestos naturales para la agricultura. Cerraron 2021 con 36 millones de euros de facturación y la previsión para este año es de 60 millones.

“Las compañías se están transformando. Ya somos ‘global players’ de gigantes de la industria química como Bayer o grandes grupos como Pescanova”

“Las compañías de todos los sectores se están sumergiendo en grandes procesos de transformación. Los supermercados realizan análisis muy estrictos para comprobar que los alimentos que venden cumplen la norma y no tienen más de cierto número de químicos. Ya no es una elección”, confirma el CEO. Y lo cierto es que tiene razón. El ‘European Green Deal’ es el plan que lanzó la Unión Europea en diciembre de 2019 para frenar el cambio climático, y uno de los objetivos radica, precisamente, a través de la estrategia ‘From Farm to Fork’, en reducir un 50% el uso de plaguicidas y el riesgo de los insumos químicos para el año 2030.

Sin embargo, el camino de la biotecnológica hasta llegar a este punto no ha sido fácil. Félix relata que, para conseguir el dinero con el que empezaron a dar forma al proyecto, hipotecó la casa de sus padres. De hecho, desde el nacimiento de la compañía hasta 2014 y junto a los pocos trabajadores con los que contaba, se dedicó a vender productos sencillos mientras afrontaba el reto que le obsesionaba. Pero ese año marcó un antes y un después: recibieron dos millones de euros a fondo perdido tras ganar su primer ‘Horizonte 2020’, el programa estrella de investigación e innovación de la Unión Europea: “Fuimos la primera empresa europea a la que le concedieron un H2020 para investigar en biopesticidas. Demostró que lo que estábamos haciendo era diferente al resto. Con ese dinero obtuvimos los dos primeros productos capaces de sustituir con la misma eficacia a los químicos, y con cero impacto al medio ambiente”, cuenta. Y no fue el único que recibieron. A día de hoy, Kimitec es la única compañía del sector con cuatro proyectos ‘Horizonte 2020’.

Aprender del error

Ahora, Félix está inmerso en otro objetivo paralelo: revolucionar por completo la forma de investigar. “Los científicos de todo el mundo se comunican a través de ‘papers’, artículos científicos en los que solo se refleja lo bueno, lo que ya han conseguido”, comenta el CEO. Pero, ¿dónde queda la parte del error? “Me obsesioné pensando en todo el conocimiento que estamos perdiendo. Un científico podría avanzar mucho antes en sus proyectos si no volviera a cometer los mismos errores que ya se han cometido, pero esos no están reflejados en ningún sitio”.

Para ello, Kimitec, con una inversión de 3,5 millones de euros y la ayuda del Fondo Smart de Banco Santander, está desarrollando de la mano de un grupo farmacéutico una plataforma de Inteligencia Artificial (Linna) con un algoritmo propio que recoge toda la información agrícola de las bases de datos mundiales: “Imaginemos que esta máquina tiene en su cerebro virtual todos los artículos científicos publicados. La tecnología actúa por sí sola, y cruzando información, nos podrá decir el compuesto que necesitamos para cada tipo de plaga en cada cultivo concreto, por ejemplo”, explica.

Ahora, con el mayor centro de biotecnología agrícola de Europa en marcha y la plataforma de IA con la que pretenden dar luz a “todo el conocimiento oculto de la comunidad científica” sobre la mesa, la biotecnológica tiene un firme objetivo, “transformar por completo la forma en que nos alimentamos, y no pararemos hasta conseguirlo”, concluye su fundador.

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