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Todo lo que se desconoce sobre Qatar (al margen de polémicas) y el Mundial de fútbol 2022
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cultura, costumbres y tradiciones.

Todo lo que se desconoce sobre Qatar (al margen de polémicas) y el Mundial de fútbol 2022

Arranca el mundial y Luis Gasset, que ha vivido y trabajado en Doha más de diez años, describe los mejores sitios de Qatar, cómo se vive y cómo es su sociedad

Foto: Galerias Lafayette de Katara. (EFE/Alberto Estévez)
Galerias Lafayette de Katara. (EFE/Alberto Estévez)

Ha transcurrido una década desde que se designó a Qatar como país anfitrión, una década convulsa y de críticas para uno de los países que se ha transformado de forma vertiginosa, económica y socialmente. Unas críticas que no deben ocultar a sus visitantes un país fascinante: Qatar, un país que mira a occidente, pero que se mantiene fiel a su cultura, sus costumbres y sus tradiciones.

Descubrir hoy Qatar es viajar a un oriente medio contemporáneo, vanguardista en su arquitectura y en sus museos, un país extrovertido culturalmente. Qatar le acogerá independientemente de su religión, cultura, orientación sexual o raza. Los qatarís son extraordinariamente extrovertidos, afables, abiertos y hospitalarios.

Desenvolverse en el país es fácil: la naturalidad en el respeto a las tradiciones, normas y cultura local no debe ser un impedimento para disfrutar del lugar y de sus ciudadanos.

Arte, museos y mujeres extraordinarias

Qatar es un país tradicional en sus costumbres, pero que ha contado con mujeres extraordinarias que han liderado su transformación social y cultural. Sheikha Mozah bint Al Thani, madre del actual Emir, ha sido una figura fundamental en la transformación económica y social del país desde su puesto en Qatar Foundation, brazo cultural del país, creado con el objetivo de favorecer la transición de un emirato rico en gas a un país moderno. Una entidad extraordinaria con un presupuesto millonario excepcional y desconocido.

No es menos relevante la mujer que gestiona un presupuesto para arte que excede 1.000 millones de dólares, la jequesa Al-Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani, presidenta de los Museos de Qatar, que ha convertido el emirato en un país prioritario en el panorama del arte mundial. Mujeres excepcionales que visten con abaya, no como un vestuario religioso, sino como una declaración cultural de diversidad que deciden libremente usar.

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Sheikha Al-Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani,y Sheikha Mozah bint Al Thani. (Cortesía)

Encontrarse con miembros de la familia real fuera del protocolo institucional es improbable y acercarse a ver uno de sus múltiples palacios como el de Alwajba, Ar-Rayyan o el situado en The Pearl, se desaconseja a menos que sea previamente invitado.

Museo Nacional de Qatar

La mejor manera de conocer la fascinante historia del país y su trayectoria hasta convertirse en la próspera nación que es hoy, es recorrer el Museo Nacional de Qatar. La impresionante arquitectura del museo inspirada en las hojas de la Rosa del Desierto realizado por el arquitecto Jean Nouvel traslada a los visitantes a través del viaje del pueblo qatarí, desde su sociedad beduina, pueblo de pescadores y buscadores de perlas hasta llegar al próspero país que es hoy en día. Una vez en el museo, la visita al restaurante Jiwan de Alain Ducasse que reinterpreta platos qataríes, es obligada.

placeholder Museo Nacional de Qatar. (Cortesía)
Museo Nacional de Qatar. (Cortesía)

Museo de Arte Islámico

Lo mejor del arte islámico que abarca tres continentes a lo largo de 1.500 años lo podrá descubrir en las salas del Museo de Arte Islámico con una arquitectura singular que se adentra en el mar con espectaculares vistas de la bahía de Doha. Cenar en IDAM de Alain Ducasse su receta de camello es un ‘must’, aunque debe saber que no lo disfrutara con vino sino con zumos.

Pero hay mucho más arte que el que contienen sus palacios y museos. Hay arte en cada esquina. Salir temprano de Doha y visitar en el desierto la extraordinaria obra Este-Oeste-Oeste de Richard Serra, las monumentales placas de acero verticales insertadas en el desierto (cada una de las cuales pesa 80 toneladas), escuchar el viento que las integra en el paisaje es indispensable culturalmente.

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Esculturas de Richard Serra en el desierto. (Cortesía)

Además de Richard Serra, encontrarán la controvertida obra de Damien Hirst, El Viaje Milagroso el Sidra Hospital, y el gigantesco Teddy Bear de Urs Fischer en el aeropuerto. Hallarán también una antigua estación de bomberos reconvertida en centro de arte y galería donde artistas locales e internacionales exponen arte moderno. La Estación de Bomberos traspasa los límites con sus exposiciones. Otras galerías de visita recomendada son el Centro de Arte Katara, el Mathaf (Museo Árabe de Arte Moderno), la Galería Eiwan Al Gassar en el St Regis Doha, y The Gallery, situada en VCUArts Qatar.

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Museo de Arte Islámico. (Cortesía)

Vida Social

La vida social se desarrolla en villas privadas o bien en torno a los espectaculares hoteles de Qatar: Four Seasons, St Regis, Ritz Carlton , Hyatt, Sheraton, Raffles, Mondrian, son las cadenas que operan más de 30 hoteles de 5 estrellas donde el alcohol es accesible para turistas.

Igualmente, es asequible en clubs de golf, restaurantes internacionales (no en sitios públicos) o en clubs de playa con acceso restringido. Nada diferente de una ciudad europea o americana. Ahora bien, es importante saber y no olvidar que la cultura y la legislación qatarí, aunque permita el consumo de alcohol, no es permisiva con estar ebrio.

Hoteles como los mencionados, tanto arquitectónicamente como por la cultura de servicio asiática con la que se gestionan, convierten la experiencia de alojarse en ellos en algo infinitamente superior a la de los hoteles europeos. Hospedarse en uno de ellos, pero que tenga acceso directo al mar y playa es primordial.

Los restaurantes y bares en Doha son el lugar de encuentro social y aunque existen numerosos pubs ingleses como Belgian Café (en el Hotel Intercontinental), Hudson Tavern, Mondrian Hotel, Brewski and Grub en Rotana hay lugares que superan las expectativas de lo conocido como Hakkasan (en el hotel Saint Regis), Toro Toro (en el Hotel Kempinski), Nobu Doha (en el hotel Four Seasons) o Morimoto (en el Hotel Mondrian) que son destino de qatarís y expatriados.

En estos restaurantes se convive junto a qatarís que suelen salir con amigos a cenar, mientras que las qatarís lo hacen de igual forma con amigas. No es habitual ver grupos de ambos sexos compartiendo una cena en grupo. Aunque la mujer está inmersa en la sociedad, conduce, trabaja, es culta, espontánea y abierta, el “flirtear” con mujeres qatarís es considerado completamente inapropiado y debe ser evitado como algo más que una norma de cortesía obligada.

La mejor vida nocturna del país se encuentra en Doha, en clubs donde se mezclan todo tipo de nacionalidades, europeas, asiáticas y africanas: O´Hara (en W Doha), o Black Orchid (en Mondrian) o Glo Cocktail Bar (en Marriot Marquis Hotel) son algunos clubs que cierran la noche de la ciudad. Pero de nuevo un recordatorio importante de respeto a las costumbres locales: besos y otras muestras de afecto en público entran en conflicto con las tradiciones locales y deben evitarse por ser consideradas algo mas que inapropiadas.

Un pequeño pueblo cultural

Katara es un pequeño museo al aire libre situado a lo largo de la costa entre Doha y The Pearl, terreno recuperado al mar donde se levanta una pequeña moderna ciudad de rascacielos, similar a La Palmera de Dubai. El lugar reúne patrimonio y cultura qatarí, con sus anfiteatros, tiendas, cafés y templos, como la Mezquita de Katara, diseñada por la turca Zeynep Fadilloglu de inspiración iraní y turca, o la Mezquita del Oro, que domina el anfiteatro de estilo griego, diseñado con influencias islámicas. Pasear por sus galerías y el paseo marítimo, y finalizar en uno de los restaurantes populares como el restaurante libanés Mamig, el egipcio Khan Farouk, o el restaurante sirio Ard Canaan es una rutina para los qatarís (exentos de bebidas con alcohol).

placeholder The Pearl. (Cortesía)
The Pearl. (Cortesía)

Inland Sea

A una hora de Qatar se encuentra uno de los sitios mágicos de Qatar, Inland Sea, en árabe Khor Al Adaid, espectacular entrada del mar del Golfo Pérsico, en el desierto entre Qatar y Arabia Saudí. Un ecosistema único, paso de tortugas, águilas pescadoras, cormoranes, flamencos, zorros del desierto y antílopes. Cualquiera que vaya, volverá una y otra vez a Inland Sea. El contraste entre el agua y las cambiantes dunas lo hacen un sitio único en el golfo pérsico y un destino indispensable en el que pasar una noche. Un sitio mágico al que solo se puede acceder con un 4x4.

placeholder Inland Sea. (Cortesía)
Inland Sea. (Cortesía)

Perderse en el zoco de Doha Souq Waqif

Para conocer la cultura tradicional de Qatar, uno de los mejores lugares para visitar es el tradicional zoco Waqif, de principios de siglo. Perderse entre sus plazas y callejuelas con olor a especias, tabaco de sisha y recuerdos de la antigua ciudad es viajar del pasado hasta hoy. En él se vende ropa local, disdasha, abayas, especias, pájaros y un sinfín de artesanía tradicional. Locales tradicionales conviven con nuevas galerías de arte y restaurantes populares como Damasca One, donde descubrir una auténtica cena qatarí.

placeholder Souq Wakif. (Cortesía)
Souq Wakif. (Cortesía)

Un Qatar que seguirá evolucionando en el tiempo sin abandonar su cultura y tradiciones.

Luis Gasset

Ha sido Vicepresidente de Qatar Airways CEO en Bulgari LVMH en Middle East. Actualmente es Director de Ansorena

Ha transcurrido una década desde que se designó a Qatar como país anfitrión, una década convulsa y de críticas para uno de los países que se ha transformado de forma vertiginosa, económica y socialmente. Unas críticas que no deben ocultar a sus visitantes un país fascinante: Qatar, un país que mira a occidente, pero que se mantiene fiel a su cultura, sus costumbres y sus tradiciones.

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