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"Nos tiran monedas del cambio": agresiones a empleados del peaje de Irún por las colas
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"los conductores pagan su ira con nosotros"

"Nos tiran monedas del cambio": agresiones a empleados del peaje de Irún por las colas

Los cobradores del peaje de la A-8 piden levantar las barreras en caso de retenciones durante las obras de renovación de las cabinas para acabar con los insultos y agresiones que sufren

Foto: Retenciones en la autopista A-8 en sentido Francia. (EFE)
Retenciones en la autopista A-8 en sentido Francia. (EFE)

A las puertas de entrar a trabajar, Patxi Mendia mira una vez más al cielo, donde predominan los negros nubarrones. Es de los pocos ciudadanos que quieren, ya no que llueva, que diluvie. Cuanta más agua, mejor. La ecuación, en su caso, es sencilla. Cuanta más caiga, menor movimiento de vehículos habrá en torno al peaje de la autopista A-8 de Irún. No se trata de trabajar menos, sino que es una cuestión de mera salud. La menor afluencia de tráfico reduce las posibilidades de estar expuesto a la ira de los conductores, que estos días están pagando con los empleados de las cabinas de cobro su cabreo por las largas colas que se forman en torno a este punto, que ha visto reducida su capacidad por las obras de renovación integral del sistema de cobro de sus 14 vías.

Estos días se da la ‘tormenta perfecta’ para aguar la paciencia de los conductores. La combinación que conforman el puente festivo y las obras de automatización de las cabinas equivale a retenciones kilométricas. La chispa salta con la larga espera y la mecha explota en el momento del pago del canon, con "todo tipo de agresiones" contra quienes realizan el cobro. Ayer mismo, a Mendia le arrojaron las monedas del cambio contra la cabina.

Los empleados van a trabajar con "miedo" y "temor": "Ladrones, sinvergüenzas, hijos de puta... Nos llaman todo lo que te puedas imaginar", denuncian

La manera de este enojado conductor de descargar su frustración por la cola que le tocó sufrir no pilla a Mendia por sorpresa. Está actuación está en el catálogo de insultos, faltas de respeto y agresiones verbales y físicas que están sufriendo los más de 50 trabajadores en el peaje de Irún desde que en septiembre se iniciaran las obras de renovación integral del sistema de cobro, que mantienen inutilizadas cinco de las 14 vías de peaje. “Ladrones”, “sinvergüenzas” o el grueso “hijos de puta” son algunos de los calificativos que surgen desde la otra ventanilla. “Nos llaman todo lo que te puedas imaginar”, sostiene quien es el presidente del comité de empresa.

La situación ha llegado a un punto que es “insostenible”. Los empleados van a su puesto de trabajo con “miedo” y “temor” a la reacción de los conductores ante unas obras que se van a prolongar hasta mayo del próximo año. Toda una autopista por delante aún. Y algunos trabajadores ya se han bajado del vehículo al sucumbir a la ansiedad y verse “obligados” a coger la baja. “No podemos ir a trabajar así”, censura Mendia. Él, al igual que otros de sus compañeros, prácticamente implora todos los días que llueva para reducir el tráfico. La lluvia como especie de 'receta natural' al estrés. Un ‘remedio’ que da de sí lo que da porque, además, por mucha agua que caiga en el País Vasco, el sol también aparece.

La única solución está en levantar las barreras en caso de colas mientras se prolongan las obras en las cabinas, pero Bidegi no atiende a esta demanda

Lo que no llegan son de momento los rayos de luz a los trabajadores. Para acabar con la situación, según aseguran los empleados, solo hay una receta que valga. Que la Agencia Guipuzcoana de Infraestructuras, Bidegi, encargada de gestionar las autopistas del territorio, suba las barreras del peaje en los momentos de importantes retenciones mientras se prolonguen las obras de renovación del equipamiento del sistema de cobro. Pero su reivindicación está cayendo en saco roto. “No nos hacen caso”, lamenta Mendia. Asegura la plantilla que su reclamación es algo que contempla la propia Bidegi. Según sostiene Mendia, este organismo público cuenta con un protocolo de actuación que contempla los “casos de levantamiento de barreras”. Sobre el papel, esta entidad determina que cuando las estaciones “no son capaces de tramitar el cobro de canon de todo el tráfico, y se originan colas que pueden poner en peligro la seguridad de los usuarios, se procede a dejar pasar los vehículos de forma gratuita hasta que se restablece la seguridad”.

Pero este caso no se da en Irún a tenor de la negativa a levantar las barreras. De cara a este pasado puente festivo, Bidegi había previsto el paso de 92.000 vehículos por el peaje de la ciudad fronteriza del jueves al domingo, 46.650 en sentido Francia y 45.350 en dirección San Sebastián, con la posibilidad de que se den “retenciones puntuales”. Ante este periodo festivo, la Agencia Guipuzcoana de Infraestructura aseguró que había “reforzado” el personal destinado en las nueve cabinas de peaje que se encuentran operativas, cinco en sentido Francia y cuatro en dirección Donostia. En todo caso, se trata de una medida “insuficiente” para los trabajadores, que este pasado miércoles, con motivo del inicio de la operación salida por el 1 de noviembre, se concentraron en el peaje de Irún bajo una pancarta que culpaba a Bidegi de las retenciones, que ese día alcanzaron los seis kilómetros.

placeholder Trabajadores del peaje de la A-8 de Irún se concentran ante las cabinas para protestar. (EC)
Trabajadores del peaje de la A-8 de Irún se concentran ante las cabinas para protestar. (EC)

Pero Bidegi no ve motivo para levantar las barreras. Según señala en su web al referirse a los casos de levantamiento de barreras, en la actualidad “se constata que las retenciones por cobro de canon prácticamente han desaparecido gracias a las inversiones en ampliación de número de cabinas, la construcción de nuevos ramales y la buena aceptación del sistema de telepago”. La Diputación de Guipúzcoa y las autoridades francesas tienen firmado un protocolo de actuación para el levantamiento de barreras de cara a evitar que los colapsos del peaje francés de Biriatou ocasionen retenciones en la estación de Irún. Sin embargo, mientras Francia ha abierto sus barreras en “varias ocasiones” ante la congestión de la vía, Guipúzcoa no lo ha hecho nunca en el peaje que le corresponde, como constata Mendia.

Los trabajadores comprenden que los conductores lleguen quemados al peaje por las retenciones, sobre todo cuando les supone llegar tarde al trabajo o a una cita hospitalaria. En este momento, abonar los 2,52 euros de peaje enciende en algunos casos los ánimos, y más cuando numerosos conductores denuncian que la autopista debería ser gratuita al estar “amortizada desde hace mucho tiempo” —de hecho, se creó una plataforma para exigir su gratuidad—. Algunos de estos céntimos de las vueltas se convierten en ‘armas’ con las que algunos conductores ‘pagan’ su frustración. "Te tiran las vueltas a la cara, te insultan, te faltan el respeto... Entendemos su cabreo y malestar. Tienen toda la razón, pero nosotros les decimos que se tienen que quejar a quien corresponde”. En este caso, a Bidegi. Pero no todo el mundo lo entiende y algunos conductores “pagan su ira con nosotros” con actitudes que traspasan la línea roja. “Somos tan víctimas como ellos”, asevera Mendia. “No somos los culpables de esta situación y sufrimos más que nadie las consecuencias”, remarca.

Entendemos el cabreo de los conductores. Tienen toda la razón, pero somos tan víctimas como ellos. No somos los culpables de esta situación

Las protestas de los trabajadores van a continuar hasta que “se alcance una solución” que pasa "sí o sí" por levantar las barreras en casos de colas kilométricas. "No vemos otra alternativa", exponen. De momento, este martes se van a reunir con la dirección de Recursos Humanos de Bidelan, la empresa adjudicataria de la explotación, conservación y mantenimiento de la autopista, y el viernes volverán a concentrarse ante el peaje. “Los trabajadores estamos aguantando como podemos”, asegura Mendia.

“¿Por qué no quieren subir las barreras?”, se pregunta, desesperado por la situación, el presidente del comité de empresa. El rechazo, responde él mismo, obedece a puras cuestiones monetarias, que se anteponen al resto de circunstancias, caso de la seguridad de los trabajadores y la de los usuarios de la autopista. Durante el pasado puente festivo del Pilar, por ejemplo, las retenciones llegaron a alcanzar en algún momento los ocho kilómetros.

—¿Dónde se debería poner el límite de las retenciones para abrir las barreras?

—Eso no corresponde a nosotros —afirma Mendia.

Dos, tres, cuatro kilómetros… La decisión sobre la longitud de la cola no es algo que compete a los trabajadores. Pero sí tienen claro que con “10-15 minutos” de barreras abiertas bastaría para acabar con las congestiones y "normalizar la situación". Ya con motivo del inicio de las obras de renovación de las cabinas, y en previsión de los problemas que podrían generar en el tráfico, Bidegi puso de manifiesto que los trabajos se van a desarrollar en tres fases, afectando en cada una de ellas a una parte de la estación de cobro, para intentar minimizar las afecciones.

Una cosa es reclamar que los vehículos pasen gratis por el peaje en caso de retenciones mientras se prolongan los trabajos de renovación de las cabinas y otra bien distinta es pedir que no se cobre siempre que haya retenciones en la autopista, como —según lamentan— se ha querido dar a entender. Sus demandas no alcanzan a los 12 meses del año. En verano, según deja constancia Mendia, se forman continuas colas en este punto y “no se puede hacer nada” porque están todas las cabinas abiertas y la infraestructura no da más de sí. En esta época, para que el tráfico sea más fluido, el peaje se rebaja dos céntimos, de 2,52 a 2,50 euros, de cara a que la entrega de cambios sea más fácil y ágil.

Los trabajadores miran con "mucho temor" la fecha de la Behobia-San Sebastián, cuando se corta la carretera nacional, o las próximas navidades

A corto plazo, los trabajadores miran con “mucho temor” la fecha del próximo domingo 11 de noviembre, cuando se celebra la multitudinaria carrera popular Behobia-San Sebastián, que conlleva el corte de la carretera nacional entre la frontera y la capital guipuzcoana, lo que provocará un aluvión de vehículos ante la ausencia de alternativas al tráfico. “Va a ser un día muy complicado”, asevera. Y en el horizonte se otean ya las navidades, que provocarán un movimiento masivo de vehículos, especialmente de franceses en su recorrido de ida y vuelta a África. Entonces, las obras se paralizarán para “garantizar la fluidez de los tránsitos en esa época”, según sostiene Bidegi. Pero Mendia ya tiembla. “Como no se solucione la cosa, no sé qué va a pasar. Puede ser el caos total”, advierte.

A las puertas de entrar a trabajar, Patxi Mendia mira una vez más al cielo, donde predominan los negros nubarrones. Es de los pocos ciudadanos que quieren, ya no que llueva, que diluvie. Cuanta más agua, mejor. La ecuación, en su caso, es sencilla. Cuanta más caiga, menor movimiento de vehículos habrá en torno al peaje de la autopista A-8 de Irún. No se trata de trabajar menos, sino que es una cuestión de mera salud. La menor afluencia de tráfico reduce las posibilidades de estar expuesto a la ira de los conductores, que estos días están pagando con los empleados de las cabinas de cobro su cabreo por las largas colas que se forman en torno a este punto, que ha visto reducida su capacidad por las obras de renovación integral del sistema de cobro de sus 14 vías.

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