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El 'espíritu de Ermua' no llega a las primarias del PP: solo se inscriben 6 de los 69 afiliados
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el proceso "no está interesando" en este simbólico municipio

El 'espíritu de Ermua' no llega a las primarias del PP: solo se inscriben 6 de los 69 afiliados

El convencimiento de que se va a remontar el vuelo en las elecciones municipales entre las bases contrasta con las dudas de que el partido vaya a recuperarse en España a corto plazo

Foto: El presidente del PP de Ermua, Javier Sánchez, ante el mural en homenaje a Miguel Ángel Blanco que preside la sede del partido en esta localidad. (J. M. A.)
El presidente del PP de Ermua, Javier Sánchez, ante el mural en homenaje a Miguel Ángel Blanco que preside la sede del partido en esta localidad. (J. M. A.)

Poco o nada se habla de política en las calles de Ermua (Vizcaya). Es una de las muchas herencias del pasado de terror de ETA. A lo sumo, estos días se habla de la marcha del histórico alcalde Carlos Totorika (PSE), el que fuera abanderado del ‘espíritu de Ermua’, la rebelión ciudadana surgida tras el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco que supuso el principio del fin de la banda terrorista, que acaba de dejar atrás 27 años al frente del ayuntamiento. De hecho, su decisión de abandonar la política suscita más atención en las bases del PP, por los efectos que puede tener a nivel local para sus intereses, que las propias primarias del partido.

En las filas populares existe el convencimiento de que los socialistas se van a resentir con el adiós de Totorika y de que el partido puede aprovechar esta circunstancia en las elecciones municipales del próximo año. “Sinceramente, sí nos puede beneficiar su marcha. Siempre ha sido ‘el vecino del pueblo’, que le tenía como su héroe. No se votaba al PSE y sí a Totorika. Con su salida nuestra situación puede cambiar”, expone a las claras el presidente del PP en Ermua, Javier Sánchez.

Foto: Los seis candidatos a liderar el Partido Popular (PP) tras la salida de Mariano Rajoy.

El PP, que cuenta con dos concejales, espera regresar a aquella no tan lejana época en la que contaba con cuatro ediles o recuperar esos tiempos en los que llegó a ser la fuerza más votada en el municipio en las elecciones generales de 2000. El convencimiento de que se va a remontar el vuelo a nivel local contrasta con las dudas de que el partido vaya a recuperarse en España a corto plazo del golpe sufrido con la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de La Moncloa.

- “Estoy muy esperanzado con las elecciones locales”.

-¿Y con las generales?

-“Bueno (...) ahí ya (…) depende (…)”.

Sánchez se delata con sus palabras. Y el suyo es el sentir mayoritario en las bases del partido en Ermua, que han dado la espalda a las primarias. Solamente seis de los 69 afiliados que componen la actual base social en esta localidad de más de 16.000 habitantes se han inscrito para poder votar al sustituto de Rajoy al frente del partido. Si se hacen cálculos, el 8,6% de la afiliación, un porcentaje ligeramente superior al 7,6% registrado a nivel general. Pero una cifra por debajo del 11,39% contabilizado en el conjunto del País Vasco. Aunque no hay comparativas que valgan. La participación es la que es y más en un municipio "histórico" para el PP. “Pero esto pasa en las primarias de todos los partidos”, señala Sánchez para tratar de justificar el escaso interés que ha suscitado el proceso para elegir al líder del partido.

"Hay que admitir que la afiliación ha desconectado del proceso interno. No sé si al afiliado del partido en Ermua le preocupa quién será el próximo líder”

Contundente se muestra, en cambio, Fernando Lecumberri, portavoz del PP en el ayuntamiento, que no se anda con medias tintas: “Objetivamente el proceso no le está interesando al afiliado de Ermua”, asevera. E insiste con contundencia: “Hay que admitir que la afiliación ha desconectado del proceso interno. No sé si al afiliado del PP en Ermua le preocupa quién será el próximo líder”. La falta de interés general, según señala, dibuja un escenario “descorazonador” para el partido y para los propios candidatos. “Si somos incapaces de movilizar a los nuestros, ¿cómo vamos a movilizar a la sociedad en general para recuperar a los que se fueron a Ciudadanos?”, señala.

Existe certeza sobre el diagnóstico pero muchas dudas en torno a los motivos de esta falta de interés. La corrupción que ha salpicado al partido, los personalismos dentro del partido, la desmotivación tras la salida del Gobierno, el descontento generalizado con el devenir del partido, la falta de información o incluso la falta de costumbre de primarias dentro del PP son algunas de las causas que, se apunta, podrían estar atrás de este escenario. Y se dice “podrían” porque en todo momento se habla en condicional. Sánchez comparte un grupo de WhatsApp con afiliados, pero los argumentos para no participar en el proceso interno no van más allá del “no tengo tiempo” o “estoy muy ocupado”. Pero nada de sustancia. Entre estos 'podrías', Lecumberri apunta al hecho de que, en los pueblos, el afiliado de base "no tiene perfectamente identificado a los candidatos más allá de lo que pueda ver en la televisión", por lo que "no le motiva especialmente participar".

La mejor posicionada en el País Vasco de cara a las primarias es Sáenz de Santamaría al contar con el respaldo de los principales espadas del partido

Hay un hecho que resulta significativo. Hay un núcleo de "afiliados activos" compuesto por “entre 12-15 personas” y solo la mitad ha decidido participar en las primarias. Incluso, entre este ‘núcleo duro’ hay quien no conoce ni el número de candidatos ni el nombre de todos ellos. Los rostros, en esencia, se limitan a tres: los más conocidos. En el País Vasco la mejor posicionada es Soraya Sáenz de Santamaría al contar con el apoyo de los principales espadas del partido. A su favor ya se han posicionado Alfonso Alonso, Iñaki Oyarzábal, Borja Sémper y Amaya Fernández. Pablo Casado ha recibido el único respaldo público del exalcalde de Vitoria Javier Maroto y María Dolores de Cospedal, la tercera candidata con más posibilidades, no tiene ningún apoyo explícito de dirigentes del PP vasco.

Ermua ya ha vivido en primera persona el proceso de primarias con la visita de este pasado fin de semana del que es vicesecretario general de Comunicación del PP. Fue un acto sencillo, discreto, que apenas reunió a unas pocas personas. Entre ellas se encontraban Sánchez y Lecumberri, quienes no han decidido aún el sentido de su voto. Más allá del nombre, el presidente de la agrupación local confía en que “el partido se regenere y empecemos a dar esperanza a los afiliados, a los votantes y al conjunto de los españoles”. Por su parte, el portavoz en el ayuntamiento incide en la importancia del mensaje de los candidatos. Esto es, más contenido y menos persona. “De momento ningún aspirante ha ido más allá de las palabras integración, unidad, regeneración o ilusión. Tenemos que esperar a ver sus ideas”, expone.

placeholder Fernando Lecumberri, a la izquierda, Alfonso Alonso y Mari Mar Blanco en el homenaje a Miguel Ángel Blanco el pasado año con motivo del 20 aniversario de su asesinato. (EC)
Fernando Lecumberri, a la izquierda, Alfonso Alonso y Mari Mar Blanco en el homenaje a Miguel Ángel Blanco el pasado año con motivo del 20 aniversario de su asesinato. (EC)

Se desconoce si Ermua será parada de más candidatos. Por su significado, y Casado no fue ajeno a esta circunstancia, este municipio se configura como la plaza más idónea para trasladar apoyo a las víctimas del terrorismo, en especial del País Vasco, quienes han sido muy críticas con la gestión que ha hecho el PP y el Gobierno de Rajoy del fin del terrorismo. Pero el ‘espíritu de Ermua’ que unió a una sociedad deja ahora, 21 años después, un cierto poso de amargura por esta “exclusiva” vinculación. “Ermua siempre ha sido un pueblo emblemático para el PP y no solo por el ‘espíritu de Ermua’”, se queja en voz baja un afiliado popular. "Es cierto que igual puede 'cansar' que solo se asocie al municipio con el 'espíritu de Ermua", justifica Sánchez las palabras de este afiliado, que admite que se ha dado de baja de las primarias. “Me da igual un candidato que otro. Los tres [limita los candidatos a la mitad de forma inconsciente] tienen los mismos ideales y lo importante es estar al servicio del partido y de los españoles”, argumenta. La suya es una razón que ya no habla en condicional.

Casado ha llevado la campaña a Ermua consciente de la necesidad de apoyar sin fisuras a las víctimas de ETA en el País Vasco, muy críticas con el PP

A día de hoy, la "principal preocupación" a nivel general es “la pérdida de votos” del partido, como constata Lecumberri. Pero existe optimismo a nivel local. Sánchez lleva tres años al frente del partido en Ermua y en este tiempo ha habido “un cambio grandísimo”. El número de afiliados ha crecido del medio centenar a los 69 actuales y se ha abierto una nueva sede –en octubre del pasado año– a la que entran "cada vez más vecinos", no solo votantes del PP, para interesarse por las propuestas populares y trasladar sus necesidades y problemas. “El partido estaba como olvidado y he notado un gran cambio”, afirma, esperanzado.

Un mural de Miguel Ángel Blanco con nombres de víctimas de ETA dentro de manos blancas preside la pequeña sede popular. Fuera, el escaparate de la llamada “oficina de atención al vecino” del PP es muy austero. Un cartel reclama firmas a favor de la prisión permanente revisable. Incluso, un rótulo ofrece un asesor fiscal gratuito a la población para la campaña de la renta. No falta el lazo azul que recuerda la resistencia cívica en los años de plomo del terrorismo en un municipio en el que apenas quedan vestigios gráficos del apoyo a la banda terrorista. “ETA mátalos”, clama una pequeña pintada apenas imperceptible en una pared. Pero en la diana no están ni los políticos del PP y PSE ni los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El objetivo son los “machistas”. Los tiempos han cambiado en esta localidad. Y el PP aspira a tener un protagonismo relevante en esta nueva etapa. Por ello, sus bases miran más a Ermua que a Madrid.

Poco o nada se habla de política en las calles de Ermua (Vizcaya). Es una de las muchas herencias del pasado de terror de ETA. A lo sumo, estos días se habla de la marcha del histórico alcalde Carlos Totorika (PSE), el que fuera abanderado del ‘espíritu de Ermua’, la rebelión ciudadana surgida tras el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco que supuso el principio del fin de la banda terrorista, que acaba de dejar atrás 27 años al frente del ayuntamiento. De hecho, su decisión de abandonar la política suscita más atención en las bases del PP, por los efectos que puede tener a nivel local para sus intereses, que las propias primarias del partido.

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