De Juan Guaidó a los Reyes, el misterioso chalé del embalse de Santillana

Manzanares el Real, un precioso pueblo serrano a poco más de 50 kilómetros de Madrid, tiene varios atractivos. No solo es la puerta de La Pedriza (cualquier madrileño le hablará maravillas de este enclave natural). Además, su silueta está marcada por el imponente castillo de los Mendoza, completamente restaurado y visitable. Pero lo que hace de la localidad un lugar especial es que se encuentra a orillas del embalse de Santillana, uno de los más bonitos de la capital, receptor de las calmadas aguas del Manzanares y con una gran diversidad de aves acuáticas y limícolas. También que alberga un secreto.

Se trata de la Residencia Santillana, un lugar tan poco conocido como fértil en leyendas para los habitantes de Manzanares. No hay nadie en el pueblo que no tenga un conocido que una vez vio al rey Juan Carlos o a los reyes Felipe y Letizia pasar unos días en la zona. Hay gente que asegura, incluso, que la actual familia real "va muchos fines de semana". No hay, por supuesto, ningún tipo de constancia gráfica. Pero el lugar es idóneo. En plena naturaleza, a salvo de miradas indiscretas y a menos de media hora de Madrid.

Las leyendas de este tipo se abonan, sobre todo, por la falta de información y el misterio. "Por motivos de seguridad del embalse no podemos proporcionar datos de la Residencia de Santillana, ya que forma parte del patrimonio del ente del Canal y es para uso institucional", advierten desde el Canal de Isabel II. El ente público, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, es el dueño y responsable de este chalé de lujo que ocupa más de 2.000 metros cuadrados y que, en la práctica, se ha convertido en un auténtico búnker para las autoridades.

La Casita, como también es conocida, ha vuelto a la actualidad estos días después de que la Cadena Ser desvelara que el presidente venezolano, Juan Guaidó, había pasado unas horas allí con su padre la semana pasada. Padre e hijo no se veían desde hacía cinco años, e Isabel Díaz Ayuso tuvo a bien ceder las instalaciones para este encuentro privado.

¿Pero qué es exactamente la Residencia Santillana? Se trata de una de las propiedades que el Canal (el ente público, no la sociedad anónima) posee en la Comunidad de Madrid y habitualmente han usado todos los presidentes de la Comunidad. Un chalé (ironías) muy cercano a la prisión de Soto del Real y con vistas inmejorables al embalse, un amplio jardín, varias habitaciones, baños, porches y todo tipo de comodidades. Está acondicionado para vivir en él o para albergar reuniones de trabajo, aunque en los mentideros políticos se da por seguro que más de un dirigente político lo ha usado para su disfrute personal. La Residencia cuenta con un servicio de mantenimiento que, precisamente, se acaba de sacar a concurso con un presupuesto de licitación de 355.468 euros.

Un camino de tierra que parte del cementerio de Manzanares y rodea el embalse termina en una verja donde ya se advierte que está prohibido pasar. La casa también tiene acceso desde la carretera M-609. En un reportaje publicado por El Confidencial en el año 2018, un visitante habitual de la residencia quitaba algo de hierro al misterio del lugar alegando que se utiliza sobre todo para encuentros de trabajo, "por ejemplo, reuniones de presupuestos o reuniones especiales de los equipos de las distintas consejerías".

Pero hubo un tiempo en que no fue así, cuando lo apodaban 'la casa de la pradera' o el 'hotel'. "La fama la alcanzó con los populares, cuando en algunos ámbitos de la Comunidad de Madrid se empezó a conocer como el 'chalé de las fiestas' por el uso privado que de él hacían un 'número selecto y reducido de dirigentes del partido", se contaba en el citado reportaje.

A día de hoy, aseguran, solo tiene usos políticos ... aunque quizá dentro de poco alguien vea algo y se siembre otra leyenda.