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Mariló Montero y el juicio por su topless: "Ha sido un proceso largo, pesado y doloroso"
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ENTREVISTA

Mariló Montero y el juicio por su topless: "Ha sido un proceso largo, pesado y doloroso"

La periodista se muestra esperanzada en la labor de la justicia contra los paparazzi Diego Arrabal y Gustavo González, propietarios de la agencia que la fotografió en 2015

Foto:  Mariló Montero, en el hotel boutique Palacio Pinello. (Pressing Press)
Mariló Montero, en el hotel boutique Palacio Pinello. (Pressing Press)

Habla con serenidad y firmeza, pero se aprecia en nuestra conversación telefónica que Mariló Montero lo ha pasado muy mal con los hechos acaecidos en la Semana Santa de 2015, cuando fue fotografiada en topless durante unas vacaciones en Bora Bora, la Polinesia francesa, acompañada por una amiga. Unas imágenes que no llegaron a ver la luz, pero que circularon por distintas redacciones, por lo que el daño ya estaba hecho, según ella misma subraya. Y es en estos momentos de nuestra conversación cuando se aprecian ciertas respiraciones más intensas que evidencian que no es nada grato para ella recordar todo esto.

La periodista nos atiende por teléfono y se muestra confiada en que recaiga todo el peso de la ley sobre los paparazzi Gustavo González y Diego Arrabal, propietarios de Diegus S.L., la agencia que capturó estas imágenes desde otra habitación del exclusivo resort en el que Montero estaba pasando unos días de descanso. Ahora, según han publicado nuestros compañeros de El Confidencial, la Audiencia Provincial de Barcelona considera que estos hechos son constitutivos de un presunto delito de revelación de secretos. Además de conculcar su derecho a la intimidad, estas imágenes fueron tomadas sin “justificación, porque la información contenida en ellas es absolutamente irrelevante para la comunidad y solo sirve para conocer aspectos privados de la vida humana", según consta en la resolución a la que este medio ha tenido acceso.

¿Cómo has recibido la noticia de que la justicia está tomando cartas en el asunto? ¿Crees que se restituirá el daño que se te hizo?

El daño está hecho. Cuando te violan es un mal que se te queda para toda la vida y al remover el tema se reviven las sensaciones. ¿A qué te puedes agarrar? A lo que me obligaron a hacer, que es acudir a la justicia para recordarles a estos paparazzi que tenemos derechos que ellos se saltan. En algún momento, este tipo de periodistas ha perdido el respeto al individuo. Son personas que confunden una cosa con otra. No sé a qué tipo de personas están ellos acostumbrados a perseguir, pero todos estos años, desde que yo les denuncié en 2015, han seguido saltándose las leyes, vulnerando la intimidad de otras personas públicas o populares.

Por ponerte un ejemplo y sin dar nombres para no involucrar aquí a nadie que no viene al caso... Cuando alguien se ha casado y se ha gastado un dineral en la boda, incluso un plus para poner unos toldos blancos con los que cubrir la superficie para que no les puedan hacer fotografías ni por el aire con drones porque quieren que su enlace sea privado, de repente salen ellos en televisión diciendo que han encontrado la forma de entrar, como si fuera una gran noticia. Han perdido la percepción de las leyes fundamentales, que no respetan. A mí me han violado y están contentos. Bueno, han estado, ahora ya no.

Cuando se habla de estos presuntos delitos suelen ponerse en valor dos variables: una, que la justicia suele ser muy lenta; y dos, a veces, las condenas son económicamente rentables porque las multas suelen estar por debajo del valor económico que se ha obtenido por la vulneración de estos derechos.

En España ya sabemos que la justicia es lenta y podríamos abrir el debate de por qué, y el otro debate es por qué las compensaciones económicas son infinitamente inferiores a las sentencias similares que se ponen en otros países, como Estados Unidos. Aun así, no quiero entrar en más consideraciones respecto a la lentitud de la justicia. Lo que sí te puedo decir es que tengo dos procesos judiciales: este que nos ocupa ahora y otro de un mamarracho que también hizo barbaridades y tiene una sentencia condenatoria. Lo asumo con paciencia. Sé que tengo que manejar mi ánimo y mi psicología.

Sabemos que en España los juicios no se van a resolver en un año sino que es algo a largo plazo, incluso diez años. Te preparas emocional y psicológicamente para que no pierdas la perspectiva de que llegará ese momento. Y llega... Yo ya tengo esperando que se dicte una sentencia por vía civil, puesto que se celebró el juicio en junio. Además, el Tribunal Supremo acepta imputarles por la vía penal. Ojo, que puede ser condena de inhabilitación y de cárcel. Esto son palabras mayores, es un caso muy importante.

Foto: Mariló Montero, en el hotel boutique Palacio Pinello. (Pressing Press)

Asumidas las dos premisas, la de la lentitud de la justicia y la compensación económica que no suele ajustarse al daño, imagino que lo más importante para ti será la restitución moral.

Me sentí violada cuando supe que mis fotografías en topless estaban pasando de redacción en redacción, iban pasándose de mano en mano, entre gente de la profesión a la que se le habían hecho llegar. Se lo pasarían pipa... A mí me hicieron llamadas de las direcciones de las revistas y me dijeron que no las iban a publicar porque no se podían comprar. Sabían que eran ilegales, porque estaba dentro de mi bungalow. ¿Te imaginas que te hacen una fotografía desnudo en tu habitación y está en todas las redacciones? Es asqueroso, es humillante, una violación en toda regla. Y esa sensación se me queda, todavía se me seca la boca al contártelo y tiemblo.

Fíjate que podemos decir que el público en general está acostumbrado a ver revistas, con las que yo tengo una excelente relación, y puedes hacer reportajes, entrevistas... La gente en casa o en la peluquería puede comentar cómo ha crecido el hijo de alguien o cómo ha cambiado quien sea, estos se han separado, estos están de vacaciones... Hay que informar a la gente de la vida de las personas populares o famosas, pero ¿qué interés tiene el desnudo de un hombre o de una mujer? ¿Qué le aporta a alguien verle los pechos a una mujer? ¿Que te humillen diciendo que los tienes de tal forma o de la otra? Es que para mí es algo muy próximo a una violación física.

A mí me han visto desnuda, por suerte, no la mayoría de los españoles, porque gracias a Dios me aceptaron las medidas cautelares. Y se paró la publicación, porque se iban a publicar. Con otro agravante, que se insinuó que tenía una relación lésbica con mi amiga. Eso significa que, como ellos no pudieron vender las fotografías, quisieron dar más bombo y alargar la situación, diciendo que no viajaba con un hombre sino con una mujer. Por lo tanto, también han hecho daño a una persona que es absolutamente desconocida. Mi amiga no es ni popular ni famosa y ella también se siente violada.

placeholder Mariló Montero, en otra imagen de la sesión el pasado mes de noviembre. (Pressing Press)
Mariló Montero, en otra imagen de la sesión el pasado mes de noviembre. (Pressing Press)

Hay mujeres famosas que hacen topless en playas públicas porque no le dan importancia a que las puedan fotografiar, pero en tu caso estamos hablando de que estas imágenes se tomaron en una propiedad privada.

Llevo seis años sin bucear porque me siguieron a Maldivas. Cogí un barco con mi grupo de buceo, nos fuimos a alta mar durante más de una semana con mis hijos. Y me siguieron en un barco. No llegamos a pisar tierra. Cuando nos desplazamos a los arrecifes y, por lo tanto, no estábamos en el barco, fueron al capitán con mi fotografía a decirle si yo estaba allí. Él se asustó y preguntó si le había pasado algo a mi familia en España. Le respondieron que no, que simplemente querían confirmarlo.

Cuando regresamos al barco, el capitán me informó de lo sucedido. Los divisamos en el suyo con unos prismáticos y un catalejo, los identifiqué y me sentí de nuevo violada. Le pedí al capitán que no se lo dijera a nadie del barco para que no les fastidiasen las vacaciones. No quería estropearles las vacaciones a mis hijos. No he buceado desde 2015. No he vuelto a bajar a la playa en estos años y si lo he hecho, ha sido vestida. Si estoy veraneando en Sanlúcar y voy a un chiringuito, lo hago vestida. No entiendo cómo me puedo bañar en el mar si no es con un bikini o un bañador, ¿con un traje de neopreno? Al final no salgo, no puedo salir, secuestran mi libertad y la de mi entorno.

Por eso he ido a por todas. Ha sido largo, pesado, doloroso, pero ahora que llega el momento, que no hace sino remover el dolor, al menos llegamos al final. Esto tiene que servir como otras sentencias históricas de otras personas famosas que denunciaron a paparazzi y ganaron. Es importante que se genere jurisprudencia porque hay muchos vacíos legales. Fíjate, hoy en un comentario por WhatsApp alguien que había leído la noticia me pregunta: "¿Es topless o es desnudo?". Le he dicho que se han acostumbrado a ver el pecho de las mujeres que quieren enseñarlo, pero los pechos femeninos no son como un brazo. Para muchas mujeres y para mí es intimidad. Eso para mí es estar desnuda.

placeholder Mariló Montero, en una imagen de archivo. (Getty)
Mariló Montero, en una imagen de archivo. (Getty)

En el caso de que la sentencia sea condenatoria, en efecto, puede ayudar a personas que estén en tu misma situación...

¡Es que no puedo ir a la playa! ¡Que no puedo cogerme un barco! ¡Que estoy comiendo en un barco con unos amigos y estoy con un pantalón! Porque ellos interpretan que estoy en un barco y pueden hacerme fotos. Las leyes deben ser claras como agua cristalina en este sentido. En el caso que te cuento de Maldivas, para mí estar en ese barco era estar en una propiedad privada, porque en esos días en alta mar era para mí mi domicilio y debe entenderse como una propiedad privada. El mismo dinero que pagas por una habitación de hotel lo pagas en un barco, salvo que está flotando en el agua. Otra cosa muy distinta es los que se pasean y se exhiben, que es algo lícito, que hagan una venta de sus vacaciones, pero no es mi caso. Es que encima me decían, como argumento para justificarse, que hablo de mi exmarido y de mis hijos. ¡Claro! Para decir que es un buen padre y que admiro a mis hijos y estoy orgullosa de ellos.

Tampoco cambiaría mucho la situación si hablaras mal de tu exmarido, estarías en tu derecho... Eso no da permiso para ciertas conductas.

¡Claro! Es que en Bora Bora estamos hablando de un bungalow muy exclusivo con playas privadas, cerradas al público que no está ahí hospedado. Era el paraíso y cada bungalow tenía su propia playa. En mi trozo no había nadie, no pasaba ni un gato... Y a lo lejos, a lo lejos, veías un bungalow. ¿Se puede ser más perverso que meterte en ese bungalow y a escondidas desde una ventana hacer esas fotos? 24 horas al día todos los días que estuve allí. ¡Hay que estar enfermo. Y, ojo, ¿cómo se enteran de que yo me voy a Bora Bora? Porque esto es importante.

Cada vez que yo salgo de viaje advierto a una persona en concreto de que, si me pasa algo, va a ser a esta persona a quien van a llamar. Si me voy a bucear, no quiero que llamen a mis hijos y les digan que su madre se ha ahogado. Quiero que llamen a su padre y que él sepa manejar ese momento. En el viaje a Bora Bora ni mi acompañante sabía que íbamos allí. De hecho, a mi amiga se lo dije en el aeropuerto. No lo sabía nadie, ni mis hijos, ni mi exmarido, que es, como te digo, la persona de seguridad a la que dejo informada, ¿cómo saben dónde viajamos? ¿Qué dispositivos tienen y qué contactos para que desvelen dónde vamos los famosos? ¡No puede ser! La sociedad se está acostumbrando a que este tipo de situaciones que son una violación se estén normalizando. La sociedad tiene que volver a recuperar el sentimiento de la gravedad que esto supone.

Habla con serenidad y firmeza, pero se aprecia en nuestra conversación telefónica que Mariló Montero lo ha pasado muy mal con los hechos acaecidos en la Semana Santa de 2015, cuando fue fotografiada en topless durante unas vacaciones en Bora Bora, la Polinesia francesa, acompañada por una amiga. Unas imágenes que no llegaron a ver la luz, pero que circularon por distintas redacciones, por lo que el daño ya estaba hecho, según ella misma subraya. Y es en estos momentos de nuestra conversación cuando se aprecian ciertas respiraciones más intensas que evidencian que no es nada grato para ella recordar todo esto.

Mariló Montero
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