Adolfo Suárez, el sexto aniversario (el más solitario) de su muerte

Este lunes se cumplen seis años de la muerte de Adolfo Suárez. Fue el primer presidente de la democracia y su muerte se convirtió en un gran homenaje del pueblo español y de la clase política. Los Reyes eméritos (que eran titulares) y los Príncipes de Asturias presidieron el funeral de Estado en la catedral de la Almudena.

Hacía años que Suárez había dejado de percibir el presente para soñar en el pasado. Vivía en su casa de la urbanización La Florida atendido y cuidado. Hasta allí llegaban los amigos íntimos a darle un abrazo para que sintiera ese calor familiar. Lo demás ya no existía.

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De esa última etapa es la foto que tomó su hijo Adolfo y donde se ve al jefe del Estado echando el brazo por encima del hombro del que había sido su valedor para acabar con cuarenta años de dictadura. La foto representaba también ese lazo de unión y de amistad que, una vez que Suárez dejó la política, se hizo más intenso.

Las visitas del Rey a este chalet se espaciaban en el tiempo y nunca se hicieron públicas. Esta vivienda de seiscientos metros cuadrados y con amplio jardín fue vendida por los herederos al cirujano plástico José Luis Martín del Yerro.

La despedida en el Congreso de los Diputados por parte de todos los ciudadanos que quisieron agradecer su dedicación al servicio de España con ese último adiós tuvo que ser ampliada varias horas.

Este año no habrá celebración de ningún tipo, ni tan siquiera se reunirá la familia, quien, como el resto de los españoles, se encuentra confinada en sus respectivos domicilios como salvaguarda del coronavirus. Y tampoco habrá homenaje, por el mismo motivo, en su pueblo natal, Cebreros, donde se encuentra el museo.

En Ávila, su casa pegada a la muralla es ahora un hotel cuyo mayor atractivo para los huéspedes es recordar la historia. El que fuera el despacho de Adolfo Suárez mantiene la esencia y los secretos donde se perfilaron muchos de los asuntos de Estado que formaron parte de la transición. En esa estancia se mantiene una librería corrediza que escondía una puerta secreta. En caso de tener que escapar, esta hubiera sido la salida de emergencia.

En este lugar, Adolfo Suárez y familia pasaban fines de semana que alternaban en verano con la casa grande de Mallorca. En ninguna de las dos se hicieron reportajes para las revistas de entretenimiento y sí en el palacio de la Moncloa, sede de la jefatura del Gobierno. El presidente se dio cuenta muy pronto de que la imagen de padre de familia unida, vendía.

Adolfo Suárez fue el primer político de la democracia que inauguró esta alternativa a las entrevistas de carácter institucional. El medio elegido para este cambio de imagen fue la revista '¡Hola!' y el momento de su aparición, las primeras elecciones en 1977.

Aconsejado por Aurelio Delgado, cuñado y secretario personal, aceptó la propuesta que su hombre de confianza le planteaba: “Hay que conseguir el voto femenino, y salir con Amparo y vuestros hijos en una ambiente íntimo puede darte muchos votos”. Efectivamente, esa imagen de los Suárez Illana posando por primera vez no fue determinante para que ganara las elecciones, pero sí tuvo mucho peso en el voto femenino. Después vinieron más reportajes. Unos con la prole en su lugar de veraneo, otros en Navidad, en Moncloa.