Es noticia
Juzgan a un profesor de un colegio del Opus por abuso sexual a un menor durante 2 años
  1. España
  2. País Vasco
en la audiencia de Vizcaya desde este jueves

Juzgan a un profesor de un colegio del Opus por abuso sexual a un menor durante 2 años

El exdocente de Gaztelueta, en Leioa, está imputado por tocamientos y otros abusos al alumno cuando tenía 12 y 13 años, a quien presuntamente pidió que se masturbara en su presencia

Foto: Entrada del colegio Gaztelueta de Leioa. (EFE)
Entrada del colegio Gaztelueta de Leioa. (EFE)

La Audiencia Provincial de Vizcaya juzga desde este jueves a un exprofesor de un colegio de Leioa vinculado al Opus Dei que está acusado de un presunto delito continuado de abuso sexual a un alumno del que era su preceptor a lo largo de dos cursos escolares, cuando el estudiante contaba con 12 y 13 años de edad. José María Martínez Sanz, numerario de esta prelatura a la que está ligado el centro escolar Gaztelueta, está imputado por tocamientos y otros abusos al menor, a quien presuntamente pidió que se masturbara en su presencia, entre otras prácticas.

El auto de procesamiento, dictado el pasado año por el magistrado del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Getxo, Emilio Lamo de Espinosa, señala que de las diligencias de investigación practicadas se desprende la existencia de “claros indicios de criminalidad”, ya que el profesor generó “una situación real de dominio y sumisión” en las relaciones creadas respecto del alumno mientras cursaba 1º y 2º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) que le permitió abusar sexualmente del menor, lo que se produjo “sin posibilidad de discusión” de la presunta víctima, que se “limitó a cumplir las órdenes que recibía”. Estos abusos provocaron en el menor “una situación de malestar psicológico intenso que le impidió reaccionar” ante estas prácticas y comunicárselo a sus padres o compañeros, ya que “el preceptor logró aislarle de su entorno”.

El profesor generó "una situación real de dominio y sumisión" en las relaciones con el alumno mientras cursaba 1º y 2º de la ESO (12 y 13 años de edad)

La familia de la víctima reclama para el hoy exprofesor del centro 10 años de cárcel por los delitos de agresión sexual y abusos sexuales continuados —la máxima pena posible, al darse el agravante de abuso de superioridad y de confianza—, mientras que la Fiscalía rebaja la petición a tres años de prisión por un delito continuado de abuso sexual. El Ministerio Público, no obstante, también solicita condenar como responsable civil subsidiario al colegio Gaztelueta, que llevó a cabo una investigación interna que determinó que no existía “ninguna prueba que acreditara las acusaciones” formuladas por el alumno, que abandonó el centro después de los dos cursos escolares.

Foto: Pintada a las puertas del colegio Valdeluz a primera hora del jueves.

Sin embargo, el auto de procesamiento considera que existen "indicios racionales" de que se produjeron estos "hechos punibles" dentro de un contexto de “dominación-sumisión” que tuvo lugar entre septiembre de 2008 y junio de 2010 durante las tutorías que se celebraban en el despacho que el profesor tenía asignado en el centro escolar, y que se desarrollaban a solas con el alumno con una frecuencia inusual y a puerta cerrada. A este respecto, el auto da cuenta de que los encuentros, que tenían lugar "a iniciativa" del docente, cuyo trabajo consistía en dirigir al menor en asuntos tanto académicos como relacionados con su evolución personal, se potenciaron cuando el alumno inició sus estudios de 2º de ESO, llegando a tener lugar casi a diario, hasta en tres ocasiones por semana, cuando “con el resto de alumnos no superaban las dos veces al mes”. Las sesiones, además, se prolongaban por espacio de “hasta 45-50 minutos, superando en ocasiones” la hora de duración, en contraste con lo que sucedía con el resto de alumnos, ya que “lo habitual” era que las mismas no duraran "más allá de 15-20 minutos”.

La familia de la víctima reclama 10 años de cárcel y la Fiscalía rebaja la petición hasta los tres años, si bien hace responsable civil subsidiario al colegio

En estos encuentros, el docente, que superaba en casi 21 años al alumno, se “aprovechó” de “la especial vinculación” que tenían el menor y sus padres con el colegio y de “las creencias religiosas” y “la confianza y consideración” que la familia tenía depositadas en el centro educativo para cometer los presuntos abusos sexuales. En el relato de lo sucedido durante las tutorías en el despacho —"no es posible individualizar los hechos concretos que se produjeron en cada sesión, pero sí los que tenían lugar en conjunto", refleja el auto—, el profesor llegó a interpelar al menor “por su vida sexual, le mostró fotografías de mujeres tanto desnudas como en ropa interior y le preguntó si se masturbaba, al tiempo que realizó tocamientos [al menor] con ánimo erótico, tocando su espalda, muslos y abdomen, ordenándole que se sentara encima de sus rodillas para enseñarle las notas académicas en el ordenador, con el propósito de provocar su propia erección”.

En otras ocasiones —prosigue el relato—, el acusado indicó al escolar que “llevara acciones tales como quitarse la camisa y bajarse los pantalones con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales”, momento en el que “procedía a tocarle las piernas, el pecho, los muslos, el cuello, los brazos, las nalgas y los genitales”. Asimismo, y con “el propósito de satisfacer sus deseos lúbricos”, durante otras sesiones “le requería que se masturbara en su presencia", entre otras prácticas.

El imputado "aisló" al menor de sus compañeros al aumentar las tutorías y su duración, "permitiendo que el alumno fuera ridiculizado" por la clase

Para asegurar su “situación de dominio” respecto del alumno, el ahora imputado “procedió a aislar a este de sus compañeros de clase” mediante el aumento del número de sesiones y la duración “sin justificación aparente y permitiendo que el menor fuera ridiculizado por sus compañeros a consecuencia de tales hechos”, ya que “las entrevistas las mantenía en horario lectivo y con el conocimiento de todos los compañeros” de la presunta víctima. En este sentido, un compañero de la presunta víctima ha declarado que la clase era "consciente de que el profesor le sacaba mucho de clase" con motivo de las tutorías, lo que "era motivo de comentarios por el resto" de alumnos.

Foto: Detienen a un profesor de Málaga por abusar de una alumna. (Guardia Civil)

Los presuntos abusos y laexperiencia de acoso escolar a la que fue sometido durante los dos cursos escolares —al finalizar 2º de ESO los padres decidieron cambiar a su hijo de centro— ocasionaron en el menor “una situación de malestar psicológico intenso” que derivó en “conductas de ansiedad, nerviosismo, ideas autolíticas, aislamiento, conductas de evitación, insomnio de conciliación y pesadillas”. El cuadro sintomatológico que presenta el menor, y que ha sido “profusamente acreditado por los informes médicos y psicológicos”, ha requerido de atención hospitalaria y ha dado lugar a “dificultades de adaptación personal, social y escolar que le han impedido [a la presunta víctima] un funcionamiento normalizado en diferentes áreas (interrupción de los estudios, tendencia al aislamiento social, malestar psicológico en contacto con estímulos sexuales y sociales…)”. En la actualidad, el escolar “presenta como secuelas la sintomatología residual del propio trastorno de estrés postraumático”, como también han acreditado los integrantes de la Unidad Forense de Valoración Integral perteneciente al Instituto Vasco de Medicina Legal durante la fase de investigación judicial. A este respecto, su padre, Juan Cuatrecasas, asegura que su hijo ha llegado a tener en mente el suicidio.

El fiscal superior del País Vasco constató el "coherente" testimonio del menor, pero archivó en 2013 las diligencias abiertas por falta de pruebas

El caso Gaztelueta llega ahora a juicio 10 años después de los hechos. Durante todo este periodo, han actuado la Inspección de Educación, que mantuvo varias reuniones con el colegio y la familia del alumno, la Fiscalía de Menores, que abrió diligencias preliminares aunque solo en relación a los mensajes amenazantes y vejatorios que recibió el menor a través de una red social por parte de antiguos compañeros, y también la Fiscalía del País Vasco, que inició una investigación después de que los presuntos abusos sexuales salieran a la luz en medios de comunicación. El entonces fiscal superior vasco Juan Calparsoro puso de manifiesto el “coherente” testimonio del menor, pero decidió archivar las diligencias abiertas por falta de pruebas en septiembre de 2013. Sin embargo, pese a estos reveses, la presunta víctima decidió acudir a la Justicia al cumplir la mayoría de edad. Así, el 29 de junio de 2015 presentó una denuncia en un juzgado de Getxo que ha derivado ahora en la apertura del juicio oral, que tendrá lugar durante seis jornadas, del 4 al 11 de octubre. La abogada de la familia, Leticia de la Hoz, entiende que en estos momentos la presunta víctima, que tiene 22 años, está en condiciones de abordar el proceso judicial.

Durante esta década de “calvario”, la familia del menor, que hace varios años trasladó su residencia fuera del País Vasco para que su hijo ganara en tranquilidad, ha llevado la denuncia de los hechos a través de una misiva con documentación adjunta hasta el papa Francisco. El sumo pontífice ordenó a principios de 2015 la apertura de una investigación tras remitir previamente una tarjeta manuscrita a los padres del escolar donde les comunicaba que iba a solicitar a la Congregación de la Doctrina de la Fe que instruyera el juicio canónico. Varios meses después, en octubre, y una vez que el caso ya estaba en manos de los tribunales ordinarios, la justicia eclesiástica determinó que los hechos denunciados no habían sido probados y reclamó que se “restituyera el buen nombre y la fama” del profesor, quien, en todo caso, en enero de 2017 fue imputado por un presunto delito continuado de abuso sexual por el magistrado encargado del caso tras una larga instrucción.

placeholder Tarjeta manuscrita remitida por el papa Francisco a la familia de la presunta víctima. (EFE)
Tarjeta manuscrita remitida por el papa Francisco a la familia de la presunta víctima. (EFE)

El colegio Gaztelueta, al que la Fiscalía considera responsable civil subsidiario, por lo que pide una indemnización de 40.000 euros por el tiempo que ha tardado la presunta víctima “en curar su estrés postraumático”, niega cualquier responsabilidad en este caso. Se ha puesto en manos de la Justicia para tratar de esclarecer los hechos, pero el centro ya tiene su particular sentencia absolutoria, ya que, según afirma, en su investigación interna no ha apreciado ninguna conducta criminal en el profesor. La investigación se nutre, según sostiene, de “informes académicos y numerosos testimonios de alumnos y profesores que contradicen la versión” de la presunta víctima. Incluso asegura que el menor ha ido ‘engordando’ los supuestos delitos a medida que pasaba el tiempo. Así, afirma que en un principio las acusaciones “fueron fundamentalmente por el 'ciberbullying' y el acoso escolar sufrido por parte de compañeros” en los que “estaría implicado como instigador el profesor”, del que "recibía maltrato emocional", y posteriormente esta denuncia se tornó en una querella criminal contra el docente por supuestos abusos y agresión sexual. "En las declaraciones que ha ido realizando el joven a lo largo del tiempo, se ha producido un agravamiento significativo de las acusaciones contra el profesor", señala.

El colegio ha creado una web específica con motivo del inicio del juicio para rebatir las acusaciones del menor en base al testimonio de más de 50 testigos

Así lo hace constar el centro en una web que ha creado de forma específica con motivo del inicio del juicio para mostrar los “hechos y evidencias” en torno al caso. El colegio, a quien la familia del menor acusa de querer tapar el caso, justifica la reciente apertura de esta página como “sala de prensa informativa” para que “las personas interesadas puedan consultar todo lo relacionado con este proceso” ante la “abundancia de información que se prevé sobre esta cuestión en los próximos días” por el comienzo del juicio oral. “Recogemos algunos materiales que reúnen datos y aportan contexto sobre el caso. Las fuentes empleadas son las publicaciones periodísticas aparecidas en cada momento y hechos sucedidos en el ámbito escolar contrastados a través de testimonios”, defiende el colegio, que rebate en este portal algunas de las acusaciones que se han formulado contra el docente a partir de las declaraciones "de más de medio centenar de personas" entre "profesores, compañeros de clase y preceptuados del profesor".

Foto: Imagen del juicio al profesor del colegio Vallmont celebrado el pasado 24 de enero. (EFE)

El profesor, por su parte, se defendió de las acusaciones en una carta remitida el 28 de enero de 2017 al actual director del centro, Imanol Goyarrola, que en el momento de los hechos era subdirector del colegio, nada más ser imputado por un presunto delito continuado de abuso sexual. “Confío en poder defenderme en el juicio, ya que, hasta ahora, apenas he podido hacerlo, pues, por desgracia, el ‘sistema’ es así y parece que la presunción de inocencia ya no existe. La verdad es que soy totalmente inocente. Y es especialmente duro tener que sufrir en silencio esta injusticia a la que no encuentro sentido”, afirmaba en la misiva, que se puede visualizar en la web creada por el colegio.

"Confío en poder defenderme en el juicio, ya que, por desgracia, parece que la presunción de inocencia ya no existe", ha afirmado el acusado

En la carta, el imputado daba las “gracias” en un par de ocasiones a “muchos padres y profesores del colegio que siguen confiando en mí” por el “apoyo” y las “muestras de cariño recibidas”, lo que le estaba “sirviendo para sobrellevar esta dolorosa situación" a pesar de la dureza. “Me siento arrollado y atropellado por un tren que parece que nunca se vaya a detener. Aunque me tranquiliza la certeza de mi inocencia, con frecuencia siento tensión y angustia. Me han despojado de la vocación profesional que amaba y que me hacía feliz, y desgraciadamente, sé que en este terreno no hay viaje de retorno. ¿Quién te cree cuando la opinión pública te condena de antemano? Todo esto es muy duro no solo para mí, también para mi familia, que lo está pasando muy mal, con un sufrimiento prolongado, a la espera de que todo se aclare”, aseveraba. De cara al juicio, su abogado pide la libre absolución, al sostener que no están probados los hechos delictivos de los que se le acusa. La defensa llamará como testigos a alumnos y profesores del colegio y de otros centros educativos en los que el acusado ha trabajado para dejar de manifiesto que nunca ha habido ninguna queja sobre su conducta. En este sentido, confía en que la vista contribuya a "rehabilitar" el nombre del docente.

La Audiencia Provincial de Vizcaya juzga desde este jueves a un exprofesor de un colegio de Leioa vinculado al Opus Dei que está acusado de un presunto delito continuado de abuso sexual a un alumno del que era su preceptor a lo largo de dos cursos escolares, cuando el estudiante contaba con 12 y 13 años de edad. José María Martínez Sanz, numerario de esta prelatura a la que está ligado el centro escolar Gaztelueta, está imputado por tocamientos y otros abusos al menor, a quien presuntamente pidió que se masturbara en su presencia, entre otras prácticas.

Alumnos Opus Vizcaya Papa Francisco Iglesia Acoso escolar
El redactor recomienda