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Pepe Rodríguez, tras 'MasterChef': de empezar por obligación en El Bohío a la estrella Michelin y la fama
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La faceta más personal del chef

Pepe Rodríguez, tras 'MasterChef': de empezar por obligación en El Bohío a la estrella Michelin y la fama

El chef manchego regenta un famoso restaurante en Illescas, creado por su abuela y la hermana de esta. La fama no ha cambiado a este toledano de tres hijos y casado hace 30 años

Foto: Pepe Rodríguez, en una imagen de archivo. (EFE/David Aguilar)
Pepe Rodríguez, en una imagen de archivo. (EFE/David Aguilar)

Desde 2013, Pepe Rodríguez fue un rostro conocido para toda España al convertirse en juez de 'MasterChef', programa presentado por Eva González, en el que aspirantes a chef concursaban para ganar una prestigiosa beca culinaria.

Empezaba una nueva etapa donde, además de chef, se convertía en uno de personajes más famosos de la pequeña pantalla por, entre muchas otras cosas, su peculiar forma de probar los platos preparados por los concursantes del programa y su presencia seria a la par que cómica.

placeholder Pepe Rodríguez, juez de 'MasterChef Celebrity'. (RTVE)
Pepe Rodríguez, juez de 'MasterChef Celebrity'. (RTVE)

Pero, aunque la mayor parte del público sepa de él a partir de ese momento, en el sector gastronómico el nombre de Pepe y de su familia ya era famoso por su buen hacer en la cocina. También en Illescas, donde la familia Rodríguez es popular por regentar un restaurante con estrella Michelin, que se creó en los años 30.

Todo comenzó en Toledo, donde un 13 de marzo de 1968 nació José Rodríguez Rey. Su familia se había criado en un entorno de fogones, puesto que en 1930 su abuela Valentina y la hermana de esta, Romana, habían fundado una casa de comidas en Illescas, llamada El Bohío.

En plena posguerra tuvo que cerrar sus puertas, pero en 1971 el restaurante volvería abrir. El padre de Pepe, llamado Diego Rodríguez Vallejo, fue novillero y fotógrafo taurino, por lo que, como le pasó en un principio al chef, no tenía pensado hacerse cargo del negocio familiar.

Pero finalmente Rodríguez padre decidió, junto a su mujer, dedicarse de lleno al restaurante que habían creado su madre y su tía. Por aquel entonces, Pepe era un niño y por eso muchos de los recuerdos de su infancia transcurren entre comandas y servicios.

Es más, el propio chef es el que ha bromeado en muchas ocasiones diciendo que “nació en una barra de bar”. Aunque en un principio ni a Pepe ni a su hermano, Diego, quien hace más de dos años anunció su 'divorcio' con Pepe, les tiraba eso de seguir con el negocio familiar, no les quedó otra cuando en los estudios comenzaron a flaquear.

Como no sacaban buenas notas, tocó trabajar duro y dónde mejor que en el restaurante de sus padres para formarse y convertirse en adultos. Al principio como camarero los fines de semana para sacarse un dinero, después como profesión junto a su hermano Diego, que había llegado a la cocina en las mismas condiciones que Pepe.

placeholder Pepe Rodríguez, en una foto de su niñez. (Cortesía TVE)
Pepe Rodríguez, en una foto de su niñez. (Cortesía TVE)

Pero pronto comprenderían que, aunque no de manera planeada, el destino quería que los hermanos elevaran a El Bohío a otro nivel. Con 22 años, y junto a Diego, comenzó a hacerse cargo de la cocina y su madre y su padre se echaron a un lado para que los hermanos dirigieran el restaurante.

Sin embargo, lejos de mantener el negocio como lo que hasta entonces era, un restaurante tradicional de comidas, Pepe, que ya pensaba en la cocina como su gran pasión y no solo obligación, comenzó a probar nuevas cosas.

Los 90 fueron una época muy diferente e innovadora para las nuevas fórmulas que ya venían despuntando desde regiones más cercanas a Francia. En el sector comenzaban a sobresalir Ferran Adrià y Martín Berasategui, y en estos dos conocidos y laureados chefs, Pepe encontró la inspiración para hacer que su restaurante aspirase a grandes hitos.

Aunque Toledo en esos años no supusiera hablar de comida de autor por regla general, poco a poco los hermanos Rodríguez fueron fusionando un estilo tradicional con las nuevas corrientes gastronómicas. De esta forma lograron el gran reconocimiento ansiado por cualquier profesional de la cocina: la estrella Michelin.

Pero además de estar cocinándose, nunca mejor dicho, una importante carrera dentro del panorama gastronómico, fuera de los fogones se estaba comenzando a fraguar una relación a fuego lento, con la que se convertiría en su mujer, Mariví.

placeholder El chef Pepe Rodríguez y su mujer, Mariví Fernández.(EFE/Kiko Huesca)
El chef Pepe Rodríguez y su mujer, Mariví Fernández.(EFE/Kiko Huesca)

Pepe y Mariví se conocieron cuando esta paró a tomar un refrigerio después de un partido de tenis y coincidió con el chef en un bar. En ese momento, el cocinero se fijó en Mariví y fue cuestión de tiempo que esta se percatara de que Rodríguez no le quitaba ojo.

De la unión de Pepe y Mariví, nacieron los tres hijos de la pareja: María, Jesús y Manuela. Ellos son los más críticos con su padre, tal y como este explicó en una entrevista de la revista ‘¡Hola!’: “Siempre me critican. Me dicen: ‘¿Solamente vas a hacer dos platos?’ Les respondo: ‘¿Pero qué queréis?”, explicaba Pepe.

No obstante, la que parece disfrutar más que nadie de la faceta profesional de su marido es su mujer Mariví por lo que explicó el chef en la anteriormente citada entrevista: “Me gusta cocinar para los míos. Primero porque mi mujer cocina lo justo y me gusta comer bien. No soporto que lo haga ella, prefiero hacerlo yo. Así sé que los demás lo van a disfrutar”.

Una suerte para los pocos afortunados a los que no les gusta cocinar y tienen el placer de poder comer comida echa por una estrella Michelin.

Precisamente, fue y es su familia quien más le apoya desde que se hiciera famoso en nuestro país a raíz de su ascenso meteórico con 'MasterChef'. Desde el momento de su estreno, Pepe, junto a Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágerao, han sido los jueces de cada edición.

Jueces duros y estrictos que se han ganado el amor y el odio de los televidentes del formato a partes iguales. Sin embargo, la verdadera diferencia en la vida de la familia Rodríguez supuso asumir la fama que el programa dio al chef en poco tiempo.

A pesar de ser muy conocido dentro del circuito gastronómico por otros compañeros de fogones, el verdadero cambio en la dinámica familiar fue pasar de tener una vida anónima a ser reconocido y fotografiado en todas partes.

Un cambio que, a priori, se les hizo más difícil a sus hijos y sobre todo a María, la hija mayor. No obstante, una década de programa después, la familia al completo se ha acostumbrado a esa faceta de personaje famoso y asumen la popularidad de su padre. Eso sí, a tenor de las palabras del chef, sus hijos no terminan de acostumbrarse a entender su éxito: “Me dicen que no sé lo que ve la gente en la tele, que no les hace ni gracia. Es normal, en el colegio les atacan mucho por ser los ‘hijos de’ y unos lo han llevado peor y otros mejor, pero no se puede tener todo en la vida”, decía Pepe sobre cómo encaran sus hijos su faceta más famosa.

En cualquier caso, y quizá a diferencia de su amigo y compañero, Jordi Cruz, quien habló en el programa de Bertín Osborne sobre la dura relación que tuvo a nivel emocional con su padre, parece que la familia de Pepe es y será uno de los mayores apoyos en su vida; primero por brindarle la profesión que tanto le enamora y después por darle el apoyo necesario en los momentos en que el chef lo ha necesitado.

Desde 2013, Pepe Rodríguez fue un rostro conocido para toda España al convertirse en juez de 'MasterChef', programa presentado por Eva González, en el que aspirantes a chef concursaban para ganar una prestigiosa beca culinaria.

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