Crónica de una muerte anunciada: ERE de extinción en La Naval de Sestao
La dirección del astillero y la administración concursal comunican esta mañana al comité de empresa que se presentará antes de que acabe el mes la propuesta de extinción de todos los contratos
La manifestación de esta tarde contra el cierre de La Naval de Sestao y en demanda de soluciones que garanticen la viabilidad de la empresa se va a celebrar en el peor de los escenarios posibles. La dirección del astillero y la administración concursal han comunicado esta mañana al comité de empresa que se va a presentar antes de que finalice este mes de octubre el temido ERE de extinción para toda la plantilla, compuesta por cerca de 180 trabajadores, tras agotarse la tesorería y ante la falta de un inversor que dé continuidad a la actividad. El anuncio supone la certificación de una muerte anunciada ante la imposibilidad a corto plazo de cumplir con la exigencia que impone el armador holandés Van Oord para la construcción de la draga ‘Alexia’ de encontrar un inversor que “soporte la responsabilidad del astillero”.
El futuro del astillero, en concurso de acreedores desde hace más de un año, se había dibujado todavía más negro después de que el pasado 24 de septiembre el Consejo de Administración de Construcciones Navales del Norte (CNN), sociedad propietaria de La Naval de Sestao, decidiera solicitar al juzgado la apertura de la fase de liquidación de la empresa al no culminar con éxito los meses de negociación mantenidos con el armador Van Oord y los bancos implicados en el proyecto de construcción de la draga, cuya ejecución se encuentra paralizada, para garantizar la continuidad de la empresa.
En este difícil escenario, la dirección del astillero y el administrador concursal habían convocado de urgencia a última hora del martes a los representantes de los trabajadores a una reunión para abordar la situación de la empresa y en la que se han cumplido los peores presagios, ya que la intención es proceder a la extinción de todos los contratos en el plazo de unas dos semanas. La dificultad de encontrar un inversor que pueda insuflar músculo económico a un astillero sin ingresos hace que se dé prácticamente por cerrada la puerta a la continuidad de la actividad de la empresa, lo que lleva a la "obligación" de iniciar "en breve" el proceso de despido de toda la plantilla. El administrador concursal que supervisa la situación del astillero vizcaíno considera que no existe ninguna posibilidad de continuar con la actividad del astillero y, por ello, salvo un giro radical de los acontecimientos durante el periodo de consultas con los trabajadores y de tramitación del expediente, La Naval certificará su defunción este mes dentro de un proceso que culminará antes de que concluya el año si nadie lo remedia.
La defunción del astillero también afectará a cerca de unos 2.000 empleados de empresas auxiliares
Los trabajadores aún guardaban esperanzas de encontrar una salida a la difícil situación que atraviesa el astillero, que acumula pérdidas millonarias, pero ahora todo hace indicar que se ha escrito ya la definitiva crónica de una muerte anunciada. Son 180 trabajadores los que se ven afectados de forma directa, pero la defunción del astillero también afectará a cerca de unos 2.000 empleados de empresas auxiliares. Para alrededor de 150 trabajadores de la plantilla de La Naval existe la opción de poder reclamar al Estado su incorporación en alguna sociedad pública, una garantía que les fue concedida con la privatización del astillero en 2006, si bien esta opción conllevaría un desplazamiento a otras comunidades.
El principio del fin de un proyecto con más de un siglo de historia a flote comenzó a finales de agosto del pasado año, cuando los accionistas de La Naval aprobaron solicitar el concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) ante la falta de inversores que diera viabilidad al astillero. Desde entonces, las grandes esperanzas estaban depositadas principalmente en el empresario asturiano afincado en Miami Manuel del Gago, principal accionista de Naviera del Norte, propietaria del 10,5% de las acciones de La Naval, que había mostrado su intención de depositar los 42 millones de euros necesarios para responder a la ampliación de capital que requería la empresa. Pero todo interés en el astillero se ha ido a pique. De hecho, la existencia de un inversor que soporte la responsabilidad del astillero es la condición indispensable que viene demandando Van Oord para la construcción del buque 347.
El ERE de extinción para toda la plantilla se conoce a las puertas de que esta tarde, a partir de las 18.30 horas, se lleve a cabo una manifestación desde La Naval contra el cierre del astillero y en demanda de soluciones que garanticen la viabilidad de la empresa, y que concluirá ante el Ayuntamiento de Sestao. Las interpelaciones de los trabajadores y de los partidos políticos alcanzan en esencia a los gobiernos español y vasco. A este respecto, el Ejecutivo de Vitoria ha dejado constancia en varias ocasiones -la última el pasado viernes por boca del lehendakari, Iñigo Urkullu, en el pleno de control del Parlamento Vasco-, de la imposibilidad de otorgar ayudas de tipo financiero ya que serían declaradas "ilegales" por la normativa europea.
La labor del Ejecutivo de Vitoria se centra en atraer inversiones que, a corto plazo, permitan la construcción de la draga con Van Oord y, ya mirando al futuro, garanticen la viabilidad del astillero. El Gobierno vasco no descarta plantear su entrada en el accionariado de la empresa, pero esta medida, en todo caso, está condicionada a que salga del concurso de acreedores en el que está inmersa. Los trabajadores del astillero volverán a pedir la implicación del Gobierno de Urkullu este jueves con una concentración ante las puertas del Parlamento Vasco con motivo de la celebración del pleno ordinario, y en el que precisamente se abordará la situación de La Naval a instancias de EH Bildu y Podemos, que han presentado una proposición no de ley encaminada a "poner todos los medios disponibles para evitar el cierre de la empresa y la desaparición de su industria auxiliar".
La manifestación de esta tarde contra el cierre de La Naval de Sestao y en demanda de soluciones que garanticen la viabilidad de la empresa se va a celebrar en el peor de los escenarios posibles. La dirección del astillero y la administración concursal han comunicado esta mañana al comité de empresa que se va a presentar antes de que finalice este mes de octubre el temido ERE de extinción para toda la plantilla, compuesta por cerca de 180 trabajadores, tras agotarse la tesorería y ante la falta de un inversor que dé continuidad a la actividad. El anuncio supone la certificación de una muerte anunciada ante la imposibilidad a corto plazo de cumplir con la exigencia que impone el armador holandés Van Oord para la construcción de la draga ‘Alexia’ de encontrar un inversor que “soporte la responsabilidad del astillero”.
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