Vendimiador por un día

Llega la recogida de la uva, uno de los momentos más emocionantes para las zonas de producción vitivinícola en todo el territorio nacional. Después de un largo año de espera, en el que se cuida hasta el más mínimo detalle que pueda afectar a la cepa, la viña está lista para su recolección. Es el tiempo perfecto para vivir en primera persona una experiencia sin igual que solo se produce una vez al año. Pero hay formas más originales de disfrutar de la gran fiesta del vino, más allá de las tradicionales catas, las visitas a bodegas, los tratamientos de vinoterapia y el pisado de la uva.

1. Un paseo por las nubes

La recogida de la uva es una tarea atractiva, pero suele ser muy dura. Si dejamos este trabajo para los expertos, una de las formas más originales y mágicas para vivir esta experiencia en torno al mundo del vino es dar un paseo a bordo de un globo aerostático a 1.000 metros de altura, sintiendo la brisa y contemplando los espectaculares paisajes de la viña y el olivo desde las nubes. Se trata de una aventura que puede realizarse en diferentes lugares de nuestra geografía, como en la Rivera del Guadiana (Badajoz), en La Rioja y, de manera exclusiva y personalizada en las Bodegas Arzuaga de Ribera del Duero. Eso sí, siempre que la climatología lo permita.

2. Diversión entre cepas

Existe una actividad de enoturismo específicamente diseñada para hacer que la labor de vendimiador sea de lo más entretenida, tanto para adultos como para niños. Uvas y Vino ofrece la posibilidad de recoger muestra de uva, probar la vendimia y catar una amplia gama de vinos… todo ello en el propio viñedo o en una bodega de Aldeanueva de Ebro.

3. Platero y tú

Para tener una perspectiva completa, algunas de las mejores bodegas proponen rutas a caballo, en bicicleta e incluso en vespa para recorrer los viñedos. Pero sin duda la preferida entre los más pequeños es la que tiene lugar a lomos de un burro para descubrir un paisaje plagado de cepas y olivos centenarios. Un animal noble y apegado a la tierra extremeña que proporcionará una experiencia relajante y divertida entre viñedos en la localidad de Aceuchal.

4. Safari fotográfico

También podemos apuntarnos a disfrutar y aprender técnicas de fotografía de naturaleza de la mano de un profesional, con un recorrido en 4x4 a través de los rincones más hermosos de la Ruta del Vino Ribera del Guadiana y una comida campestre para disfrutar al máximo del entorno natural.

5. El educador de vinos

Un fin de semana en Logroño es una de las escapadas más apetecibles en esta época del año. Sobre todo si el "educador de vinos" va a enseñarnos a conocer el maravilloso mundo del vino a través del juego y de la diversión. De su mano nos acercaremos a un nuevo universo de olores y sabores. Catas en casa, en empresas… se trata de explicar a las personas cómo son los vinos, trucos para encontrar los matices olfativos y entrenar el paladar. Una de sus actividades estrella es el maridaje de pinchos y vinos en la Calle Laurel.

6. Viaje al pasado

Si lo que quieres es conocer el proceso más ancestral de la recogida de la uva, la vendimia que realiza Bodegas Jorge Ordóñez en la Axarquía de Málaga, en los municipios de Almáchar, Cutar y El Borge, es la más singular del mundo y de las más impresionantes de ver. Las razones son un paisaje impresionante, con las montañas al norte y la costa de Málaga al sur. Los viñedos están en pendientes de hasta el 70 por ciento y son muy viejos, muchos centenarios. Es, de hecho, la zona donde más extensión de viñas centenarias quedan en Europa. Es una vendimia que se realiza totalmente a mano y las cajas se trasladan con mulas, por la dificultad del terreno. No puede entrar ninguna maquinaria. Es decir, se vendimia igual que en épocas de los fenicios cuando comenzó a explotarse la zona vinícola. Desde la bodega, y bajo petición, se organizan visitas privadas.

7. Visitas de fábula

En las Bodegas El Fabulista (en la Rioja Alavesa), una de las más antiguas de la comarca, ubicada en un antiguo calado bajo la casa que perteneció a la familia del afamado fabulista Félix María de Samaniego, además de elaborar vino de forma totalmente tradicional dentro de las murallas de la localidad, ofrecen unas visitas en las que 'el propio escritor', ataviado con las vestimentas de la época y hablando en verso, relata algunos de sus cuentos más conocidos en lo que constituye un exquisito paseo al pasado.