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El duque de Alba dejó de ser invisible cuando murió Cayetana
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su hijo se casa el 6 de octubre

El duque de Alba dejó de ser invisible cuando murió Cayetana

La boda de su hijo con Sofía Palazuelo ha relanzado la figura de un hombre que siempre ha optado por un perfil bajo, pero que cada vez es más relevante

Foto: El duque de Alba, por Jate.
El duque de Alba, por Jate.

Carlos Fitz-James Stuart, actual duque de Alba, vivió en la oscuridad mediática hasta que murió su madre, la gran Cayetana. Trabajaba en la sombra, sin hacer ruido y sobre todo sin querer un protagonismo que como primogénito le correspondía aunque no lo utilizara. Para eso estaba el hermano jinete, el preferido de la madre, que lo reconocía abiertamente. La jefa de la saga decía con respecto al hijo pequeño que era el más parecido a ella “en todo, en todo es como yo”. Y ahí quedaba la cosa aunque estuviera presente Carlos cuando hacía ese comentario. Aparentemente ese desapego no le afectó y tampoco al resto de los hermanos, salvo al jinete que en varias entrevistas aseguraba que se había criado con los mozos de cuadra.

"Mi madre era una mujer muy especial, muy carismática, pero yo funciono de otra manera", explica cuando los periodistas le preguntamos sobre lo poco fiestero que es en comparación con la duquesa. “Y no es así, lo que sucede es que soy más discreto”. Incluso llegaron a calificarlo de aburrido y decían que por eso se le iban las novias. No han trascendido nombres salvo el de Alicia Koplowitz con la que compartía aficiones y viajes a París. La historia amorosa no funcionó y sí en cambio la amistad que mantienen desde que eran muy jóvenes. La empresaria es una de las invitadas fijas cuando organiza cenas y almuerzos con gente interesante en el palacio de Liria.

Foto: Sofía Palazuelo con su madre, Sofía Barroso (a la izda.) y dos amigos de la Hispanic Society, en las puertas del Museo del Prado.

Mesa y mantel vip

Ha puesto en valor la Casa de Alba y aprovecha cualquier coyuntura para reunir en su mesa a personalidades nacionales e internacionales. Hace un tiempo hubo sectores que le criticaron por convocar a su mesa a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y artistas declarados votantes de izquierdas. Le decían que abría las puertas a los que le iban a expropiar hasta las coronitas de las camisas. Carlos Fitz-James no dio importancia a los comentarios. Lo único que explicó a Vanitatis era que se trataba de “una costumbre que se hacía con todos los nuevos alcaldes. Una cuestión de educación”. Y cerró el debate.

Aprovecha cualquier excusa para organizar en su casa almuerzos y cenas con personalidades nacionales e internacionales. En la última feria de Arco tuvo como invitados a Carlos Slim, a los mecenas y coleccionistas de arte el matrimonio Cisneros y al ministro Méndez de Vigo..

Esta última Feria de Abril ha paseado por el Real con su hijo Fernando y Sofía Palazuelo. Esta muy orgulloso de cómo le han salido sus dos hijos y feliz con la próxima boda del heredero del ducado de Alba, el próximo 6 de abril. “Son chicos responsables y profesionales”. Al haber estudiado fuera su perfil público es bajo y quieren seguir así.

Con el que está más unido es con Fernando, duque de San Vicente del Puerto, una persona tranquila que sigue viviendo en el palacio de Liria por decisión personal del actual dueño. El duque ha demostrado que la paciencia es una de sus mejores cualidades. Su padre, Luis Martínez de Irujo, duque de Sotomayor, también lo fue. Documentó a modo amanuense las obras de arte de Liria. Lo hizo él y no Jesús Aguirre como se cree.

Carlos Fitz-James Stuart, actual duque de Alba, vivió en la oscuridad mediática hasta que murió su madre, la gran Cayetana. Trabajaba en la sombra, sin hacer ruido y sobre todo sin querer un protagonismo que como primogénito le correspondía aunque no lo utilizara. Para eso estaba el hermano jinete, el preferido de la madre, que lo reconocía abiertamente. La jefa de la saga decía con respecto al hijo pequeño que era el más parecido a ella “en todo, en todo es como yo”. Y ahí quedaba la cosa aunque estuviera presente Carlos cuando hacía ese comentario. Aparentemente ese desapego no le afectó y tampoco al resto de los hermanos, salvo al jinete que en varias entrevistas aseguraba que se había criado con los mozos de cuadra.

Alicia Koplowitz