El imperio de las fajas continúa gracias a Reese Witherspoon, Oprah y Kim Kardashian

Justo un día después de que saliera a la luz que la marca de lencería de Rihanna, Savage x Fenty, ha recibido una inyección económica de 125 millones de dólares, una prueba más de que su aventura con la moda no ha sido un mero capricho de celeb, Skims, la firma de Kim Kardashian, ha anunciado que Lone Pine Capital ha invertido en la empresa 240 millones de euros. ¿El resultado? El valor económico actual de Skims es de tres mil doscientos millones de dólares, una cifra que cuenta también con el respaldo económico de D1 Capital Partners, Thrive Capital, Imaginary Ventures y Alliance Consumer Growth como inversores.

La marca se ha encargado de explicar que semejante empujón financiero será empleado para acelerar la innovación de producto, invertir en localizaciones de retail que se espera traspasen las fronteras de América pronto y trabajar en colaboraciones con marcas. Este punto es importante, pues la colaboración entre Fendi y Skims, que resultó muy sorprendente cuando se dio a conocer, ha resultado todo un éxito (la marca de Kardashian asegura que en los primeros diez minutos a la venta generó tres millones de dólares) y es la fórmula perfecta para acercar la firma italiana a un público más joven (nombres como los de Addison Rae, Amelia Gray y Rumer Willis ya han lucido los diseños en diferentes acciones promocionales) y más heterogéneo, mientras que para la marca de Kim supone la plataforma perfecta para adentrarse en la alta moda, algo que la firma ha ido logrando al contar con Kate Moss como una de sus modelos.

Las diferentes tiendas pop-up que se crearon para la ocasión en diferentes ciudades de todo el mundo para vender las propuestas de Fendi x Skims tuvieron colas de gente esperando durante horas para poder descubrir la colección de forma física. Por más que durante la cuarentena se anunció que los diseños de lencería sexy más tradicional, aquellos que cuentan con diseños ‘push up’ y encajes, había sufrido un imponente descenso de ventas, en el otro lado de la balanza ocurrió algo curioso. El que firmas como Skims vivieran un repunte de ventas no era de extrañar, pues la marca se caracteriza por su comodidad y por su minimalismo estético, pero lo que sí fue una sorpresa fue la forma en la que la gente abrazó la moda moldeadora, esa que parecía no tener ni cabida ni sentido en un mundo aislado. Sin embargo, en 2020 las ventas de Skims se cuadruplicaron.

En alguna ocasión, la propia Kim ha dejado caer que la marca se quiere expandir hacia el espectro de moda masculina, y ahora que la firma se ha adentrado también en la moda ajena a la lencería, con diseños ‘outwear’, y tiene ya un papel relevante en la moda deportiva americana, pues las integrantes del equipo americano que participen en las olimpiadas invernales de Beijing 2022 llevarán diseños de la marca, su ascenso es ya imparable. Por su parte, el ascenso de la moda moldeadora también se torna irrefrenable al haber dejado de ser vista como una fórmula opresiva para ser vendida como una aliada con la que sentirse más segura llevando todo tipo de diseños.

Prueba del buen momento en el que se halla es que Oprah y Reese Witherspoon han invertido en el titán de las fajas, Spanx, una inversión en la que forman parte también otras figuras icónicas del mundo del empoderamiento femenino como Whitney Wolfe Herd, cofundadora y CEO de Bumble, y de las firmas de inversión creadas por mujeres G9 Ventures y Able Partners. La compañía va a tener una junta directiva compuesta por mujeres. “Oprah es una de las responsables del éxito de Spanx desde que incluyera a la firma en su icónico listado de cosas preferidas del 2000”, ha explicado Sara Blakely (que en 2012 se convirtió en la mujer más joven “hecha a sí misma” del listado de multimillonarios de ‘Forbes’), fundadora de Spanx. La moda moldeadora se ha convertido en una aliada (inesperada y sorprendente) del empoderamiento, y su trayectoria en la moda sigue ampliando su camino.