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21 años del robo del siglo a Esther Koplowitz: la trama y el final de los ladrones
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UNA MILLONADA EN ARTE

21 años del robo del siglo a Esther Koplowitz: la trama y el final de los ladrones

De los muchos robos conocidos, este resultó ser un golpe relativamente sencillo y rápido para tratarse del mayor robo de arte de una colección jamás realizado en España

Foto: Esther Koplowitz, en una imagen de archivo. (EFE)
Esther Koplowitz, en una imagen de archivo. (EFE)

8 de agosto de 2001. Madrugada. El imponente piso de tres plantas y un ático ubicado en el paseo de la Habana, propiedad de Esther Koplowitz, se encuentra vigilado por un agente de seguridad. Es la única persona en el interior de esa casa museo de cuyas paredes cuelgan valiosas obras de arte. Goya, Brueghel, Sorolla, Gris o Pissarro son algunos de los nombres que firman los cuadros que decoran las estancias.

Llaman a la puerta a las 4 de la mañana, el vigilante abre y no tiene tiempo de reacción. Varios hombres entran en la vivienda, lo golpean, lo atan, lo amordazan y le tapan los oídos y los ojos. En cuestión de pocas horas, escogen los cuadros más valiosos, los van descolgando, los meten en una furgoneta y desaparecen. También se hacen con diversas figuras egipcias, griegas y orientales, y con valiosas obras de bronce y cristal.

Foto: Marta Chávarri, en una imagen de archivo. (Getty)

Así se llevó a cabo, hace casi ya 21 años, el que aún es considerado como el robo del siglo en nuestro país y el más importante en cuanto a la valía de las obras robadas al que se tuvo que enfrentar la policía. De los muchos robos conocidos, este resultó ser un golpe relativamente sencillo y rápido para tratarse del mayor robo de arte de una colección jamás realizado en España. Todas aquellas obras estaban valoradas en un precio estimado de 300 millones de euros.

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Esther Koplowitz, hundida por lo sucedido, no tardó en ofrecer una recompensa a quienes aportaran alguna pista para poder recuperar las joyas artísticas. Su agonía duró poco.

El plan policial

El alto valor de las obras y su dificultad para colocarlas en el mercado hizo sospechar inmediatamente a la policía de que se trataba de un robo por encargo. 11 meses después del suceso, se produjeron las primeras detenciones.

En junio de 2002, el entonces ministro del Interior, Mariano Rajoy, anunciaba que 10 de los 19 cuadros robados en la casa del paseo de la Habana habían sido hallados en varios pisos de Madrid. Entre ellas se encontraba 'El columpio' de Goya (valorada en 12 millones de euros y considerado el más importante por su cuantía). También 'Las tentaciones de San Antonio', de Pieter Brueghel; 'Niña con sombrero', de Léonard Foujita, y 'Paisaje en Eragny', de Camille Pissarro.

placeholder Esther Koplowitz en una imagen de archivo. (EFE)
Esther Koplowitz en una imagen de archivo. (EFE)

Tres personas fueron detenidas, entre ellas, Luis Miguel del Mazo López, el vigilante que facilitó la entrada a los ladrones y cuyo testimonio no convenció a la policía. El pinchazo de su teléfono fue determinante para encontrar a todos los culpables.

Los otros dos arrestados fueron, Ángel Suárez, alias Casper, considerado por la policía como uno de los mayores butroneros de bancos, y su socio, Juan Manuel Candela Sapiella, alias el Napo. Tras la investigación llevada a cabo, se supo que los ladrones utilizaron una copia del mando a distancia para abrir el garaje y entraron en el domicilio gracias a que el vigilante de seguridad dejó abiertas las puertas y las llaves puestas. Por su complicidad con esta persona supieron que durante el mes de agosto la casa no contaba con sistemas de alarma operativos, que se estaban realizando obras en ella y que sus moradores estaban ausentes.

placeholder Ángel Suárez Flores, Casper, en una imagen de archivo en 2002. (EFE)
Ángel Suárez Flores, Casper, en una imagen de archivo en 2002. (EFE)

El plan policial fue magistral. Un agente infiltrado había logrado reunirse con Candela en un hotel de Madrid haciéndose pasar por el hombre de confianza de un supuesto comprador americano. La operación policial Cuba, como fue bautizada, supuso, según los agentes implicados en ella, "la más importante intervención de obras de arte en las últimas décadas a nivel internacional, tanto por su valor artístico como por el económico".

Casi tres meses después, el resto de las obras eran localizadas en un domicilio de Platja d'Aro (Gerona), entre ellas, lienzos pintados por Goya y Juan Gris. En 2004, los acusados llegaron a un acuerdo con los abogados de Koplowitz y fueron condenados a un año de cárcel y una indemnización de 20.000 euros a la denunciante.

¿Cuál fue el destino de los dos principales implicados?

En mayo de 2011, Ángel Suárez Flores, Casper, fue detenido en Majadahonda como presunto cabecilla de una banda criminal organizada, a la que se le atribuyeron delitos de narcotráfico, secuestro, lesiones, robo con violencia, extorsión, blanqueo de capitales y asociación ilícita, entre otros. La policía desveló que se trataba de una de las organizaciones criminales más “peligrosas, violentas y sofisticadas” de España, que actuaba con “especial violencia, crueldad y ensañamiento” y que, entre otras actuaciones, robaban cargamentos de cocaína a narcotraficantes. Para obtener información sobre el envío y la localización de la droga, no dudaban en secuestrar, amenazar, torturar e incluso amputar miembros del cuerpo de sus víctimas.

En marzo de 2012, Casper fue procesado por cincuenta delitos. En de 2016 fue condenado a 89 años de cárcel y en febrero de 2021, cuando aún se encontraba cumpliendo su pena, falleció a los 61 años de edad en el hospital Gregorio Marañón de Madrid a consecuencia de un linfoma.

placeholder Esther Koplowitz, en 2018. (Reuters)
Esther Koplowitz, en 2018. (Reuters)

Por su parte, Juan Manuel Candela Sapiella, el Napo, se convirtió en uno de los fugitivos más buscados de Europa. Una persona celosa de su intimidad, sin redes sociales y que usaba otras identidades para ocultar su pasado delictivo. En junio de 2020 fue localizado. Vivía en una lujosa urbanización junto al mar, en Marbella, en una mansión con seguridad privada las 24 horas del día y un garaje secreto bajo tierra.

En enero de 2021, el Napo habló por primera vez ante las cámaras de televisión. Lo hizo al conceder una entrevista para ‘El programa de Ana Rosa’. Durante la misma, desveló detalles del robo de los cuadros. Aseguró que robar las obras fue fácil. “Venderlas y transportarlas es difícil”, añadió. También afirmó que los cuadros fueron escondidos en un lugar a 150 metros de la casa de Esther Koplowitz y que actuó contra la empresaria porque “tenía un pequeño rencor personal". Ahora relata todos los detalles en 'Sapo, S.A. Memorias de un ladrón', un documental que se emite en Cuatro.

8 de agosto de 2001. Madrugada. El imponente piso de tres plantas y un ático ubicado en el paseo de la Habana, propiedad de Esther Koplowitz, se encuentra vigilado por un agente de seguridad. Es la única persona en el interior de esa casa museo de cuyas paredes cuelgan valiosas obras de arte. Goya, Brueghel, Sorolla, Gris o Pissarro son algunos de los nombres que firman los cuadros que decoran las estancias.

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