Inteligencia artificial para tu piel, lo último para combatir el envejecimiento

Hoy, cuando quieres elegir un cosmético puedes morir en el intento, tanta oferta abruma. La industria los segmenta básicamente en función del tipo de piel, la edad y la zona (rostro, ojos, cuerpo…), aunque también existen otros factores importantes como la hora del día o la estación del año. A eso le añades diferentes principios activos para potenciar uno u otro efecto y diferentes texturas, perfume, formato… Con esta gran variedad, los fabricantes intentan adaptarse a las diferentes necesidades y preferencias de cada persona. Aunque en realidad ninguna fórmula se ajusta completamente a alguien, como si fuera un traje a medida, sino que el cliente se amolda a lo que se comercializa.

TE PUEDE INTERESAR

¿Flacidez? Descubre cómo devolver la firmeza a tu rostro

EC Brands

Personalizar los cosméticos

Pero esto va a cambiar gracias a la inteligencia artificial. Sí, la misma tecnología que está conquistando los smartphones y que va a transformar los negocios, entre ellos el de la belleza. Algunas nuevas marcas ya utilizan el análisis predictivo para personalizar los cosméticos en función de las características específicas de cada individuo. Entre ellas, Proven, una startup de San Francisco que ha creado una base de datos con una ingente cantidad de información (lo llaman The Beauty Genome Project). Contiene más de 100.000 productos de belleza, 20.000 principios activos (y el sistema sabe cómo interactúan con la piel basándose en investigaciones científicas) y 8 millones de comentarios respaldados por consumidoras.

Para adquirir una de sus formulaciones a medida, la mujer rellena un cuestionario a través de la web en el que indica su tipo de piel, edad, origen étnico, localización geográfica y otras preguntas sobre el estilo de vida. Después, el sistema de inteligencia artificial analiza estos datos y recomienda los ingredientes más adecuados para cuidar esa piel. Luego, ellos elaboran un sérum, tónico o crema hidratante y te lo envían. También dan la posibilidad de contratar una suscripción bimestral con la que cada dos meses revisan y adaptan de nuevo la formulación en función de parámetros que hayan podido cambiar (por ejemplo, viajes en avión o estación del año).

Adiós a la talla única

Atolla es otra de las startups que se posicionan a la vanguardia en beauty tech. Nacida en el seno del prestigio MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) también propone productos más allá del 'talla única' de forma similar a la anterior firma. Pero va un paso más allá: aparte de tener en cuenta las particularidades de cada persona a través de un detallado cuestionario, para personalizar la crema también se basa en una tecnología de visión artificial con la que analiza el estado de la piel (arrugas, daño solar, manchas…).

A continuación, un algoritmo procesa toda la información recolectada y recomienda el compuesto que más le conviene, tanto el tipo como los ingredientes y la dosificación. La compañía elabora una muestra en diez minutos. Y si le gusta, la encarga a través de la web. Suministran la necesaria para tres meses, tiempo en el que la empresa monitorea la piel para comprobar si realmente resulta eficaz. El seguimiento de la piel es continuo para adaptarse a los cambios y constatar cómo evoluciona. Ahora, la firma está comercializando el servicio a través de pop up stores (tiendas efímeras). Pero próximamente se podrá comprar íntegramente online: está desarrollando un kit, que enviará a casa, con todo lo necesario para evaluar la piel.

Aunque las dos empresas sustentan su negocio en un motor de inteligencia artificial, ambas complementan esta herramienta con expertos en dermatología, un campo en el que esta tecnología va a dar mucho que hablar.