Urkullu y Mendia abren la puerta a reeditar su pacto en un debate sin apenas sobresaltos

Iñigo Urkullu e Idoia Mendia han abierto la noche de este martes la puerta a reeditar el acuerdo de coalición tras las elecciones autonómicas del domingo al coincidir en el diagnóstico de que en el actual escenario marcado por el coronavirus, que tiñe el futuro de incertidumbre a todos los niveles, se necesitan gobiernos "fuertes y estables" que se alejen de la "tensión" y la "crispación" permanentes. Ambos han dejado entrever su apuesta en materia de pactos de gobierno en el debate electoral de esta noche en ETB-2 entre los candidatos de los diferentes partidos, amparados además en las óptimas encuestas, que vaticinan una holgada mayoría al PNV y al PSE-EE en elParlamento vasco en caso de alcanzar un acuerdo de gobernabilidad para la próxima legislatura —los sondeos apuntan a que la formación 'jeltzale' acrecentaría su poder y los socialistas crecerían para desbancar a Podemos como tercera fuerza en Euskadi—.

Sin aludir al PSE-EE, el lendakari y candidato a la reelección por el PNV ha sido muy claro en sus preferencias al ser interpelado por los pactos tras las elecciones: "Euskadi necesita un Gobierno fuerte. Vienen años duros y de mucho trabajo, y va a ser necesaria una dirección clara en el País Vasco. En Euskadi, hemos sabido consolidar un sistema institucional que garantiza la estabilidad, alejados de la tensión permanente que vemos en nuestro entorno", ha afirmado de forma elocuente para incidir en la necesidad de "consolidar un Gobierno fuerte con la máxima estabilidad" de cara a "preservar las instituciones del ruido y la confrontación permanente". Además, para no dejar dudas, ha puesto en valor que el Ejecutivo en coalición durante la pasada legislatura "ha funcionado bien porque hemos tenido un programa claro y concreto que hemos cumplido".

Urkullu: "En Euskadi, hemos consolidado un sistema institucional que garantiza la estabilidad, alejados de la tensión permanente que vemos en el entorno"

Mendia, por su parte, que no había sido especialmente elocuente en su intervención en el apartado dedicado a los acuerdos poselectorales, ha recogido el guante de Urkullu y en el último minuto de los diferentes candidatos para lanzar el mensaje final ha apostado por un "Gobierno fuerte y estable con una ruta bien clara" que aporte "más serenidad y menos crispación", algo que "los socialistas podemos garantizar". La candidata socialista a lendakari ha vuelto a rechazar el tripartito de izquierdas que sume a EH Bildu y Podemos que viene reclamando de forma insistente durante la campaña la aspirante de la formación morada, Miren Gorrotxategi, que durante el debate ha apelado a "anteponer los deseos de los ciudadanos a los propios intereses" de los partidos para hacer posible este Ejecutivo que expulse del poder al PNV. "Nunca más un Gobierno de derechas para un país de izquierdas", ha clamado entre el rechazo de Mendia y el escaso entusiasmo mostrado de forma pública por la candidata de EH Bildu, Maddalen Iriarte.

El debate electoral en ETB-2 ha reunido en el plató del ente público vasco por primera y única vez en la campaña a los seis candidatos a lendakari de los partidos con representación en el Parlamento vasco: Urkullu, Iriarte, Gorrotxategi, Mendia, Carlos Iturgaiz (PP y Ciudadanos) y José Ramón Becerra (Equo Berdeak) —el representante de la formación verde concurrió hace cuatro años dentro de la coalición que suma a Podemos e IU y ahora se presenta a las elecciones por separado tras el 'veto' de Pablo Iglesias a su presencia en esta alianza electoral—.

A grandes rasgos, el debate no ha puesto en especiales aprietos a Urkullu, que avanza hacia la jornada electoral de este domingo con la inmejorable situación de partida de los sondeos electorales, que sitúan la formación 'jeltzale' a las puertas de romper su techo electoral, lo que, sobre el papel, le permitiría pactar con cuatro partidos diferentes para conformar un Gobierno en mayoría. El presidente vasco, que aspira a su tercer —y quizás último— mandato, ha solventado sin excesivos apuros esta cita ante una oposición que apenas ha sabido darle guerra y que además, de forma sorprendente, ha permitido una noche muy plácida a la candidata socialista, a la que apenas han buscado en el 'cuerpo a cuerpo'. Tampoco el formato del debate, dividido en cinco bloques —crisis económica, sanidad, políticas sociales, medio ambiente y emergencia climática, y autogobierno—, con tres minutos para cada candidato en cada uno de ellos, ha favorecido el enfrentamiento en un debate que ha transcurrido sin apenas sobresaltos para los candidatos de los dos partidos que han gobernado la pasada legislatura.

Urkullu solventa sin grandes apuros el debate ante una oposición que apenas le ha dado guerra y que además ha permitido una noche plácida a Mendia

Urkullu, consciente de que tenía mucho más que perder que ganar, no ha querido entrar ante las embestidas de Iturgaiz, que ha vinculado la mayoría de la críticas vertidas hacia el PNV con la cuestión identitaria para denunciar que Urkullu pretende construir una Euskadi "cómoda para los nacionalistas e incómoda para los no nacionalistas". Ha sido especialmente elocuente su actitud ante las acusaciones del aspirante de la coalición que suma a PP y Ciudadanos de no permitir a la Unidad Militar de Emergencias (UME) del Ejército desinfectar las residencias de personas mayores durante la pandemia o actuar en el vertedero de Zaldibar para encontrar a los dos operarios que permanecen sepultados bajo toneladas de basura cinco meses después de su derrumbe. "¿No quiere responder?", le ha interpelado el moderador, Xabier García Ramsden. "No, en absoluto. Nuestros recursos eran suficientes", ha zanjado.

Durante la campaña, el debate identitario y soberanista ha quedado relegado a un segundo plano ante la prioridad de las cuestiones económicas y sociales en el escenario que se abre tras la pandemia. El debate no ha obviado esta cuestión, si bien los candidatos de PSE, PP y EH Bildu se han enzarzado entre ellos en esta materia sin apenas incomodar a Urkullu. "¿Por qué renuncia al derecho a decidir?", le ha interpelado Iriarte, que ha reprochado al lendakari que haya desaparecido de su programa la consulta soberanista y "haya guardado en el cajón" las bases para la reforma del Estatuto acordadas con la antigua Batasuna en el Parlamento de Vitoria. Urkullu se ha remitido a su planteamiento de reforma del Estatuto que contempla el derecho a decidir dentro de un "ejercicio pactado" con el Gobierno español desde la "bilateralidad" y que debe ser validado por las Cortes antes de su refrendo por parte de la ciudadanía en una consulta.

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Urkullu y Mendia no se han dirigido ningún reproche durante el debate, en el que la candidata socialista tampoco ha sido puesta en apuros por parte de Gorrotxategi, que ha centrado su estrategia en atacar a Urkullu en la que ha sido su primera gran reválida electoral después de imponerse por sorpresa en las primarias del partido a la candidata oficial de la dirección vasca. La aspirante de Podemos a lendakari, que parte con las encuestas en su contra —vaticinan una caída del partido en beneficio del PSE—, se ha encontrado incómoda durante algunos momentos del debate, en el que no ha llegado a utilizar el tiempo que disponía en algunos bloques. Por su parte, Becerra ha expuesto sus planteamientos sin apenas contestación y réplicas de los demás candidatos, que no han rebatido sus propuestas dada su condición de aspirante con menor peso electoral.

En una campaña marcada por el coronavirus, el debate ha pasado de puntillas por el brote detectado en Ordizia (Guipúzcoa), que sigue creciendo y acumula ya 35 casos con el riesgo de que los contagios se extiendan a otras zonas del País Vasco a escasos cinco días de las elecciones autonómicas. Tan solo la candidata de EH Bildu ha aludido a este foco para mostrar su "gran preocupación" por los positivos acumulados, denunciar la "falta de medios suficientes" del Servicio vasco de Salud para "rastrear los casos" y poner en cuestión la gestión de la pandemia por parte del Gobierno vasco. En este sentido, Iturgaiz ha acusado a Urkullu de "mandar a los sanitarios a la guerra sin fusiles ni balas". También le ha recriminado la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que, según ha denunciado, determina que el Ejecutivo ha "puesto en riesgo" la vida de los sanitarios por la falta de material de protección, si bien el aspirante del PNV ha replicado que el tribunal ha "desestimado casi la totalidad" de las demandas planteadas para resolver que la ausencia de estos equipos fue algo "puntual y limitado" en el tiempo.

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El momento álgido del enfrentamiento entre Urkullu e Iturgaiz se ha vivido cuando el candidato popular ha sacado una fotografía con la distancia de "9,6 kilómetros" que, según Google, separa Durango, la localidad natal del lendakari, de Zaldibar, para confrontar los "14 minutos" que se tarda en recorrer ambos puntos con los seis días que el dirigente 'jeltzale' tardó en acudir al vertedero tras el derrumbe para ir a visitar a la familia de los dos trabajadores sepultados a darles "calor y apoyo", algo que hizo forzado por la "presión mediática y porque muchos ciudadanos se lo estaban pidiendo". Iturgaiz ha acusado a Urkullu de "negligencia, corrupción y falta de sensibilidad" por el derrumbe, mientras el lendakari le ha reprochado que "traiga a la política vasca lo peor de la política española en base a la mentira".