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¿Se ha quedado el PNV un partido viejo? En busca del relevo generacional
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Mayor importancia de las mujeres

¿Se ha quedado el PNV un partido viejo? En busca del relevo generacional

Los jeltzales apuestan el 28-M por una mayor presencia femenina mientras los jóvenes también van ganando peso

Foto: Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu en una imagen de archivo. (EFE/Miguel Toña)
Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu en una imagen de archivo. (EFE/Miguel Toña)

En enero de 2008, el nombre de Iñigo Urkullu se asentó definitivamente en la política vasca. Urkullu se convertía en presidente del Euzkadi Buru Batzar, el órgano ejecutivo del Partido Nacionalista Vasco. El panorama que se encontró en sus inicios no fue para nada sencillo. Vivió el fin de la era Ibarretxe tras unas elecciones marcadas por la Ley de Partidos que llevó al PSE de Patxi López a Lehendakaritza y al PNV a una posición sin precedentes: la oposición en el Parlamento Vasco. Sin embargo, la situación cambió pronto. Tras el éxito electoral de los jeltzales en 2012, Urkullu se convirtió en lendakari y, para mantener la bicefalia habitual en Sabin Etxea, dejó el cargo de presidente del partido, que pasó a ser ocupado por Andoni Ortuzar. Desde entonces, han sido muchos los temporales que han tenido que capear, pero la dupla Urkullu-Ortuzar sigue dominando la política vasca. Dos perfiles diferentes y con los roles bien repartidos. Urkullu, serio y con aura de gestor, para las labores institucionales. Ortuzar, más locuaz, como representante del partido, capaz de batallar con otras formaciones y de conectar con su tono cercano con la militancia. Una estrategia que incluso su compañero de Gobierno, el PSE ha tratado de adoptar con el liderazgo partidista de Eneko Andueza y la presencia en el Gobierno de Idoia Mendia.

Urkullu y Ortuzar han sobrevivido a una década de incertidumbre. Fijándonos tan solo en los últimos tres años, una pandemia y una guerra en Europa, con sus palpables consecuencias económicas y sociales. Pero los resultados electorales han seguido llegando. Y de cara al 28-M, los sondeos indican que los jeltzales podrían llevarse todas las grandes plazas en Euskadi. Y con todo, tanto Urkullu como Ortuzar han cumplido ya los 60 años. Así que hay una pregunta que flota en el ambiente. ¿Tiene relevo generacional el PNV?

Foto: El 'lehendakari', Iñigo Urkullu (2i), y los presidentes de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (i); Galicia, Alfonso Rueda, y Asturias, Adrián Barbón, en rueda de prensa tras la reunión mantenida este lunes en Vitoria. (EFE/David Aguilar)

En Sabin Etxea lo tienen claro: sí, el relevo generacional está garantizado. De hecho, fuentes jeltzales consideran que este es un debate cíclico y que el relevo siempre llega. "Lo de que el PNV no tiene cantera y es el partido de los viejos, se lleva diciendo desde la transición, incluso se decía en el exilio", apuntan. Desde el PNV la apuesta es que las jóvenes promesas del partido se incorporen progresivamente a cargos de responsabilidad y señalan que quien sea lendakari en el futuro, en la actualidad seguramente hoy sea "concejal o concejala, estará trabajando en la Junta Municipal o formándose en el Parlamento". Lo que sí dejan claro desde Sabin Etxea es que no están por la labor de "echar a los leones a un joven para hacer marketing político" o "tener una buena foto". Por eso, entienden que los que lleguen arriba tienen que hacerlo "con el recorrido formativo cumplido".

La renovación generacional, una tarea pendiente… de todos

Para el politólogo Jonatan García, profesor de la Universidad del País Vasco, "en todos los países del ámbito occidental, el relevo generacional en los partidos políticos sigue siendo una cuestión abierta. Y es que los partidos políticos, explica García, siguen siendo unos de los actores peor valorados en cualquier estudio que se realiza". Algo que para el politólogo hace que "la juventud no vea en los partidos políticos una herramienta de cambio" y hace que el porcentaje de jóvenes que participa en los partidos "cada vez sea menor comparado con otros periodos de la historia reciente".

En el estudio "Juventud Vasca 20-21", publicado el pasado año por el Consejo Vasco de la Juventud, se preguntaba a los jóvenes por sus simpatías políticas. Los encuestados, de entre 15 y 19 años, fueron preguntados por qué partido creían más cercano a sus propias ideas. Si bien casi un 40% optó por no contestar o decir directamente que ningún partido, los resultados sí que dejan algunas pistas interesantes. De los encuestados, el 26,7% señalaban que ese partido era EH Bildu. En segundo lugar, a una distancia considerable en ese estudio, el PNV, siendo el partido más cercano para el 13,8%. En tercera posición, Podemos, que fue el partido que mencionaron el 11,7% de los entrevistados. Más allá de la foto fija, la evolución de estos datos ayuda a entender mejor la evolución política de la juventud vasca. Con datos actualizados cada cuatro años, se puede observar el crecimiento de EH Bildu en la franja de edad estudiada, del 16,2% en 2012 al 26,7% del último estudio. También es llamativo el descenso de Podemos, que en 2016 era la fuerza que más jóvenes entendían que representaba sus valores(19,9%). En el caso del PNV, lo que muestra la serie es una recuperación de los jeltzales, que en 2016 era la opción del 3,9% y que en 2020 era ya la segunda opción.

Foto: Los diputados del PNV Aitor Esteba y Mikel Legarda (i), tras una comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso. (EFE/Chema Moya)

"El electorado de Podemos o de la Izquierda Abertzale tiene un componente más joven", explica García, algo que, a su entender, explica las fluctuaciones que se han producido en los últimos años. En el caso de la formación jeltzale, afirma el politólogo, la cuestión generacional es compensada "por la gran transversalidad que tiene el propio partido en cualquiera de los territorios". "Es un partido mayoritario en la sociedad vasca", apunta García y señala también su "fuerte presencia en todos los niveles institucionales". "Esa posición central es la que hace que no se resientan", concluye García.

Los relevos generacionales casi en cualquier ámbito de la vida, no son una cuestión sencilla. Y en política, muchas veces están motivados por varapalos electorales, algo que no le ha sucedido últimamente al PNV. En conjunto, la primera línea política en Euskadi no es especialmente joven. Los ya mencionados Urkullu y Ortuzar, que superan (por poco) la sesentena. En el caso de la Izquierda Abertzale, no hay liderazgo más longevo en la política vasca que el de Arnaldo Otegi, actual coordinador general de EH Bildu. En el PP, Carlos Iturgaiz, de 57 años, está de vuelta en Euskadi tras haber pasado por Bruselas. La renovación más evidente en esa primera línea ha sido la llegada de Eneko Andueza, de 44 años.

Jóvenes preparados y preparándose

La clave, sin embargo, no está tanto en fijarse tanto en quiénes ya están en esa primerísima fila (son, por definición, muy pocos) sino en aquellos que se están preparando para hacerlo. En ese sentido, desde el PNV apuntan que su tranquilidad es absoluta. El PNV cuenta ya con jóvenes en cargos de responsabilidad y cuya presencia va aumentando de forma progresiva. Un buen ejemplo es Joseba Díez Antxustegi, de 30 años y parlamentario en la Cámara Vasca desde 2019. Además, el próximo 28-M encabezará la lista jeltzale en la localidad alavesa de Asparrena. "Si hay algún partido que ahora mismo tiene a gente joven en puestos importantes en instituciones, somos nosotros", apunta Díez a este diario y señala también que en el grupo parlamentario hay un número importante de personas menores de 40 años. El joven parlamentario explica que ha podido ver como sus compañeros en EGI, las juventudes del PNV, están ya en cargos importantes "tomando decisiones, no estando por estar".

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"Ahora mismo tenemos en los primeros puestos de responsabilidad del partido a una generación que es la que lo ha llevado a los mejores resultados de su historia", apunta Díez. Además, señala que esa generación tiene "un interés importante en ir preparando a los jóvenes". Para Díez, una de las claves de ese relevo generacional es la renovación que se está dando en los ayuntamientos. "Es la mayor fortaleza que ha tenido el partido, la implantación territorial. Si pierdes contacto con la gente, estás perdido", afirma Díez.

No solo en los ayuntamientos se curte la nueva generación de dirigentes jeltzales. Asier Areitio es en la actualidad presidente de Young Democrats for Europe, el ala juvenil del Partido Demócrata Europeo. Esa presencia europea siempre ha sido importante para el PNV, algo que entronca con el europeísmo primigenio del lendakari Aguirre. "Para nosotros siempre ha sido muy importante la militancia en Europa, porque apostamos por una Europa más federal y en la que las naciones tengamos voz", explica Areitio. Apuesta también por esa transición progresiva, "para no desechar de la noche a la mañana la experiencia" de los actuales dirigentes. A sus 26 años, Areitio es asesor de la Secretaría General de Acción Exterior del Gobierno Vasco y uno de los nombres que parece llamado a ser parte de ese relevo generacional en el PNV y las instituciones vascas.

Mayor importancia de las mujeres

Mientras se va produciendo ese relevo generacional, el PNV ha apostado con fuerza por aumentar la presencia femenina en la primera línea política. Desde Sabin Etxea desvinculan esos dos procesos y señalan que la creciente presencia de mujeres como cabezas de lista (algo evidente en los comicios del próximo 28 de mayo). Explican que en el proceso de escucha activa "Entzunez eraiki" (Construir escuchando), una de las principales demandas de la militancia era una mayor visibilidad de la mujer en los altos cargos. Fruto de ese proceso se ha llevado a cabo una renovación en plazas importantes de la política vasca. En Bizkaia, Elixabete Etxanobe encabezará la lista de los jeltzale con intención de convertirse en la primera diputada general de la historia del territorio. Lo mismo sucede en Gipuzkoa, donde el PNV ha apostado por Eider Mendoza. Y para tratar de mantener la alcaldía en Vitoria, se ha optado por Bea Artolazabal, una de las mujeres fuertes del Ejecutivo de Urkullu en los últimos años.

Maialen Gurrutxaga, que encabeza la lista nacionalista en Elgoibar, encarna la pujanza de las mujeres

En otros municipios, también es palpable esa apuesta por una mayor visibilidad de las mujeres. Maialen Gurrutxaga, que encabeza la lista nacionalista en Elgoibar (el pueblo de Arnaldo Otegi) encarna esa pujanza de las mujeres y también la creciente importancia de las nuevas generaciones. Gurrutxaga, de 30 años, ocupa un escaño en el Parlamento Vasco desde los 23. "Yo lo que pido es que a los jóvenes se nos escuche pero no se nos utilice", señala a este diario. Además, explica que si bien se ha dado mucho eco a esa mayor presencia de las mujeres, en el caso de Elgoibar, si gana sería la tercera alcaldesa del municipio guipuzcoano.

Un doble relevo para que el partido mayoritario en Euskadi se parezca más a la sociedad. Los Jobuvis (término acuñado por el propio Ortuzar para referirse a los Jóvenes Burukides Vizcaínos que querían renovar el PNV, y que pronto fue adoptado por su críticos) parece que tienen el relevo asegurado.

En enero de 2008, el nombre de Iñigo Urkullu se asentó definitivamente en la política vasca. Urkullu se convertía en presidente del Euzkadi Buru Batzar, el órgano ejecutivo del Partido Nacionalista Vasco. El panorama que se encontró en sus inicios no fue para nada sencillo. Vivió el fin de la era Ibarretxe tras unas elecciones marcadas por la Ley de Partidos que llevó al PSE de Patxi López a Lehendakaritza y al PNV a una posición sin precedentes: la oposición en el Parlamento Vasco. Sin embargo, la situación cambió pronto. Tras el éxito electoral de los jeltzales en 2012, Urkullu se convirtió en lendakari y, para mantener la bicefalia habitual en Sabin Etxea, dejó el cargo de presidente del partido, que pasó a ser ocupado por Andoni Ortuzar. Desde entonces, han sido muchos los temporales que han tenido que capear, pero la dupla Urkullu-Ortuzar sigue dominando la política vasca. Dos perfiles diferentes y con los roles bien repartidos. Urkullu, serio y con aura de gestor, para las labores institucionales. Ortuzar, más locuaz, como representante del partido, capaz de batallar con otras formaciones y de conectar con su tono cercano con la militancia. Una estrategia que incluso su compañero de Gobierno, el PSE ha tratado de adoptar con el liderazgo partidista de Eneko Andueza y la presencia en el Gobierno de Idoia Mendia.

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