Las Navidades diferentes de Amancio Ortega

¿Dónde pasarías la Navidad si fueras un multimillonario y además dueño de un enorme yate? Seguramente sea una pregunta que nunca tengamos que hacernos, pero si eres Roman Abramovich, Bernard Arnault o David Geffen, la respuesta está clara: el pequeño país caribeño de San Martín.

Esta nación autónoma que pertenece a Holanda y que ocupa la mitad de la isla de San Martín es un auténtico imán para algunas de las personas más ricas del planeta y sus embarcaciones. Se calcula que más de cincuenta yates de lujo han anclado allí estos días dispuestos a pasar unas soleadas fiestas.

Entre ellos destacan el Eclipse, del dueño del Chelsea, Roman Abramovich, que con sus 170 metros de eslora es el segundo yate privado más grande del mundo. Presume de dos helipuertos y dos grandes piscinas. Por dentro, los afortunados invitados a bordo aseguran que cuenta con nueve pisos, spa, gimnasio y 24 camarotes para invitados (con pantalla de cine incluida en cada una de ellas). Todo aliñado con una ornamentación repleta de lujo. Como en una película de James Bond, en sus entrañas se halla un pequeño submarino con capacidad para tres personas para que Abramovich pueda escapar ante cualquier amenaza.

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El no menos impresionante Ocean Victory, de su compatriota Victor Rashnikov, es el segundo más grande de la zona, seguido de cerca por el Rising Sun, del fundador de DreamWorks, David Geffen.

En ruta hacia la isla están otras glamurosas embarcaciones como la del dueño de Louis Vuitton Bernard Arnault o la de la heredera del grupo Wallmart, Ann Walton.

Este lujo caribeño contrasta con la situación de uno de los yates más conocidos de nuestro país, el Valoria B de Amancio Ortega, que en estas fechas se encuentra anclado en el puerto deportivo Juan Carlos I de Sanxenxo.

La embarcación tiene 47 metros de eslora, tres cubiertas, capacidad para diez personas y tripulación, y su precio ronda los 30 millones de euros. El yate está bautizado en honor al pueblo natal de su madre, Valoria la Buena (Valladolid).

Los Ortega suelen pasar estos días en A Coruña, su lugar de residencia. Por la céntrica Plaza de España puede verse, como habitualmente, a Amancio Ortega, a Marta Ortega, a su hijo pequeño (fruto del matrimonio con Sergio Álvarez) y a su esposo, Carlos Torretta. Para pasar el fin de año suelen escoger el Rialto, un bar de copas situado en la plaza del Ayuntamiento, un lugar cercano a la residencia familiar. A Amancio Ortega no le gusta abandonar su ciudad por Navidad dado que, según sus allegados, sigue trabajando incluso en estas fiestas.

Otros años Marta participaba en la clásica carrera de San Silvestre, aunque en esta ocasión no será posible por su avanzado estado de gestación. Para ella, el año que empieza en unos días será el de la bienvenida a su segundo hijo, una niña que hará las delicias de toda la familia.