Bildu busca elevar la presión sobre Urkullu con una 'comisión catalana' en el Parlamento
La coalición 'abertzale' registra una proposición para forzar al PNV a que apoye crear "una comisión especial de estudio del efecto que tiene el proceso soberanista de Cataluña en el País Vasco"
EH Bildu ha activado toda la maquinaria para que el ‘procés’ también se juegue en el País Vasco. A medida que se acerca la cita del 1 de octubre la coalición ‘abertzale’ quiere sacar tajada del desafío independentista del Gobierno de Cataluña para presionar al lehendakari, Iñigo Urkullu, y al PNV de cara a abrir un nuevo frente soberanista con el Estado que rompa con la vía de la bilateralidad que promulga el presidente vasco.
El objetivo es elevar la presión sobre Urkullu conforme se acerca la fecha de la cita con las urnas toda vez que el Gobierno vasco ha decidido mantener una postura de bajo perfil ante el choque de trenes que se antoja inevitable entre los gobiernos español y catalán. Con este fin, más allá de las palabras y los discursos la formación liderada por Arnaldo Otegi ha decidido ejercer presión a nivel institucional, desde el Parlamento Vasco, con el registro de una proposición no de ley encaminada a “crear una comisión especial de estudio del efecto que tiene el proceso soberanista de Cataluña en el País Vasco”.
En la justificación de la propuesta, EH Bildu defiende que es “evidente” que el proceso soberanista de Cataluña y “la respuesta” que está dando el Gobierno de Mariano Rajoy “tienen consecuencias directas” en el País Vasco, donde “la mayoría social está reivindicando el derecho a decidir” del pueblo vasco. Por ello, reclama crear esta comisión especial que analice “la dimensión” del efecto del ‘procés’ y “sitúe de cara al futuro el desarrollo de esa reivindicación democrática [el derecho a decidir] teniendo en cuenta las amenazas del Estado". La iniciativa, registrada el pasado viernes para su debate en pleno a las puertas de la Diada, está firmada por los 18 parlamentarios vascos de la coalición ‘abertzale’ para dotarla de carga simbólica, ya que es habitual que sólo aparezca la firma del portavoz y/o del impulsor de la propuesta.
La pretensión de Bildu es que, pase lo que pase en Cataluña, el proceso soberanista marque de forma continua el devenir de la legislatura en País Vasco
La pretensión de Bildu es que, pase lo que pase en Cataluña, el proceso soberanista marque de forma permanente el devenir de la legislatura en el País Vasco con una comisión en el Parlamento Vasco que prolongaría sus trabajos durante gran parte de la legislatura. Además, este foro realizaría sus trabajos en paralelo con la ponencia de autogobierno impulsada en la Cámara de Vitoria y de la que saldrá una propuesta de reforma del Estatuto de Gernika tendente a ganar en autogobierno. A este respecto, la ‘hoja de ruta’ del lehendakari incluye alcanzar un acuerdo con Madrid en relación a esta propuesta para ganar músculo competencial, con la transferencia de Prisiones y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social como grandes prioridades.
EH Bildu ve en el Parlamento Vasco el vehículo ideal para ejercer presión. Con ésta y otras iniciativas busca forzar al lehendakari a que se posicione o bien con el frente soberanista que suma también a Podemos o bien con “quienes niegan el derecho del País Vasco a que se constituya como nación, en alusión al PSE y PP.
Urkullu se mantiene en segundo plano sin salirse de su guión de llamar al diálogo y marcar distancias con el 'procés' salvo su mensaje de 'I love Cat'
Dentro de esta estrategia de hacer ruido se enmarca la amplia delegación con la que EH Bildu acudió este lunes a la Diada, encabezada por Otegi y compuesta por veteranos y nuevos rostro visibles de la coalición en el País Vasco y Navarra, en contraste con la moderada representación del PNV, que estuvo presente con su presidente Andoni Ortuzar y el miembro de la Ejecutiva ‘jeltzale’ Joseba Aurrekoetxea. La marca heredera de Batasuna quiso capitalizar buena parte de los actos con Otegi como foco de atención. Por el contrario, Urkullu se mantiene en un segundo plano sin salirse de su guión de llamar al diálogo y de marcar distancias con el proceso catalán. No obstante, el lehendakari quiso evidenciar públicamente su cariño hacia Cataluña justo cuando el Estado activaba la maquinaria para impedir el referéndum con un mensaje de ‘I love Cat’ en las redes sociales y que fue objeto de críticas desde el ámbito constitucional, en especial por parte del presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, y de burla desde la barrera nacionalista vasca.
La decisión de EH Bildu de elevar la presión sobre el PNV llega en un momento en el que desde el Gobierno vasco y la formación ‘jeltzale’ lanzan mensajes de diferente tono a nivel público en relación al proceso soberanista catalán. Este mismo martes, en su comparecencia tras la reunión del Consejo de Gobierno, el portavoz Josu Erkoreka ha asegurado que el Ejecutivo de Vitoria no tiene una “posición oficial” sobre el referéndum del 1-O, afirmación que se produce un día después de que Ortuzar denunciara en Barcelona que prohibir la cita con las urnas no sería “ni justo ni inteligente” por parte del Gobierno de Rajoy. El hombre fuerte de Urkullu se ha limitado a mostrar su “respeto” por la actuación del Ejecutivo de Carles Puigdemont y ha insistido en el mensaje del diálogo para alcanzar una solución “legal y pactada”.
Sus palabras, además, han llegado apenas poco después de que el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, alzara la voz y amenazara al Estado con romper la buena sintonía a nivel presupuestario en función de las medidas que adopte para frenar el desafío soberanista de Cataluña. Esto es, si Rajoy da una respuesta “exacerbada” se “complicaría” la negociación de las cuentas generales de 2018 a las puertas de que el Consejo de Ministro presente el proyecto económico para el próximo ejercicio.
EH Bildu ha activado toda la maquinaria para que el ‘procés’ también se juegue en el País Vasco. A medida que se acerca la cita del 1 de octubre la coalición ‘abertzale’ quiere sacar tajada del desafío independentista del Gobierno de Cataluña para presionar al lehendakari, Iñigo Urkullu, y al PNV de cara a abrir un nuevo frente soberanista con el Estado que rompa con la vía de la bilateralidad que promulga el presidente vasco.
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