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La Pasión según San Netflix: guía para ver el cine típico de Semana Santa en plataformas
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BRIGADA ANTI-SPOILER

La Pasión según San Netflix: guía para ver el cine típico de Semana Santa en plataformas

Llegan días de descanso y vacaciones. Entre torrija y torrija, proponemos por un viaje a las películas (o miniseries) dignas de esta época

Foto: Charlton Heston, en Ben-Hur. (Warner)
Charlton Heston, en Ben-Hur. (Warner)

Nos ha pasado. Mientras los millennials más talluditos comíamos torrijas en Semana Santa no era extraño que, en la televisión de fondo, apareciese Charlton Heston abriendo por la mitad las aguas del Mar Rojo. Aquel Moisés hercúleo y algo erotizado por obra y gracia de Cecil B.deMille en 'Los diez mandamientos' era el símbolo de estos días de Pasión. Al menos en televisión, Heston equivalía a Semana Santa casi tanto como las procesiones, el olor a incienso y, por qué no decirlo, los botellones de vacaciones. Cuando fuimos haciéndonos más mayores (y no por ello más sabios, qué conste) descubrimos que aquel señor y aquel cine era el que habían visto nuestros abuelos en pantallas ‘bigger than life’, fuesen creyentes o no. El Hollywood de los 50, ansioso por hacerle la competencia a la televisión, había convertido a todo su público en feligrés; había recurrido a la Antigüedad como fuente inagotable de espectáculo. En aquellas películas de togas, miles de extras y mucho torso desnudo, hay quien vio metáforas de la Guerra Fría o del propio Estados Unidos. Al fin y al cabo, muchos de los padres fundadores del país se sintieron como en la República de la Antigua Roma.

Pasadas las décadas, cada vez se hace más difícil ver esas películas en la pequeña pantalla. Pero las plataformas nos ofrecen la posibilidad de recuperar el ‘Ben-Hur’ de turno y también de ver visiones más arriesgadas de las historias bíblicas de siempre, de los péplums (así se llaman las ‘de romanos’ en argot cinematográfico) y de todo ese cine (también miniseries, ojo) que en principio puede dar pereza, pero que merece ser redescubierto y escudriñado en estos días.

‘Los diez mandamientos’ (Cecil B. DeMille, 1956) Disponible en Amazon Prime Video

Charlton Heston, en 'Los diez mandamientos'. (Paramount)

Abrimos lista con el clásico entre clásicos que mencionamos al inicio de este artículo. Las Sagradas Escrituras nunca fueron tan sexys ni tan hiperbólicas como en ‘Los diez mandamientos’. DeMille rodó para Paramount, el estudio que ayudó a fundar en los años 10, una nueva versión de su famosa película muda de los 20. Y para ello contó con un presupuesto desorbitado y una logística que da vértigo. Se calcula que en el rodaje participaron unos 14.000 extras y 15.000 animales. El éxodo del pueblo judío dio lugar a secuencias antológicas como la de la orgía (o lo que se podía mostrar de ella, teniendo en cuenta la censura del 'código Hays') antes de la bajada de Moisés del monte Sinaí. O la de la separación de las aguas del Mar Rojo, icono absoluto del séptimo arte para varias generaciones.

El reparto fue otro de los alicientes para llevar a la gente al cine. Charlton Heston, en el que siempre pensamos cuando imaginamos a Moisés guiando al pueblo judío a través del desierto (que nos perdonen Miguel Ángel y su célebre escultura) fue el protagonista. Pero durante el metraje también nos topamos con Yul Brynner (que, como manda la tradición de estas películas, se pasa casi toda la película enseñando músculos), Anne Baxter, Yvonne DeCarlo, Edward G. Robinson, Judith Anderson o John Derek. Nada más y nada menos. Como era de esperar, la película barrió en las taquillas de todo el mundo y, teniendo en cuenta la inflación, sigue siendo una de las diez más vistas de toda la historia del cine.

The passion (Michael Offer, 2008) Disponible en HBO Max

Fotograma de 'The passion', serie de HBO

Que el título no nos confunda: esta no es la ‘Pasión’ barroca y algo gore que Mel Gibson rodó en 2004, sino una miniserie británica que narra los últimos días de Jesucristo desde un punto de vista bastante más aséptico. Protagonizada por Joseph Maule, a través de sus cuatro capítulos somos testigos de lo que narraciones más aparatosas nos han contado durante años: Poncio Pilatos, la traición de Judas o la reflexión en el Monte de los Olivos previa a esa crucifixión que se ha convertido en símbolo universal. Un relato bien rodado, reflexivo y elegante.

‘Espartaco’ (Stanley Kubrick, 1960) Disponible en Filmin

Fotograma de la película 'Espartaco', de Stanley Kubrick. (Universal)

Espartaco’ es la película que rescató de la oscuridad al guionista Dalton Trumbo tras sufrir en sus carnes el ostracismo de la 'Caza de Brujas' del senador McCarthy. También la que hizo que Kirk Douglas, productor y protagonista, y Stanley Kubrick, director, casi llegasen a las manos por sus numerosos desacuerdos. El director de ‘La naranja mecánica’ renegó durante mucho tiempo de esta obra maestra que habla, con diálogos exquisitos y una planificación redonda, del esclavo que desafió al Imperio Romano en el siglo I a.C. En ‘Espartaco’ no hay un solo fotograma que haga alusión a la religión, pero los años la han convertido en otro clásico de la programación televisiva de estos días.

Intelectual a la par que tremendamente entretenida, es la responsable de que el pueblo llano vea a los romanos de la Antigüedad como a verdaderos monstruos que convertían el sufrimiento ajeno en espectáculo. Pan y circo para un clásico que Filmin nos ofrece en su versión restaurada, esa que incluye aquella escena de las ostras y los caracoles entre Laurence Olivier y Tony Curtis, una velada referencia gay casi tan legendaria como la propia película.

‘El evangelio según San Mateo’ (Pier Paolo Pasolini, 1964) Disponible en Filmin

Enrique Irazoqui, en 'El evangelio según San Mateo'

Seca, contundente y rodada en un blanco y negro desangelado, la película de Pier Paolo Pasolini no es fácil y requiere de apetitos muy cinéfilos. El retrato neorrealista de Jesucristo que llevó a cabo el italiano siempre se ha contado entre los mejores de la historia del cine pese a que su visión diste mucho de los grandes espectáculos de Hollywood (o quizá precisamente por eso). La interpretación naturalista y sin grandes alardes de Enrique Irazoqui ayuda a convertirla en una curiosa pieza de cámara. Escandalosa en su momento, fue vista como un manifiesto marxista y se la repudió por parte del catolicismo más militante. Con los años, nadie duda de su condición de clásico y de referente de ese cine europeo que revolvió a los amantes del cine a mediados de los 60.

‘Marcelino, pan y vino’ (Ladislao Vadja, 1954) Disponible en FlixOlé

En esta lista no podía faltar un título español que hemos visto millones de veces y que, paradójicamente, quizá suponga un descubrimiento para las nuevas generaciones. 'Marcelino, pan y vino' dio, literalmente, la vuelta al mundo cuando se estrenó en 1954. Además, ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín y en Cannes obtuvo una mención especial para su protagonista, el pequeño Pablito Calvo. Aunque su nombre no diga demasiado a las nuevas generaciones, Pablito llegó a ser el niño prodigio más famoso del cine de una España que olía a sacristía y sabía a pan bendito.

Todos recordamos el momento en el que la figura de un Cristo colgado de una cruz de madera cobra vida. El único testigo del milagro es un niño que no levanta dos palmos del suelo. "¿Sabes quién soy?". "Sí, eres Dios". Varias generaciones lloraron con esa secuencia, hoy historia del cine español. Aunque los más cínicos no lleguemos a la lágrima, es de justicia reconocer a la de Vadja como una de las cintas mejor rodadas y más eficaces de nuestro cine.

‘Exodus: dioses y reyes’ (Ridley Scott, 2014) Disponible en Disney Plus

Christian Bale, en 'Exodus'.(Disney)

La historia de Moisés y su hermano Ramsés no solo propició la mencionada superproducción de DeMille o la cinta animada ‘El príncipe de Egipto’, sino también un reciente blockbuster de Ridley Scott rodado parcialmente en España. Aunque a la crítica no le gustó nada, hay varias cosas rescatables en este título protagonizado por Christian Bale y lleno (quizá demasiado) de efectos especiales. Su visión más política que otras versiones y la posibilidad de reconocer nuestra Almería en alguno de sus fotogramas dan para verla mientras nos atiborramos de torrijas y arroz con leche.

‘La vida de Brian’ (Terry Jones, 1979) Disponible en Netflix

Cartel de 'La vida de Brian'.

Solo a los Monthy Python se les podía ocurrir una película como ‘La vida de Brian’. Tan irreverente como ‘La última tentación de Cristo’ de Scorsese y tan bien rodada como ‘Jesucristo Superstar’, la película nos cuenta la existencia de un tipo anodino y desastroso, contemporáneo de Cristo, al que el pueblo confunde con un mesías. Entre secuencia y secuencia, somos testigos de los gags más divertidos. El sano laicismo de este relato lo ha convertido en el favorito de aquellos que pasan de iglesias, procesiones y rezos.

Aunque muchos la viesen como un auténtico sacrilegio, lo cierto es que ‘La vida de Brian’ es más bienintencionada de lo que parece. Incluso si se disfruta de su humor anacrónico y de secuencias tan hilarantes como las del Frente de Judea. Un disfrute lleno de humor ‘british’ por el que parece no pasar el tiempo.

‘Ben-Hur’ (William Wyler, 1959) Disponible en HBO Max

Heston, en 'Ben-Hur'. (Warner Bros)

La novela del general Lew Wallace sobre un judío que se enfrenta a su examigo, un pretor romano, ya había sido llevada a la gran pantalla en los años 20. Sin embargo, fue la superproducción que rodó William Wyler a finales de los 50 (en los famosos estudios de Cinecittá, para más señas) la que pasó a formar parte de la memoria colectiva. Charlton Heston volvió a lucir cuerpo y mandíbula, y además demostró que también era buen actor: él fue el receptor de uno de los 11 Oscars, un récord solo igualado por ‘Titanic’ y ‘El retorno del rey’) que recibió la película. Taquillazo tan épico como sus propios fotogramas, ‘Ben-Hur’ contó con Gore Vidal como uno de sus guionistas. Años más tarde, el escritor aseguró que su intención era incluir connotaciones gays entre los antagonistas Ben-Hur y Messala. Heston siempre lo negó o no se dio por enterado.

Décadas después de su estreno, su logística nos sigue dejando boquiabiertos y la secuencia de la carrera de cuádrigas sigue siendo un ejemplo de cómo rodar bien una secuencia de acción.

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Nos ha pasado. Mientras los millennials más talluditos comíamos torrijas en Semana Santa no era extraño que, en la televisión de fondo, apareciese Charlton Heston abriendo por la mitad las aguas del Mar Rojo. Aquel Moisés hercúleo y algo erotizado por obra y gracia de Cecil B.deMille en 'Los diez mandamientos' era el símbolo de estos días de Pasión. Al menos en televisión, Heston equivalía a Semana Santa casi tanto como las procesiones, el olor a incienso y, por qué no decirlo, los botellones de vacaciones. Cuando fuimos haciéndonos más mayores (y no por ello más sabios, qué conste) descubrimos que aquel señor y aquel cine era el que habían visto nuestros abuelos en pantallas ‘bigger than life’, fuesen creyentes o no. El Hollywood de los 50, ansioso por hacerle la competencia a la televisión, había convertido a todo su público en feligrés; había recurrido a la Antigüedad como fuente inagotable de espectáculo. En aquellas películas de togas, miles de extras y mucho torso desnudo, hay quien vio metáforas de la Guerra Fría o del propio Estados Unidos. Al fin y al cabo, muchos de los padres fundadores del país se sintieron como en la República de la Antigua Roma.

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