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Piqué, Shakira, Palatchi, Fainé, Pujol... La Cerdanya, el refugio de la 'jet' catalana
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Piqué, Shakira, Palatchi, Fainé, Pujol... La Cerdanya, el refugio de la 'jet' catalana

Escondido entre los Pirineos y la sierra del Cadí, este es el lugar en el que se mueven con soltura durante las vacaciones las élites catalanas, tanto en invierno como en verano

Foto: La Cerdanya.
La Cerdanya.

Es una escena habitual en la Cerdanya. Mientras Nuri trastea entre las mesas de El Bodeguín, en Alp, los habituales charlan sobre la vida en el valle. “A mí me encanta comprarme la ropa en Massana, es la misma tienda de Barcelona, pero no hay ni la mitad de gente”. Entre las mesas uno puede encontrarse a Inés Muiños y su marido, Josep Cusí, a Josep Maria Bartomeu, que aprovecha y compra el pan y el periódico, o a alguno de los Pujol Ferrusola.

Messi y su familia suelen pasear por los caminos arbolados del lugar, los Palatchi tienen aqui una mansión que todos conocen por sus increíbles vistas, y Shakira y Piqué suben a la nieve y hacen el loco en quads. Son escenas que estos días ya no suceden porque la Generalitat ha cerrado la Cerdanya, que presenta una alta incidencia de coronavirus.

placeholder Vistas de la Cerdanya desde Masella.
Vistas de la Cerdanya desde Masella.

Este refugio de la jet catalana, un valle de cuento en el que el 'todo Barcelona' tiene casa, ha visto cómo tantas visitas le pasaban factura. Hasta el 6 de enero queda prohibido entrar o salir en la Cerdanya si no es por motivos laborales. Adiós al esquí, a las cenas en sus coquetos restaurantes, adiós a las compras en Puicerdà y a las fiestas en casas de amigos. Aquí hay pistas de esquí, como Masella y La Molina; tres clubes de golf, entre los que destaca el reconocido Real Club de Golf; un aeropuerto y varios helipuertos. La oferta gastronómica es ilimitada y de alto nivel, y hay hoteles que salen en guías internacionales.

El valle de la Cerdanya, situado entre los Pirineos y la sierra del Cadí, es un lugar idílico en el que se mueven con soltura las élites catalanas. Es fácil cruzarse por aquí con famosos del sector bancario, empresarial, deportivo, político y del 'show business'.

Foto: Oriol Pujol y su mujer, Anna Vidal, sobre una imagen de su refugio de la Cerdaña (Vanitatis)

Y es fácil cruzarse con cualquier de ellos en los incontables puntos de moda del lugar. En Alp, por ejemplo, está la pastelería Gil, que tiene también tienda en Llívia y en Puigcerdà. “Cariño, esta es la pastelería favorita de la abuela”, comentaba hace unos años Oriol Pujol Ferrusola a su hija mientras se sentaban a una mesa y pedían un buen desayuno.

El benjamín del clan Pujol tiene casa en Urús, el primer municipio a la salida del carísimo túnel del Cadí (11 euros por trayecto como mínimo), justo al lado de uno de los helipuertos que hay en la zona (si contamos con el del Hospital de Puigcerdà, hay tres helipuertos en la Cerdanya, además de un aeródromo). En los centros de estética hay listas de espera, las peluquerías ofrecen los mejores productos, las carnicerías pueden llegar a tener colas de más de dos horas... Todo eso se ha esfumado estos días, como el agua cuando se pierde en la nieve.

Bolvir, el paraíso dentro del paraíso

Muchos llegan en helicóptero, como Sol Daurella y su marido, Carles Vilarrubí. Aunque seguramente la presidenta de Coca-Cola European Partners, una de las personas más ricas de Europa, y otra apasionada de la zona, no necesite usar una instalación oficial para aterrizar. Tiene suficiente con la gran superficie de su mansión, situada en urbanización Les Espiraltes, en Bolvir, una de las más exclusivas del lugar.

Llegamos ahora al punto más caro de la Cerdanya: Bolvir. En este pueblo tienen segunda (o tercera, o cuarta) residencia la mayoría de cuentas corrientes más pudientes. No en vano Shakira y Gerard Piqué compraron una casa, que rehabilitaron desde cero, cerca de la de Jordi Pujol Ferrusola, quien ha optado por habitar otra mansión dentro del pueblo, como su hermano Josep, que también tiene casa aquí. Aunque no es lo más habitual entre las fortunas del lugar, que prefieren la intimidad de las urbanizaciones privadas.

Foto: Jordi Pujol, acompañado de sus hijos.

Hay varias que copan la lista de nombres y de viviendas de alto precio: La Pleta, La Corona, La Ferratgeta… Y Les Espiraltes, donde tiene casa Daurella. El precio de las casas en esta zona puede llegar a los tres millones de euros. Aunque, según Engel&Volgers, en la Cerdanya “lo más cotizado es el Golf de la Cerdanya”. Una de las zonas codiciadas es la Devesa del Golf, situada dentro del Real Club de Golf de la Cerdanya. Muchas de las casas de esta urbanización fueron diseñadas por el arquitecto Antoni Bonet, responsable de algunos emblemáticos edificios de la burguesía catalana, como La Ricarda.

placeholder Panorámica Hotel Golf Cerdanya.
Panorámica Hotel Golf Cerdanya.

Una Casa Bonet, en La Devesa del Golf (hay unas 45 catalogadas), se vendía hace un año por 2,5 millones de euros. Son las primeras que se construyeron en el Golf, a finales de los 60. En los 90 se amplió con la construcción de la Devesa II, con grandes casas en parcelas que llegan a los 7.000 metros cuadrados. “En estas dos zonas, las casas van del 1,5 millones de euros a los tres”, señalan desde la citada inmobiliaria. Después se edificó La Solana de El Golf, donde hablamos de casas pareadas, coquetas pero más sencillas, que rondan los 600.000 euros.

Ese eterno golf

Inaugurado en 1929 por Alfonso XIII, el Real Club de Golf de la Cerdanya (27 hoyos) es uno de los 10 más antiguos de España y de los más exclusivos del país, tal y como remarca la dirección del recinto. Blindados ante la prensa y cualquier entidad ajena a la organización, hablan con Vanitatis para recordar el carácter “exclusivo y cerrado” del club. Todo aquí está dirigido al socio, al que animan a pasar un rato agradable en la casa club, donde la vida social bulle discreta.

Foto: Aspecto exterior de la finca de Messi en Bolvir. (ST)

En los poco más de 1.000 metros cuadrados que conforman la Cerdanya hay otros dos clubes de golf: el Fontanals Golf (18 hoyos) y el más sencillo Golf Sant Marc (18 hoyos). En el Golf de Fontanals suele jugar Isidre Fainé, expresidente de CaixaBank, quien disfruta de sus momentos de descanso en su casa de Llívia, el mismo municipio en el que tiene su segunda residencia Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça. Mientras, en Semana Santa, el Rotary Club ha celebrado un torneo solidario, en el segundo, el de San Marc, es fácil ver a Luis Conde de Möller, presidente de Seelinger&Conde, darle al hierro. Allí ha disputado algún torneo con su gran amiga Esperanza Aguirre, a quien contrató cuando decidió abandonar la primera línea política.

placeholder Esperanza Aguirre. (EFE)
Esperanza Aguirre. (EFE)

Con todo, es el Real Club de Golf el que más atrae a las élites, familias de dinero antiguo, muchas aristocráticas, que hace décadas escogieron este rincón para descansar de sus quehaceres barceloneses. Aquí tienen casa los Güell, los Godó, los Raventós (Codorníu), los Godia, los Llongueras, los Carulla (Agrolimen), los Bertran i Serra, los Molins, los Núñez (Núñez y Navarro), los Andreu (Laboratorios Andreu) y los Gallardo (Laboratorios Almirall). La placidez de las calles rodeadas de un verde chillón, el silencio de los prados y la belleza de su arquitectura tienen un precio: de 500.000 hasta los dos millones de euros por casa, siempre con un amplio jardín.

Foto: Gabriela Palatchi y Ediz Elhalef (Instagram)

Aunque para placidez, la que encontró en su día el ya roto matrimonio Palatchi Gallardo. Tras su separación, Alberto Palatchi, presidente de Pronovias, y su ex, Susana Gallardo, han mantenido la mansión que compraron en Guils, entre Bolvir y Puigcerdà. “Como esa casa solo hay una y es esa, la de los Palatchi”, matizan desde la inmobiliaria. Famosa es esta vivienda situada en una parcela con lago privado y hasta su propio campo de golf: la joven Gabriela Palatchi se casó en 2016 en la finca y las decenas de invitados colgaron cientos de fotos del lugar.

Bodones ayer y hoy

Otra boda sonada en la zona fue la de Carlota, la hija del empresario y banquero Carles Vilarrubí, marido de Sol Daurella. Celebrada en la Torre del Remei, Relaix&Châteaux muy querido por el Rey emérito, la fiesta reunió a lo más granado de la burguesía catalana, esa que huye de los papeles y que prefiere refugiarse en un lugar tranquilo, verde y silencioso.

“Este es el país más bonito del mundo”, dice un responsable del Ayuntamiento de Puigcerdà. A lo que rematan en la agencia inmobiliaria: “Es un lugar que brilla en todas las estaciones, precioso siempre”. Y añade: “La mayoría de clientes son barceloneses que buscan casas de todo tipo, desde los 500.000 a los millones que hemos citado antes”.

Foto: Carme Chacón en un fotomontaje realizado en Vanitatis.

Con decenas de restaurantes selectos, de bares de toda la vida de trato exquisito, rodeados de verde y de silencio, con ofertas nocturnas, tres campos de golf, clubes de tenis, de pádel, hípicas por doquier… La Cerdanya, recóndito valle al que llegaron las élites hace casi un siglo para convertirlo en su segundo hogar. Caro y exclusivo segundo hogar. Y ahora confinado.

Es una escena habitual en la Cerdanya. Mientras Nuri trastea entre las mesas de El Bodeguín, en Alp, los habituales charlan sobre la vida en el valle. “A mí me encanta comprarme la ropa en Massana, es la misma tienda de Barcelona, pero no hay ni la mitad de gente”. Entre las mesas uno puede encontrarse a Inés Muiños y su marido, Josep Cusí, a Josep Maria Bartomeu, que aprovecha y compra el pan y el periódico, o a alguno de los Pujol Ferrusola.

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